Las viviendas de lujo, un tesoro escaso y codiciado en pandemia

El año pasado, solo el lujo desafió al Covid-19 . Aunque las ventas se ralentizaron, sobre todo, porque desaparecieron los viajes de inversores internacionales, los precios se han mantenido estables y en máximos de los últimos años. Según un informe de la consultora Colliers , la vivienda media cerró 2020 con una caída en el precio del 16,7% respecto a los picos de 2008, mientras que el valor de los inmuebles más exquisitos creció un 4,9% . Vivir tras una fachada histórica, en un ático en pleno barrio de Salamanca o en un piso de diseño frente al Retiro son joyas asequibles para unos pocos. Y cada vez menos.

En la zona de oro por antonomasia, el barrio de Salamanca —barra libre de la oferta más selecta de restaurantes, tiendas, galerías de arte, etc.— no hay suelo disponible ni inmuebles para rehabilitar, como destaca el informe de Colliers. La consultora ha analizado el mercado madrileño y ha detectado una veintena de viviendas de obra nueva de más de 5 millones de euros, de las que comercializa el 60%. «Aunque es un nicho donde existe una gran demanda, la realidad es que son viviendas accesibles solo para unos pocos, tanto por su coste como por la limitada oferta de producto disponible, estamos hablando de solo 20 unidades para toda una capital como Madrid », explica en el informe Luis Valdés, Managing Director de Residential Sales Advisory en Colliers.

La superficie media de estos inmuebles de ensueño es superior a los 520 metros cuadrados y su precio se dispara a entre 14.000 y 15.000 euros por metro cuadrado. Todos se erigen en las actuales zonas ‘premium’ de Madrid, no solo en el distrito de Salamanca, que abarca el 60% de las promociones nuevas, también en los barrios de Justicia (distrito de Chamberí), Jerónimos (Retiro) y El Viso (Chamartín). La joya de la corona son los áticos , que suponen el 55% de las nuevas construcciones de lujo y han protagonizado la mayoría de operaciones de 2020. «Lo que siempre se ha mantenido son los áticos y, el resto, las viviendas en el extrarradio», destaca a ABC el director de ventas enMadrid, Enrique Diviú.

Durante el año pasado, tras el estallido de la crisis sanitaria, los clientes pusieron el foco en el noroeste de la capital y de la región, donde los hogares disponen de más espacio y amplias zonas comunes. «En zonas como Conde Orgaz (distrito de Hortaleza) y Arturo Soria (Ciudad Lineal) se ha notado mucho, en 2020 se vendió todo. También en Valdemarín (Moncloa-Aravaca) y Somosaguas (Pozuelo de Alarcón). En algunas de ellas las ventas han sido incluso superiores a 2019 », señala Diviú. Los precios bailaron estables pese a las circunstancias.

Las perspectivas en el mercado son optimistas, más aún con la progresiva incorporación de los inversores extranjeros, sobre todo, latinoamericanos. «Ahora mismo estamos volviendo un poco a los niveles prepandemia», asegura Diviú, que calcula una subida de los precios de más del 5% en las ubicaciones más selectas para 2021. Madrid gana además cierto margen respecto al Viejo Continente. «Si bien el coste puede parecer una barrera, lo cierto es que ciudades como Madrid tienen aún mucho recorrido en cuanto a precio respecto a otras capitales europeas, como París o Londres, donde hablamos de un precio medio por metro cuadrado por encima de 30.000 y 50.000 euros respectivamente», puntualiza Valdés. La calidad de vida, el clima, la seguridad y la cultura, en especial para los clientes hispanohablantes, son los ingredientes que completan el menú perfecto para seguir invirtiendo en la capital.

El coronavirus ha hecho (cierto) daño al barrer del mapa al comprador extranjero, que en la última década ha ganado peso hasta dominar el 70% de un mercado cada vez más sofisticado. En 2007, el anterior ciclo inmobiliario, las viviendas de lujo tenían un formato estándar, sin posibilidad de cambios durante la construcción. «Ahora el cliente quiere que lo que él compre no sea estándar y toda la obra nueva es muy personalizable », afirma Vidiú. Ante la escasez de producto, las rehabilitaciones suponen ya el 80% de la actividad, a partir de reformas que mantienen las fachadas clásicas de los inmuebles y que cuestan, como mínimo, 1.000 euros por metro cuadrado. El lujo, al alcance de pocos.