Carminho: «El fado está lleno de misticismo»
La artista es una de las grandes renovadoras y actúa hoy en el Teatro La Latina para presentar 'Portuguesa'
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El fado posee algo que traspasa, que cala en lo hondo del alma. Una música de raíces que refleja un vivir, un cotidiano, la valentía pero también el dolor, la 'saudade'. El fado es tradición, pero también ha sabido reinventarse con nuevas voces que ... han aparecido mostrando una calidad y una singularidad poderosas. Una de ellas es la de la lisboeta Maria do Carmo de Carvalho Rebelo de Andrade, conocida artísticamente como Carminho, que empezó a cantar de niña y a profesionalizarse en su juventud. Desde que publicó 'Fado' (2009) ha tenido una carrera ascendente con seis discos publicados, entre ellos un homenaje al compositor brasileño Tom Jobim. Su último disco 'Portuguesa' (2023) lo presenta este martes en el Teatro La Latina de Madrid dentro de Banco Medialanum Summum Concert Series.
Su música contiene actitud y mucho orgullo por sus raíces. «'Portuguesa' es una reflexión sobre la forma portuguesa de mirar la poesía, la música, pero a mi manera. Tengo una idea de que la identidad, la tradición de cada uno es muy individual. Aunque tengas la misma lengua hay tanta pluralidad. El lugar adonde te sientes acogido y al que perteneces, ese lugar es tu país, tu lengua. Ahí es donde está tu tradición», comenta Carminho.
Comenta con naturalidad pero con mucha vehemencia que lo que más le interesa en este momento, y lo que practica ahora, «es la plasticidad que tiene el fado». El fado quizás tiene un punto muy ortodoxo. Pero de alguna manera ha evolucionado. «El respeto que debemos de tener, es conocerlo. Cuando tratamos el género con conocimiento profundo, estamos construyendo. Al conocerlo, también puedes añadir o quitar lo que te parece que sirve a los propósitos del género. Y el resultado se va a aproximar más a la evolución del fado y no a experiencias ajenas».
Carminho tiene plena consciencia de su música, de lo que busca, de lo que pretende capturar y reflejar. «En mi cabeza busco una atmósfera, una textura, una aridez, que pueden conectar mucho con el vivo, con la casa de fados, con un ambiente de mucha intensidad pero también de mucha espontaneidad. En el estudio puedes trabajar y explorar con libertad, y también ahí siento que ahí hay espacio para la experimentación, como unos caminos, unas sendas, que vas eligiendo. La voz para mí es el centro y también el silencio».
El fado lleva una identidad, un sentir una manera de ubicarse en el mundo. Es un género que atraviesa, arrastra un querer, un vivir total y transversal, en el que reside «una solemnidad muy grande, porque es mucha poesía. Los poetas son siempre muy delicados, preciosos y místicos. Y el fado está lleno de ese misticismo. También de la descripción del día a día, de los barrios, de cosas más sencillas. Pero en mi opinión la temática es lo que más puede evolucionar en el fado. Porque la temática es lo que más cambia en la vida de las personas. Busco y quiero que el fado tenga potencia para escuchar cosas emocionantes y verdaderas».
Por otro lado, el fado es un género muy matriarcal. «Y eso está muy bien. Aunque los hombres siempre están muy presentes». La lisboeta ha colaborado con Marisa Monte, Nana Caymmi, Maria Bethânia, Chico Buarque, Caetano Veloso y Milton Nascimento. Su canción 'O Quarto' aparece en la banda sonora de 'Pobres criaturas' la última película de Yorgos Lanthimos. «Colaborar con otras músicas y con otros músicos te abre nuevos mundos. Los artistas son mi fuente de inspiración. Me inspiran más que nada», asegura.
Cantó con Pablo Alborán 'Perdóname' en 2011 y 'Al paraíso' en 2018. Carminho visita a menudo España y se siente muy querida. Sin embargo, aunque el interés en España por el fado «crece pero nunca permanece ni se consolida. Pero al mismo tiempo siento, ¿por qué no es un género más común?».
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