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Un museo del crepúsculo

El Templo de Debod ahí lleva décadas, a cuatro soplos del Palacio Real

Un grupo de jóvenes en las inmediaciones del templo GUILLERMO NAVARRO
Ángel Antonio Herrera

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El Templo de Debod resuelve unos crepúsculos que son una postal pura. Postal de la ciudad, pero de la belleza de la ciudad, y de su misterio inacabable. El Templo de Debod es, de algún modo, un poeta del atardecer, sólo que en callado templo. ... Ahí lleva décadas, a cuatro soplos del Palacio Real, inquilino al reojo del Parque del Oeste. Y en ese tiempo ha ido creciendo un deterioro, ya inquietante, porque se desmorona la piedra que lo conforma. Más o menos. Las causas son climáticas, en general, aunque también influye el mayor o menor vandalismo de ciertos transeúntes a deshoras, y hasta el anidamiento de aves.

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