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Un pirómano o una acción imprudente, detrás del vasto incendio de Batres

El alcalde reclama al Gobierno la declaración de zona catastrófica tras perder más de 191 hectáreas

Bomberos, el pasado domingo, durante las labores de extinción del fuego en Batres EFE
Cris de Quiroga

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El fuego calcinó todo a su paso durante 21 horas. Batres perdió su frondosa entrada arbolada , propia del norte y motivo de orgullo en este municipio al sur de la Comunidad de Madrid que el pasado domingo sucumbió ante las llamas. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer el origen del incendio, que arrasó más de 191 hectáreas de monte bajo y terrenos agrícolas y afectó a varias viviendas y animales. Los primeros indicios apuntan a que fue intencionado o desencadenado por una negligencia.

Las altas temperaturas de la ola de calor y las fuertes rachas de viento que alcanzaron los 50 kilómetros por hora desataron el desastre en esta localidad a 44 kilómetros de la capital. Las primeras llamas surgieron entre el pasto y la maleza del barranco del Moral, a espaldas del colegio público de Batres. Eran las cuatro de la tarde del domingo y, hasta este martes, el fuego no se extinguió por completo . Trece helicópteros, dos hidroaviones y 47 dotaciones de bomberos y brigadas forestales de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y los municipios de Madrid y Fuenlabrada, junto con efectivos de la Guardia Civil, se afanaron hasta bien entrada la noche del domingo para controlar las llamas.

Aunque solo un vecino fue hospitalizado por intoxicación de humo y algunos bomberos sufrieron daños por agotamiento, el incendio ha devastado más superficie que ningún otro del verano en la región. La voracidad de las llamas ha forzado al alcalde de Batres, Víctor Manuel López, a pedir a la Delegación del Gobierno en Madrid la declaración de zona catastrófica .

El fuego calcinó un total de 191,81 hectáreas de monte bajo y terrenos agrícolas, 40 de ellas de terreno arbolado, dañó varios animales, viviendas, vallados, casetas y seis vehículos, derrumbó la cubierta de la Bodega del Castillo, el antiguo secadero de Batres, un edificio Bien de Interés Cultural (BIC), y quemó parte del campo de fútbol, un almacén municipal de maquinaria y un tractor propiedad del castillo.

La jornada roja ha dejado tras de sí «un paisaje desolador», en palabras de López, «que ha transformado una de las entradas más bellas de los pueblos del sur de Madrid en un escenario de desolación para todos los batreños y batreñas». El regidor presentará en el inminente Pleno Extraordinario una propuesta para solicitar al Gobierno la Declaración de Zona Catastrófica del término municipal de Batres con el objetivo de percibir ayudas para la recuperación , en el menor plazo de tiempo posible, de la masa de arbolado perdida.

El domingo el miedo se adueñó de Batres. El fuego arrancó al sur y avanzó con rapidez hacia el noroeste del municipio a través de un arroyo. Antes de que llegaran los medios de extinción, agentes de la Guardia Civil evacuaron a 30 personas y liberaron a numerosos animales (un rebaño de ovejas, 14 caballos, cabras y gallinas) atrapados entre las vallas, cercas y cadenas del monte. El desalojo de la localidad se ordenó sobre las 18.30 horas y más de 700 vecinos de los 1.700 habitantes buscaron refugio con familiares y amigos y en municipios cercanos, como Navalcarnero, El Álamo, Serranillos y Carranque (Toledo). No regresaron hasta la una de la madrugada para ver los estragos de un fuego que, según la primera hipótesis de la Benemérita, no fue un accidente.

Fuego humano

El de Batres no es el primer incendio fruto de la acción humana. Otra investigación del Instituto Armado culminó, el pasado jueves, con la detención de un joven como presunto culpable de las llamas que asolaron la madrugada del 5 de agosto el mirador del Coto de las Suertes, en Collado Villalba , donde hasta 16 focos separados calcinaron 6.100 metros cuadrados de pasto y monte bajo. Un testigo facilitó a los agentes la descripción del sospechoso, un varón de 20 años y vecino del municipio, el mismo al que la Policía Local había sancionado media hora antes del incendio por consumir bebidas alcohólicas en una zona muy próxima al lugar quemado.

El pantano de San Juan y las inmediaciones de San Martín de Valdeiglesias son otros puntos donde se han producido varios conatos de fuego a lo largo de este verano. En el último, el sábado 30 de junio, ardieron hasta 50 hectáreas de matorrales, monte bajo y pinos piñoneros del pantano tras un incendio que se originó en la playa de los nudistas y que sofocaron más de 200 efectivos de emergencias.

Al principio, como informó ABC , los investigadores del caso barajaron un fuego intencionado como represalia a las restricciones de acceso a la zona por el Covid-19. Sin embargo, las declaraciones de los testigos señalaron a un «grupo de ‘hippies’» , once personas que poco antes del incendio bebían y fumaban en la playa nudista. El fuego se inició sobre las seis de la tarde, después de que dos mujeres, según los testimonios, orinaran en unos matorrales secos con cigarros en la mano.

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