Tráfico ilegal de antígenos: la Policía retiene en Madrid otros 200.000 test sospechosos

En esta ocasión, agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, en compañía de la Agencia Tributaria, irrumpieron a principios de la semana pasada en una nave de ese polígono de Fuenlabrada. Se trata de una operación distinta a la desarrollada el 30 de diciembre en ese mismo parque empresarial tras desvelar el día antes ABC el trapicheo de pruebas rápidas de diagnóstico de Covid entre parte de esa comunidad china : como se informó, los agentes hallaron un millón de unidades , de las que más de 300.000 eran ilegales.

Pues bien, la Policía Nacional abrió una nueva investigación al detectar numerosos test de sospechosa naturaleza en comercios asiáticos de la ciudad, sobre todo del barrio de Usera. En este último capítulo, son 200.000 los detectores de antígenos aprehendidos y que, a fecha de hoy, están inmovilizados y en manos de la Agencia Española del Medicamento. Serán estos peritos los que determinarán, si como parece, existen irregularidades en este material.

Hay dos aspectos fundamentales para tener tantísimos recelos. Por un lado, por la falta de custodia de la cadena de frío (deben estar en condiciones de entre 2 y 30 grados) para que sus resultados sean óptimos; y otro no menos importante, que señala a que no cumplirían los parámetros establecidos por la Agencia Española del Medicamento, ya que cada país tiene su propia regulación. Amén del hecho de que se venden fuera el circuito legal, el de las farmacias.

De hecho, en estos primeros momentos, ya se tienen indicios de la ruta que siguen estos test hasta llegar a España. Los importan desde China y primero recalan en Austria. El hecho del paso por este país centroeuropeo, sin puerto de mar (sí cuenta con el fluvial mayor de Europa) es un misterio, pero lleva a pensar en dos hipótesis: que arriben al continente con una parada intermedia o que lo hagan vía terrestre .«Existe una falta de controles tremenda» , explican los expertos consultados. Un hecho aún más preocupante si se tienen en cuenta las sospechas de existencia de muchísimos más test en naves de Leganés, Getafe y Alcorcón.

Porque las pesquisas apuntan a esos otros puntos del sur de Madrid como lugares donde existen más empresas asiáticas (y algunas españolas) que podrían estar traficando con este material sanitario. «El mundo de la delincuencia china se mueve allá donde hay dinero. Cuando se trata de marihuana, compran las mayores partidas a los que se dedican a grandes plantaciones, para evitar los gastos de producción (como sigue ocurriendo en la Cañada Real, que lleva más de un año con problemas gravísimos de suministro eléctrico por culpa de estos narcos); luego, lo hicieron con las mascarillas, al principio de la pandemia , cuando escaseaban, y se incautaron más de 8 millones también de procedencia irregular y que no cumplían los estándares de calidad; y, ahora, con los codiciados tests antígenos», detallan informantes de toda solvencia.

La falta de homologación de estos productos es, además, ignorado por los consumidores finales. Por medio, hay un segundo escalón, que son los compradores al por mayor que acuden a Cobo Calleja a adquirir cajas de estas pruebas.

Los empresarios implicados del polígono fuenlabreño (en el caso de la semana pasada se trata de una mercantil que tiene como objeto social la recepción de mercancía para luego distribución)  solo admitían a gente de confianza o recomendada.

Para ello, había que concertar una cita previa para acudir a la nave, y más después de la trama desvelada por ABC y que desembocó en la incautación de las 300.000 ejemplares requisados a finales de 2021. Una de las maneras, presuntamente, sería utilizando una ‘app’ de mensajería móvil instantánea muy utilizada por la comunidad china, similar a WhatsApp, y que, además, permite el envío de dinero, a semejanza del conocido Bizum .

En cuanto a los beneficios, tan solo hay que echar cuentas. Si en Austria (país en el que, por cierto, su Gobierno ha conseguido distribuir de manera gratuita estos test ) pagan entre 1,5 y 2 euros por cada prueba rápida, al llegar a España se venden a 8 euros.

Este auge se ha comenzado a notar a raíz del puente de la Constitución, con la variante Ómicron desbocada y la inminencia de las reuniones familiares para la Navidad. La incidencia en la Comunidad de Madrid no baja de los 2.400 casos por cada 100.000 habitantes, una barbaridad: el negocio para estos empresarios sigue asegurado.

Del polígono, al bar de la esquina. O al bazar del barrio. O a la tienda de conveniencia donde se va a comprar el pan. Esos son muchos de los lugares donde el consumidor final puede encontrar estos test. Aunque ahora, gracias al trabajo policial, serán muchos menos los que anden en circulación: «Se trata de hacer su agosto a costa del miedo a Ómicron. Estas mafias solo ven cifras de negocio y de facturación. Y resulta muy complicado desenmarañar la ingeniería financiera que utilizan para el posterior blanqueo de estos millones de euros».