Los radicales buscarán convertir Tirso de Molina en una ratonera donde reventar la cumbre de la OTAN
El lugar elegido por los grupos antisistema ya ha sido escenario de sonados incidentes a lo largo de los últimos años
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Altercados en las calles aledañas a la Puerta del Sol, en febrero del año pasado
Ni la prohibición de la Delegación del Gobierno en Madrid de la manifestación en la calle de Atocha ni la fuerte presencia policial con motivo de la cumbre de la OTAN ha calmado la sed de protesta de los radicales de extrema izquierda, que ... este miércoles acudirán a las 20 horas a la plaza de Tirso de Molina. Un escenario de sobra conocido por el autodenominado antifascismo madrileño, consciente esta vez de la dificultad de llevar a cabo cualquier acción violenta en un contexto marcado por la extrema seguridad. Ello, sin embargo, no ha amedrentado a una amalgama de grupos, liderados (al menos, de puertas para afuera) por el llamado Movimiento Antirrepresivo de Madrid, el mismo colectivo que provocó el año pasado los graves incidentes en la Puerta del Sol tras el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel.
Ahora, con la Brigada de Información de la Policía Nacional detrás de todos y cada uno de sus movimientos , está por ver si esta tarde acuden al lugar señalado de forma organizada y con intención de reventar una cumbre que hasta la fecha se prevé especialmente tranquila. Por si acaso, las Unidades de Intervención Policial (UID) se desplegarán por toda la plaza a la espera de saber si permiten el paso o, por el contrario, impiden cualquier tipo de manifestación . Sea como fuere, los agentes tienen claro que el punto de reunión acordado por los radicales no ha sido elegido al azar.
En la memoria de algunos aún colean los disturbios de 2008 en Tirso de Molina, cuando, en el marco de un acto de corte neonazi, decenas de antifascistas atacaron de forma simultánea el enclave desde todas las calles que bajan a Lavapiés. Los radicales de izquierdas avanzaron al unísono parapetados detrás de vallas y contenedores (que ellos mismos desplazaron) antes de lanzar piedras, botellas y otros objetos contundentes a la Policía, obligando a desalojar a los concentrados para evitar el más que previsible enfrentamiento entre ambos grupos.
Los radicales montan barricadas en Tirso de Molina, en febrero de 2008
En 2009, este periódico se hacía eco del proyecto de colocación en el barrio de Lavapiés de 48 cámaras de videovigilancia, con 3 de ellas dispuestas en «un área muy específica, como Tirso de Molina, donde se habían hecho fuerte los colectivos antisistema, muchos de ellos, de gran violencia». Ahora, más de una década después, han sido varios los encontronazos en la zona entre miembros de estos grupúsculos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Sin ir más lejos, el 20 de noviembre de 2020, la Policía Nacional detenía a diez personas por arrojar piedras contra varios establecimientos comerciales y quemar contenedores en la plaza de la Cebada y alrededores tras la celebración de una concentración por el aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco.
La protesta, convocada bajo el lema «20-N, concentración antifascista, contra toda autoridad, fascismo y capital, alianza criminal», concentró en Tirso de Molina a unas 80 personas, la cifra más baja estimada para este miércoles por los agentes (la horquilla contempla hasta 300). Precisamente, una de las cuestiones que más preocupa es el control de las calles aledañas , donde ya en anteriores ocasiones los antisistema aprovecharon la dispersión de la masa para causar destrozos. Actos vandálicos como los protagonizados por jóvenes encapuchados al 'amparo' de la muerte del mantero Mmame Mbaye: dos sucursales bancarias fueron reventadas en la plaza de Lavapiés, además de numeroso mobiliario urbano y vehículos estacionados.
Daños por valor de 150.000 euros
Y ya en febrero del año pasado, los manifestantes en favor de la libertad del rapero Hasel trataron de romper el filtro de acceso de la calle de Carretas, que conecta la Puerta del Sol con Tirso de Molina, empujando a la policía con sus propios cuerpos. Aquel movimiento fue el origen de una batalla campal donde solo en reposición de cristaleras y escaparates se provocaron daños por valor de 150.000 euros.
Hechos, sin embargo, que no volvieron a repetirse meses más tarde en otra concentración por la «amnistía total» entre la plaza del Emperador Carlos V y Tirso, saldada finalmente sin incidentes gracias al férreo control policial. En cualquier caso, el Movimiento Antirrepresivo ha difundido el nombre de los letrados Alejandra Matamoros Alexandrova y Gonzalo de Lara de Blas, cuyos números de teléfono han pedido a los asistentes que sean apuntados o memorizados en previsión de posibles altercados.
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