Pablo, el Deseado

Treinta y siete años después de su muerte, Pablo Picasso no deja siquiera un día de ser noticia. El año pasado los lectores de «The Times» le encumbraban como el artista más importante del siglo XX. También en 2009 se abría por vez primera al ... público el castillo de Vauvenargues, donde se halla su tumba y hasta donde peregrinaron legiones de fans. El malagueño levanta pasiones por todo el mundo. En lo que llevamos de año ya hemos hablado largo y tendido de Picasso. Y lo que queda... El Museo Pushkin de Moscú acaba de inaugurar la mayor exposición de Picasso desde hace medio siglo en Rusia, y el próximo mes de abril el Metropolitan de Nueva York le dedicará una gran monográfica.

Mientras tanto, andan por Madrid tirándose los trastos nuestros dos principales museos, Prado y Reina Sofía, por su culpa. En realidad, por su obra más emblemática, el «Guernica». El primero quiere recuperarlo después de dejarlo escapar en 1992. El segundo no quiere ni oír hablar de su salida del museo. ¿Quién ganará el pulso?

Pero no todas iban a ser buenas noticias para Picasso. Hasta los genios lloran. Nuestro artista más universal ha sufrido un revés con la pérdida del trono del mercado del arte, donde reinaba a sus anchas desde que los japoneses dejaron de engordar la cotización de Van Gogh. Giacometti ha sido el osado que le ha arrebatado la corona a Picasso. La venganza está servida, no sabemos si en plato frío. No tardarán en aparecer en subasta obras maestras del genio español. El 11 de mayo, sin ir más lejos, sale a la venta en Nueva York «Femme et fillettes», que perteneció a la colección de Michael Crichton. A buen seguro el rey destronado volverá a lucir muy pronto la corona. Lo estamos deseando.

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