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La frecuencia de los semáforos enfrenta a ciclistas y Ayuntamiento

El colectivo no logra que Carmena regule que no haya tantos en verde al mismo tiempo

Un ciclista circula por el carril especial de la calle de Sagasta, en una imagen de archivo MAYA BALANYÁ

A. S. MOYA

En los últimos meses, las relaciones entre el Ayuntamiento de Madrid, que dirige Manuela Carmena, y el grueso del pelotón ciclista no parecen marchar en la misma dirección. A las múltiples quejas por la revisión del Plan Director para la Movilidad Ciclista, cuya política de segregación ha generado agrias polémicas, se suma ahora el rechazo municipal a modificar la sincronización de los semáforos de la capital, como habían solicitado varios colectivos de las dos ruedas.

La petición, efectuada el pasado mes de septiembre, respondía a la necesidad de modificar la regulación de las señales luminosas de forma «que la velocidad que los vehículos deban mantener para encontrar los semáforos consecutivos en verde se reduzca a velocidades no tan cercanas e incluso superando el límite legal». Según los grupos firmantes -Madrid Ciclista, En Bici Por Madrid, Asociación Pedalibre, Cicloguinda, Bicillecas, Plataforma Ciudadana Bicilineal, Getafenbici, Biciclistas Montserrat, Asociación Nacional de Ciclomensajeros y Federación Española de Cicloturismo-, «la probabilidad de que un accidente sea mortal, que a 40 kilómetros por hora es del 45%, descendería hasta el 5% a 30 kilómetros por hora».

Una teoría que no convenció al Departamento de Tecnologías del Tráfico del Ayuntamiento. Los técnicos justificaron la negativa ante estos colectivos en el hecho de que asumir una velocidad en la onda verde -serie de semáforos que se coordinan para permitir el flujo continuo del tráfico sobre varias intersecciones- de 30 kilómetros por hora, siendo el máximo permitido el de 50 kilómetros por hora, «implicaría estar utilizando la regulación semafórica para reducir la velocidad efectiva de los vehículos a motor, en este caso, por debajo de la velocidad de la vía».

Consideran, además, que la medida no es «positiva» y piensan que existen otros mecanismos para controlar la velocidad de los coches, en lugar de esperar más tiempo para poner en verde los semáforos. «Es muy recomendable tener ciclos en verde especialmente largos. Forzar la reducción de velocidad de los vehículos a motor de forma general cuando puede que no haya bicicletas tendría un efecto negativo en las congestiones sin reportar beneficios a los ciclistas », añaden.

Este colectivo, por su parte, se siente sorprendido «tanto por la inexactitud de la valoración como por la diferencia entre el discurso público del Consistorio y la argumentación recibida denegando la solicitud, anteponiendo la fluidez del tráfico basada en la velocidad al aumento en la seguridad». «Se trata de una propuesta barata y sencilla, que cuenta con el consenso del colectivo ciclista, no siempre fácil de conseguir y de la que se verían beneficiados no sólo los ciclistas, sino toda la ciudadanía», sentencian.

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