Vista Alegre abre sus jardines al público por primera vez en la historia

La finca, que fue propiedad de reyes y de la nobleza durante décadas y ahora es pública, podrá ser visitada desde el sábado con cita previa y aforos limitados por el Covid

Jardín romántico de la finca Vista Alegre JAIME GARCÍA

Sara Medialdea

Los vecinos de Carabanchel llevan décadas pasando junto a la verja de la Finca de Vista Alegre y oteando desde allí una extensísima zona verde. Pero estaba vedada: la zona fue primero privada, propiedad real y de diferentes propietarios más tarde; y ya en el ... siglo XX pasó a depender de la Comunidad de Madrid y el Estado. Pero los jardines seguían cerrados . Hasta este sábado: el 1 de mayo se abren al público , por primera vez en su historia.Aunque de momento, por el protocolo Covid, hay que pedir cita previa –en la página web de la Comunidad de Madrid – y se recorrerán por turnos y con un aforo limitado.

Uno de los jardineros trabaja en una zona de los jardines de Vista Alegre JAIME GARCÍA

El origen de la finca se remonta a los primeros años del siglo XIX, cuando acudir a los Carabancheles se puso de moda como lugar de descanso para las familias con posibles, por sus bellas vistas y su clima saludable. El médico de Cámara de Carlos IV, Higinio Antonio Llorente, adquirió unos terrenos en la zona en 1803;más tarde cambió de dueños y acabó en manos de Pablo Cabrero yJosefa Martínez Artó, que lo llamaron Vista Alegre y pusieron en marcha allí un establecimiento público de ocio: casino, casa de baños y un jardín con juegos y caprichos. Un negocio ruinoso que hizo que los dueños vendieran la propiedad a la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII, en 1832.

Esta engrandeció la finca con nuevas parcelas, hasta las 45 hectáreas actuales. Transformó la casa de baños en el Palacio Viejo, y bajo sus órdenes se llevaron a cabo otras construcciones: el Baño de la Reina, la Estufa Grande, las Caballerizas o la ría navegable , además de las obras del Palacio Nuevo, sobre los terrenos de la antigua Fábrica de Jabón, encargados al arquitecto Narciso Pascual y Colomer, el mismo del Palacio de las Cortes.

La entrada al Palacio Nuevo, con su impresionante cúpula y sus no menos impresionantes puertas JAIME GARCÍA

La reina incluso promovió el desvío de la antigua carretera de Carabanchel, lo que ahora da lugar a la casi única curva de la calle General Ricardos, justo a las puertas de los jardines.

De María Cristina pasó a sus hijas, Isabel y Luisa Fernanda, en 1858. Esta última la vendió años más tarde al Marqués de Salamanca, que la utilizó como lugar de recreo y festejos, y finalmente vivió allí. En 1886, sus herederos la vendieron al Estado español para que fuese dedicada a la beneficencia. Hoy en día, el 80 por ciento de la finca es propiedad de la Comunidad de Madrid, y el 20 por ciento restante, del Estado.

Bien de Interés Cultural

En su interior se mantienen abiertos y en funcionamiento diferentes edificios: una residencia de mayores, centros de enseñanza, centro de formación para docentes, escuela de adultos, instalaciones de la Policía, el Conservatorio superior de danza María de Ávila o el Centro de educación musical Federico Moreno Torroba.

Los trabajos de recuperación afectan de momento a 17 hectáreas de las 45 con que cuenta esta gran finca

En total, estos inmuebles se reparten sobre las 45 hectáreas de jardín. La actuación que se ha llevado a cabo afecta a unas 17 hectáreas, las que fueron declaradas Bien de Interés Cultural en diciembre de 2018. Sobre ellas se han llevado a cabo trabajos de recuperación que permitirán su apertura al público desde este sábado, aunque el programa es más ambicioso y, sin plazos aún, prevé extenderse por toda la finca.

La Galería que une el Palacio Viejo con la Casa Bella Vista, ya restaurada JAIME GARCÍA

De momento, se han invertido más de 7 millones de euros en esta zona de Quinta de Vista Alegre, como rezan los carteles a la entrada –«no es quinta, es finca», recuerda un vecino al pasar, reivindicando un espacio siempre demandado por los residentes en la zona–, bajo la coordinación del director general de Patrimonio de la consejería de Hacienda, Jorge Jiménez de Cisneros.

En la intervención se han utilizado plantas vivaces similares a las que había en su origen, en el siglo XIX

Durante dos años, se han revisado uno por uno los 1.500 árboles de la zona, escaneando las raíces y realizando pruebas de tracción de las ramas para garantizar la seguridad . El paso de Filomena no afectó demasiado a esta zona verde –«sólo se registraron daños en 6 ejemplares», explica Nuria Ruiz, jefa de división técnica de Patrimonio Inmobiliario –, sobre la que además se han realizado obras de mejora en algunas edificaciones y hay otras previstas.

Pero lo principal es la transformación de los jardines, tan de fondo y tan sutil a la vez: el asfalto que ocupaba algunas zonas se ha sustituido por terrizos ; han desaparecido señales de tráfico y otros elementos que distorsionaban el espacio; mobiliario y hasta farolas se han recuperado o reconstruido –con piedra artificial, típica de la época–; las arquetas están camufladas y apenas son visibles; y se han elegido plantas vivaces que permiten recrear en los jardines un aspecto muy similar al que disfrutaron, en el siglo XIX, quienes visitaban la finca.

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