El 70% de los municipios de la Comunidad de Madrid viven ya libres de Covid-19

De los 42 que han registrado contagiados en las dos últimas semanas, dejando fuera a la capital, destacan algunas localidades como Móstoles , con 156 casos. Es la única, sin contabilizar los 21 distritos de Madrid ciudad, que supera el centenar de casos confirmados en el periodo estudiado. Por su parte, la capital registraba hasta ayer 1.078 confirmados , siendo el distrito de Puente de Vallecas el que más acumula (106) –uno de los más díscolos, a tenor del histórico de denuncias por saltarse el confinamiento, pero también de los más poblados–, seguido por Carabanchel (88); Latina (82) y Retiro (61). En el lado opuesto, con los datos más bajos, destacan Barajas (6) y Chamartín (32). El único distrito que ha visto aumentar sus cifras en la última semana ha sido Vicálvaro, que ha pasado de 41 a 51. El resto ha visto descender su gráfica, en especial Latina, con prácticamente la mitad de contagiados. En una semana, los casos en los últimos 14 días han bajado en 581, un descenso del 35%.

Respecto a la tasa de incidencia de la enfermedad , ayer los dos únicos municipios sombreados por superar los 400 casos confirmados por cada 100.000 habitantes en el periodo citado de estudio eran Navas del Rey (514,05) y Zarzalejo (422,2). Estos datos, que a priori pueden alarmar, hay que contextualizarlos en este tipo de localidades con poblaciones inferiores a los 5.000 habitantes –la primera tiene 2.819 y la segunda 1.412, según el INE de 2019–.

«Se ha producido un descenso del número de casos Covid-19 gracias a la efectividad de las medidas de control y aislamiento implementadas por las autoridades sanitarias y de salud pública. De esta forma, pueden observarse en los mapas cómo descienden día a día sus tasas de incidencia en toda a la Comunidad», explican a ABC desde el Ejecutivo madrileño. «Esto tiene como consecuencia que el mapa que las representa vaya aclarando sus tonalidades, de manera opuesta a semanas atrás, antes de alcanzar el pico de casos, cuando la tendencia fue la contraria (de oscurecimiento del mapa). Este mapa progresivamente más claro es, en definitiva, la constatación de la tendencia a la reducción de los nuevos casos por Covid-19 », presumen.

Esas manchas que alertaban de la incidencia del virus sobre el mapa de la región destacaban hace solo 15 días en la Sierra Norte de Madrid . Por ejemplo, a finales de abril, Cervera de Buitrago tenía una tasa de incidencia acumulada de 925 casos por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de la región. Ahora es de cero, como la de la mayoría de estas pequeñas poblaciones septentrionales. «Puntualmente, algunos municipios, especialmente los de pequeño tamaño de población, pueden súbitamente oscurecerse, en tanto que la declaración de uno o unos pocos casos positivos nuevos llevarían a un incremento notable de sus tasas de incidencia. Los indicadores de municipios pequeños se han de interpretar con cautela», advierten los expertos.

Aunque las últimas decisiones del Gobierno permitirán a todas las poblaciones con menos de 10.000 habitantes relajar las medidas de confinamiento –sin franjas horarias, a pesar de que la región continúe en fase 0–, estos municipios viven a día de hoy con un «sentimiento encontrado». Así lo define Eva Gallego , alcaldesa de Madarcos –51 vecinos–, que transmite a este diario las «ganas de llegar a esa nueva normalidad de la que hablan» pero con «miedo» a que todo lo logrado se ponga en riesgo cuando desaparezcan las restricciones. «En los foros en los que hablamos los alcaldes de la esta zona compartimos la inquietud de que, cuando se supere esta fase y se permitan los movimientos dentro de la región, mucha gente decida venir a nuestro entorno. Es natural, pero instamos a que se haga con la máxima responsabilidad», expone. «Estamos encantados de que la gente venga: muchos aquí viven del turismo, pero espero que quienes se acerquen sepan dónde vienen. Tienen que ser conscientes de que hay muchos mayores, que han sido y son nuestra prioridad desde el minuto uno de esta crisis», defiende.

Aunque no lo han hecho «de una manera oficial», la mayoría de estos pequeños municipios han transmitido su deseo de poder pasar de fase, habida cuenta de su evolución positiva y de lo «controlada» que está la situación en sus territorios. «Para nosotros, por ejemplo, que el bar del pueblo abra sería todo un acontecimiento porque es más que un bar. Es un punto de encuentro», explica sin olvidarse de los seis menores de 18 años –entre los que están sus hijos– que hay en el pueblo. «Están hartos de teléfono y deseando ver a sus amigos que viven en los pueblos de al lado. Como en todo y antes de esta crisis, la vida aquí se mueve de otra manera, no es comparable con una ciudad», concluye.