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Pedir a Medinaceli en el primer aniversario del Covid: «Ver el Cristo es una tradición y no faltamos aunque haya pandemia»

Colas de dos horas sin respetar la distancia ante la basílica de Jesús de Medinaceli, donde no hubo besapiés

Miles de devotos aguardan, ayer, en la plaza de Jesús para acceder a la basílica sin mantener la distancia de seguridad Guillermo Navarro
Carlota Barcala

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Enriqueta y Sagrario salieron ayer, a mediodía, de su casa en Fuenlabrada para visitar al Señor de Madrid , agradecerle un año más de vida y pedir «que el coronavirus se termine». Fieles desde hace medio siglo, cada primer viernes de marzo ofrecen sus plegarias a Jesús de Medinaceli . «Ver el Cristo es una tradición y no faltamos aunque haya pandemia. Precisamente este año teníamos que venir sí o sí, para pedir que todo vuelva a ser como antes», dijo Enriqueta, de 76 años. Su hermana asintió con la cabeza y apostilló: « Es bonito que se guarde la devoción a pesar de todo lo que está ocurriendo».

A las dos septuagenarias las acompañó la hija de Sagrario, que se encargó de que mantuviesen las distancias , un extremo imposible. Miles de personas ocupaban la acera de los números impares, hasta la calle de Lope de Vega, en una cola de más de dos horas para poder entrar al templo donde, por segundo año consecutivo, no se celebró el besapiés. « Si guardamos el metro y medio se nos cuela la gente », justificó la devota, cansada de esperar, a pesar de la imagen de irresponsabilidad.

Sobre el asfalto, unas cintas amarillas que parecían invisibles a los ojos de los fieles señalaban la obligada distancia. La Policía Municipal y trabajadores de la basílica repetían a la gente que debía separarse, pero la misión no dio sus frutos. A la derecha aguardaban los que acudían a la Eucaristía; a la izquierda, los que iban al no besapiés , formando entre ambos grupos un tumulto en el que costaba diferenciar, hasta que se llegaba a la entrada, el motivo de la asistencia.

Varios fieles rezan ante la talla de Jesús de Medinaceli Guillermo Navarro

«Hay mucha menos gente que otros años », aseguró Ana, vecina de Centro, sin que le faltase razón. Desde que la talla del siglo XVII regresó a la parroquia de la plaza de Jesús, tras la Guerra Civil, era común ver cómo la gente acampaba en la calle para ser los primeros en celebrar el rito de culto. Algunos dormían durante tres noches a la intemperie para no perder el sitio. El año anterior a la pandemia 500.000 personas acudieron a la cita. «Este año eso no ha pasado ni el anterior. Si tenemos que coger el virus lo cogeremos aquí o donde sea. Que sea lo que Dios quiera», continuó Ana.

Acompañada de su amiga Paqui, llevaban hora y media esperando. Esta aprovechó para comprar un cupón de la ONCE a un vendedor que se instaló en la calle. «A ver si puedo pasarlo por los pies y me da suerte», dijo con el boleto ya en la mano. «Estamos al aire libre, hay más peligro de contagio en una terraza donde la gente está fumando y sin mascarilla que aquí, aunque sí es cierto que deberíamos estar todos más alejados», opinó la mujer.

Bancos señalizados

Dentro, la basílica se desalojó tras cada Eucaristía para que pudieran acceder los siguientes y los bancos estaban señalizados para cumplir el aforo establecido. A las 12 tuvo lugar la misa solemne presidida por el cardenal Carlos Osoro, que pidió, ante el Cristo de Medinaceli, que todos los madrileños tengan «salud, trabajo y pan» . También, en el día grande de los actos por el Señor de Madrid, se emitió un documental de devoción y veneración a través de la historia de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli. Ya por la tarde tuvo lugar el Santo Rosario, el Santo Vía Crucis y la oración final, que marcó el fin de la jornada y cerró las puestas de la basílica, abierta desde las seis y media de la mañana.

«Mi mujer era devota. Ni un año faltaba, pero la pandemia se la ha llevado», indicó Pedro, tras visitar la talla de Jesús. «Este año tenía que venir por ella», explicó con lágrimas en los ojos, pidiendo solo «trabajo y salud, salud sobre todo».

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