«Al salir del metro de Batán dos chicos me patearon la cabeza para robarme»

Dos jóvenes «de acento extranjero» golpean a una mujer cerca de la residencia de menas

Isabella, venezolana de 23 años, con marcas en la cara por los golpes ABC

15/07/2020
Actualizado a las 12:34h.

El aumento de la presencia policial en el entorno de la Casa de Campo no parece haber reducido, al menos por ahora, la escalada delictiva acaecida en el enclave desde el fin del confinamiento. Si la semana pasada, ABC se hacía eco de la fuerte agresión sufrida por Mikel, ... que necesitó de hasta 12 grapas para cerrar tres heridas abiertas en la cabeza provocadas por botellazos, la dura situación también ha golpeado a Isabella, una joven venezolana, de 23 años, que a principios de mes fue asaltada y pateada en el suelo cuando se dirigía a su domicilio después de apearse en la estación de Metro de Batán.

«Eran las dos menos cuarto de la mañana cuando volvía a mi casa después de haber estado con unos amigos», relata por teléfono la afectada. Isabella salió del suburbano en la citada parada y enfiló el camino a su casa, donde reside junto a su hermana y su prima tras abandonar su país natal cuatro años atrás. «Me fui de Venezuela debido al caos y la situación de violencia que allí se vive», añade, sin imaginarse entonces la situación que iba a vivir en una zona marcada por el cambio de uso del albergue juvenil Richard Schirrmann, destinado desde hace un año y medio a la acogida de emergencia de los menores extranjeros no acompañados (menas) llegados a la región.

«Caminé unos 100 metros y de pronto dos chicos me abordaron. Uno por la izquierda y el otro por detrás», prosigue. Éste último sujeto se abalanzó sobre ella y la tiró al suelo. Isabella, que en ese momento llevaba el teléfono móvil en la mano, trató de sujetar el terminal: «Me empezaron a dar patadas en la cabeza hasta que lo solté». Uno de los malhechores intentó sin éxito arrancarle el bolso, lo que le originó un fuerte hematoma en el brazo derecho. Al tiempo que varios vecinos bajaban a socorrerla alertados por sus gritos, los dos individuos huyeron a la carrera hacia el interior de la Casa de Campo. «Se esfumaron», recuerda con indignación.

Convaleciente por los golpes, esa misma noche acudió al Hospital Gómez Ulla, donde fue atendida y le redactaron el pertinente parte de lesiones. Tras ello, se personó en la comisaría de Latina para interponer la denuncia, a la que ha tenido acceso este diario. En ella, Isabella describe a los autores como «dos varones jóvenes, de acento extranjero». «De frente solo pude ver a uno, tenía la piel morena y un corte de pelo rapado por los lados y largo y rizado por arriba», relata, con la seguridad de poder reconocerlo en caso de volver a encontrarse.

Hartos de la situación, los vecinos de Batán piden la «intervención urgente» del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Cs), «responsable de la continuidad del centro en la Casa de Campo». Desde que el recurso habitacional abriese sus puertas, se han denunciado dentro una treintena de delitos, la mayoría relacionados con agresiones, amenazas y robos con fuerza.