Buscan a un cuarto implicado en el crimen del hermano de Begoña Villacís que trasladó a los asesinos a Toledo

Fuentes del caso explican a ABC que se investiga el paradero de un cuarto implicado en el crimen (ya hay tres detenidos, como se ha venido informando): la persona que trasladó a los dos presuntos pistoleros, Kevin P. A., de 25 años, e Ismael E. I. V., marroquí de 24, ambos con antecedentes, a la localidad toledana de Yuncos, donde fueron apresados ayer miércoles a mediodía. Eso sí, se descarta que haya más implicados en el tiroteo como tal, pues, entre otras cosas, los allí presentes testifican que eran estas tres personas y, además, solo se dispararon dos armas.

Tras el suceso, María José E. J., española de 52 años también con un pasado criminal y conductora del BMW X2 en el que fueron ella, su hijo Kevin e Ismael para la cita con Borja y sus amigos en la que pretendían cerrar unas rencillas (y que acabó en tragedia), pararon en la carretera de Fuencarral. Como captaron unos trabajadores de Mediaset, que se encuentra enfrente del arcén donde hicieron la parada, se les ve cambiando las matrículas del BMW, dobladas.

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Una vez hecho esto, María José se traslada unos metros más atrás para soltar en un descampado unan caja con las armas de fuego utilizadas en la venganza y luego se sube al BMW, para huir sola. Fue apresada poco después en la gasolinera Shell de la calle de Antonio Leyva, en Plaza Elíptica. Se inventó que la habían secuestrado. Desde 2019 residía en Bargas (Toledo), donde ya había dado problemas y se dedicaba al cuidado de perros.

Kevin e Ismael se van caminando, a través el campo, y se les pierde el rastro. El Grupo V de Homicidios tienen claro que hay un cuarto hombre que les recogió en otro vehículo, que según los testigos era otro BMW o un Audi oscuro y probablemente también de alquiler o con las matrículas falsas.

Se están analizando las cámaras de tráfico, entre otras, para determinar el intinerario de este compinche, puesto que desde Fuencarral a la casa okupa de Yuncos donde el GEO los apresó distan más de 60 kilómetros, imposibles de transitar a pie. Ese sospechoso, además, habría estado cerca del lugar del tiroteo, momentos antes, y habría quedado en recoger a los autores materiales en la zona cercana a Mediaset. Esto apuntala que los encartados iban claramente con intención de asesinar a Borja Villacís y compañía, y no solo «a pegarse», como han declarado los amigos de las víctimas a la Policía Nacional.

Paralelamente, como publicó ABC el día de autos, había otros allegados al grupo del fallecido en las inmediaciones del kilómetro 6 de la M-612, lugar de la ejecución, que «se quedaron en retaguardia», añaden fuentes del caso. Uno de ellos al menos fue el que trasladó a Luis a la Fundación Jiménez Días y lo dejó solo en Urgencias para que se le atendiera. Sigue hospitalizado y su vida no corre peligro, pese a recibir perdigonazos en la cabeza que no revisten gravedad. Es una de las personas a las que se ha tomado ya declaración dos veces por el Grupo V de Homicidios de Madrid.

Borja y Luis iban como mediadores, tras la trifulca de un amigo más, David, que era el que había tenido problemas previos con Kevin después de que le denunciara por haberle quemado éste el coche. Pero al final fueron los mediadores los que salieron peor parados.

Todos, tanto los del bando de los tiroteados como Kevin son gente investigada previamente por narcotráfico y con antecedentes y condenas por agresiones en su 'desempeño' como miembros activos de grupos neonazis.