Bala Perdida

Madrileño tenías que ser

En previsión de vacaciones, o cierto relajo próximo, al madrileño se le vislumbra como un enemigo, o casi, porque aquí hay mucho covid

Un turista, en la Plaza Mayor de Madrid Isabel Permuy

Hay fama larga, en el madrileño, de criatura hospitalaria, charladora y hasta un poco vivales, que dicen los castizos. Sabina suele advertirme que de Madrid le gusta que nadie te pide el deneí. Esto es como decir que todos somos del foro, aunque del ... foro somos pocos, o muy pocos, empezando por un ruiseñor canalla de los nidos últimos de Lavapiés , como el propio Sabina. Sí, hay una hospitalidad de garantía en el madrileño, que es como una garantía de rápido tuteo, porque Madrid es rompeolas de las Españas, según acuñación de los noventayochistas, y también es moro Madrid, según diagnóstico literario y promiscuo de Ramón Gómez de la Serna , que tuvo cátedras en los madriles de la bohemia, empezando o acabando por El Rastro , que es el otro gran museo de la ciudad, junto al Museo del Prado.

Esa hospitalidad resuelta, y alegre, se comprueba entrando en un bar, y pidiendo una caña, con lo que ya está en marcha la cháchara con el camarero, o con el vecino de barra , que acaba de pedir también su caña, o su vinito. En Madrid, pillas un cuarto de hora de coincidencia con un desconocido, y a menudo lo vives como un encuentro con un amigo. Este es también el modo de conducirse en el trato del madrileño , cuando sale de viaje.

Desde algunas provincias, se reprochan al madrileño pasajero ciertos aires de chulería , más legendarios, yo creo, que verídicos. Es un tópico que, acaso, alguna vez fue una verdad. Solía darse en vacaciones , cuando el madrileño se va al recreo de la costa. Y hasta aquí queríamos llegar. Ahora, en previsión de vacaciones, o cierto relajo próximo, al madrileño se le vislumbra como un enemigo , o casi, porque aquí hay mucho covid, y mejor que el covid se quede en casa , según deseo de los que hablan desde debajo de una palmera, junto al mar. De modo que somos grupo de riesgo , por dictamen del padrón. No hay pocos, desde otras Comunidades, que nos quieren «madrileños por el mundo», pero sin movernos de la Puerta del Sol . Los hospitalarios somos, además, peligrosos. Madrileños teníamos que ser.

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