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Navacerrada, puerto fantasma

El derribo del Club Alpino Guadarrama reabre el debate sobre cómo reactivar este enclave histórico de la sierra en el que aún existe una decena de edificios abandonados

Estado de abandono del antiguo Club Alpino Español, a la entrada del Puerto de Navacerrada Jaime García
Adrián Delgado

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No hace falta que la niebla cruce la carretera M-601 ni que la noche se eche encima de sus 1.858 metros de altitud. A pleno sol, con la nítida luz de una mañana de julio, el aspecto del Puerto de ... Navacerrada se asemeja más a un pueblo fantasma que a la villa de recreo y descanso que antaño elegía la burguesía madrileña para su asueto estival. No se oye el griterío infantil de los campamentos de verano. Tampoco el trasiego familiar de los empleados de banca que acudían, en esta época, a alguna de las residencias que las grandes entidades construyeron aquí. En sus albergues juveniles el único habitante que queda es el eco que devuelven las pocas paredes que permanecen en pie. Eso y las huellas del vandalismo que han convertido a los numerosos edificios abandonados de este enclave en un lugar que genera más lástima que nostalgia.

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