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Pasión y devoción por el «Señor» de Madrid

Miles de personas llenaron las calles de la capital en la penúltima estación de penitencia, con la salida de Jesús de Medinaceli y otras seis hermandades

Jesús de Medinaceli, a su paso por la carrera de San Jerónimo MAYA BALANYÁ

IGNACIO S. CALLEJA

Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido popularmente como el «Señor» de Madrid, marcó el Viernes Santo el paso de la penúltima estación de penitencia de la Semana Santa en la capital . Miles de madrileños y turistas abarrotaron las calles durante horas para seguir con emoción y pasión a las seis Hermandades que recorrieron la ciudad; Jesús de Medinaceli, Los Alabarderos, El Divino Cautivo, El Silencio, María Santísima de los Siete Dolores y el Santo Entierro.

La imagen de Jesús de Medinaceli, anónima del siglo XVII, se asomó a la plaza de Jesús desde el portón de la basílica homónima en torno a las siete de la tarde. Si hace menos de un mes miles de devotos esperaron durante horas para venerar al Cristo, en el tradicional besapiés , ayer hicieron lo propio en el día de la muerte del Señor.

Acompañado por Nuestra Señora de los Dolores en su Mayor Soledad, elevada al cielo de la capital por más de cuarenta anderos, enfilaron su paso hacia la plaza de las Cortes, primero, y la Puerta del Sol, a continuación, entre la aclamación y el fervor popular. Ambos avanzaron junto a la Banda de Música de la Asociación Musical la Lira de Pozuelo, en el caso de Jesús de Medinaceli; y de la banda de Cornetas y Tambores Virgen Morena de Ocaña (Toledo), en el de su madre.

A la misma hora, simultáneamente, comenzaron el paso otras tres hermandades en diferentes puntos del viejo Madrid. Desde la Puerta del Príncipe del Palacio Real inició la marcha el Santísimo Cristo de los Alabarderos ; desde la iglesia del Santísimo Cristo de la Fe, en la calle de Atocha, lo hizo El Silencio. La talla de Nuestro Padre Jesús del Perdón, obra de Víctor González Gil, subió hasta la plaza de Antón Martín al compás de la Agrupación Musical Santa Marta y Sagrada Cena, de León. En ambos puntos, el ritmo de los tambores y timbales solo se apagó entre los aplausos de los asistentes , contagiados del fervor cofrade que inunda Madrid en estos días. «No tenemos nada que envidiar a otras ciudades», valoraba orgullosa una mujer, atenta al avance del Santísimo Cristo de la Fe, a su paso por Bailén.

María Santísima de los Siete Dolores fue la última de las imágenes que salió a esa hora. La talla, obra de Faustino Sanz Herranz, partió de la iglesia de la Santa Cruz, en la calle de Atocha, elevada por su cuadrilla de anderos. Con túnica blanca, capucha y fajín negros, avanzaron con paso firme hacia la plaza de la Villa.

El Santo Entierro

Las calles del centro, no obstante, ya estaban abarrotadas antes de que estas hermandades echasen a andar. Media hora antes, a las 18.30, una multitud esperaba al Divino Cautivo en la iglesia de San Sebastián. Era el comienzo de una estación de penitencia, seguida con la habitual devoción , que se consumó al tiempo que lo hacía el día.

La última procesión, también con gran seguimiento, acaso por el contagio del resto de comitivas, fue la del Santo Entierro , a las 20.30 horas. El Santísimo Cristo de la Vida Eterna, obra de Jacinto Higueras, acompañado de María Santísima de la Paz, de los talleres de Agustín López Miras, encaró la calle de Atocha en dirección a la plaza de Jacinto Benavente para llegar la Puerta del Sol y enfilar de nuevo su regreso al templo. El Viernes Santo acabó tarde, de noche, pero no tanto como las procesiones del jueves , que se alargaron hasta la madrugada.

Medinaceli recupera su túnica

Jesús de Medinaceli recorrió las calles de la capital vestido de nuevo con su tradicional túnica morada. El año pasado, por primera vez en su historia, el «señor» de Madrid lo hizo de color blanco por tratarse del año de la Misericordia . No obstante, como entonces, los nazarenos que le acompañan mantuvieron su atavío habitual, con el morado característico. Su salida y recogida fue en la Basílica de Jesús de Medinaceli, con dos horas y media de duración.

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