Escuela de jóvenes estrellas: así se forman los futuros Billy Elliot
La primera academia integral de teatro musical de España cuenta con 450 alumnos en solo año y medio
Desde los 6 años, los estudiantes tienen clases de interpretación, baile y canto y un posgrado para los mayores de edad
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Iniciar sesiónEn una sala rodeada por espejos, doce alumnos reciben clases de claqué. «Arriba, derecha, izquierda... Un, dos, tres», repite entre gritos la profesora, Jessica Flores, para que los estudiantes sepan seguir sus movimientos y escuchen su voz pese a la música que sale de los ... altavoces. Los pasos que dan con las chapas metálicas de sus zapatos resuenan acompasados por todos los recovecos del edificio que acoge la primera escuela integral de teatro musical de España . «Levanten los tacones», les ordena. Concentrados, ninguno protesta, al contrario, las sonrisas se intuyen bajo las mascarillas que no se retiran en ningún momento de la clase. Pueden repetir la coreografía las veces que sea necesario hasta que no se produzca ningún fallo.
«Madrid es la cuarta ciudad más importante del mundo en musicales, detrás de Nueva York, Londres y Hamburgo», dice el CEO
Las agujas del reloj ya sobrepasan el mediodía, pero en sus rostros no se aprecia el cansancio. Llevan desde las nueve de la mañana ensayando y portando sus mochilas de una clase a otra, pasillo tras pasillo por los 900 metros cuadrados de instalaciones de la academia. Las bolsas y zapatillas descansan ahora bajo las barras de ballet que bordean cada una de las cuatro paredes mientras sus dueños entrenan. Cuando estos doce estudiantes salgan, otros llegarán al aula para enfrentarse a la sesión de danza clásica y ensayar sobre las puntas.
En SOM Academy todo funciona como un perfecto engranaje y no hay lugar el error. En un organigrama se marcan, con colores, todos los horarios y clases de la semana. No es tarea sencilla: hay un grupo júnior, hasta los 17 años, dividido en varias edades; un pregrado para mayores de edad y un grado profesional de cuatro años. Todos ellos están guiados por profesionales del sector en activo y, además, profesores que forman a los futuros Billy Elliot de la escena nacional en esta suerte de 'Fama' instalada en el distrito de Retiro de Madrid y levantada por SOM Produce, empresa a cargo de musicales como ' Sonrisas y Lágrimas ', ' Priscilla Reina del Desierto ', ' West Side Story ' o ' Billy Elliot '. En octubre estrenan en la capital ' Matilda ' y ' Mamma Mia! ', producciones que reúnen a más de 140 personas entre el elenco y los técnicos. Solo en 'Matilda' contarán con 76 niños.
La productora estrena en la capital en octubre los musicales 'Matilda' y 'Mamma Mia!' con elencos de más de 140 personas
«Nos dimos cuenta de que había una imperante necesidad de formación para que el talento joven acceda bien preparado y con garantías a los castings y escenarios», resume Marcos Cámara, CEO de la productora y creador de la escuela, sobre cómo surgió esta en octubre de 2020. «Madrid es la cuarta ciudad más importante del mundo en el teatro musical, por detrás de Nueva York, Londres y Hamburgo , y la primera en lengua española. Hay un gran auge de creación de puestos de trabajo, y debíamos traer la formación que ya se da en esas ciudades, que es integral, y hasta ahora en España no se hacía», continúa Cámara. La academia cuenta, en menos de año y medio de existencia, con 450 alumnos matriculados y lista de espera desde octubre en todas las modalidades. Un éxito en dieciséis meses y una muestra de las ganas por recibir formación y triunfar bajo los focos.
Más preparación
Mientras Cámara explica el funcionamiento, la escuela no para: una sala para la clase de ortofonía abre sus puertas, al tiempo que media decena de alumnas retoma el aliento en los pasillos tras una clase de preparación física. A su lado, con los auriculares introducidos en las orejas, otra joven entona versos de una canción en inglés. Su jornada no termina hasta las cuatro y media de la tarde.
«El teatro musical consiste en danza, interpretación y canto. Todos deben dominar las tres áreas. Antes había quienes bailaban muy bien pero no cantaban tanto, y al revés. Este mundo ha cambiado y se exige más preparación», explica, por su parte, Iker Karrera, uno de los directores académicos, sobre el modelo de funcionamiento de SOM. La escuela se está sometiendo a ese proceso de transición que impera en un sector que cotiza al alza, con las butacas casi siempre reservadas, y en el que se premia la exigencia.
«Dicen que el 70% de las profesiones que existirán en 20 años no son conocidas actualmente. Nosotros ya estamos en ese proceso en el que se quiere a gente más preparada para papeles más complejos», añade Cámara, que no se esperaba esta 'avalancha' de matriculaciones que han tenido: «Lo que ofrecemos, la formación, con profesionales especialistas en diferentes disciplinas da valor al estudiante que está en busca de empleabilidad».
Diferentes horarios
En SOM corretean niños desde seis años hasta profesionales de todos los ámbitos que desean recibir educación en materias concretas. Los más pequeños, hasta los 14 años, solo reciben dos horas diarias de aprendizaje al día; cinco horas para los de hasta 17 y, a partir de ahí, jornada completa. Solo hay un secreto para acceder: tener ganas de aprender y estar enamorado del teatro musical. «Si tienen inquietud se nota desde los seis años. Es increíble lo disciplinados que son», puntualiza Gema Vallespín, directora del centro. Y por ello en SOM hay gente venida de otras ciudades de España, como Córdoba, Logroño o Castelldefels, e incluso de países de Iberoamérica, como México.
Que el prestigio llegue hasta el otro lado del charco queda patente en que, según los datos de la productora, el 70% del público que acude a los musicales de la ciudad y que deja 110 millones de euros anuales (en datos prepandemia) es de fuera de Madrid. «Los musicales están abriendo muchas oportunidades en la ciudad y empleo de calidad para gente joven que encuentra algo que le gusta y que se gana bien la vida profesionalmente», añade el CEO de la compañía.
Sacrificio
Pese a los buenos datos, nada en la vida está garantizado. Para Cámara, el 95% del éxito viene del trabajo y la formación permanente, el sacrificio y la dedicación exclusiva. Eso lo sabe bien Nina Rubira, que con 18 años se mudó a Madrid desde Castelldefels para apuntarse a la academia. Llegó en plena Filomena , dos días tarde por la nevada y no quiere regresar. «Había estudiado cuatro años en una escuela 'amateur', pero nunca había recibido formación en todas las ramas. Debía reforzar el baile y sabía que quería dar el salto al teatro musical», dice la joven, que tiene claro su futuro: «Me quiero dedicar a esto». Por suerte, contó con el apoyo de sus padres, aunque le pusieron una condición: estudiar otra carrera universitaria, además del posgrado de cuatro años de esta escuela, por si algo falla.
Ella eligió Publicidad y Relaciones Públicas, algo que hace a distancia y en el tiempo libre que le dejan las clases a las que acude siete horas y media en SOM. Las fuerzas flaquean a veces: «Físicamente es muy cansado», dice ella. Pero la ilusión no se marcha. Nina sueña con formar parte de un musical con mucho elenco, que aúne baile e interpretación, como ' Chicas Malas ', ' Grease ' o ' Kinky Boots '. Tal vez, un día, su nombre resuene sobre las tablas y reciba aplausos desde el patio de butacas.
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