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Lanchas rápidas, pilotos sirios y ayuda de españoles: así funcionaba la red de inmigración más importante de Europa

Liderada por un sirio, y con base de operaciones en Libia y España, cobraba hasta 20.000 euros por el viaje desde Argelia e incluso tenía 'pases VIP'

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Momento de la detención de uno de los miembros de la red policía nacional
Pablo Muñoz

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Agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras han liderado la investigación más importante del año -así lo afirma Europol- contra una red de tráfico de seres humanos. La organización contaba con dos bases de operaciones clave y otras tantas células: la principal, siria, que operaba desde Libia aunque el jefe se había trasladado a Almería, y la segunda, secundaria pero imprescindible, española que actuaba desde esa misma provincia andaluza y que estaba dedicada a la logística. De los 15 detenidos, 13 están en prisión.

La organización, liderada por un ciudadano sirio del que la Policía tenía algunas informaciones imposibles de seguir desde hace años, captaba a sus clientes en ese país y organizaba todo el viaje hasta Alemania o Noruega, que eran los principales destinos de los inmigrantes irregulares.

La red tenía enlaces también en Sudán y Liberia , países de tránsito primero hasta Libia y en una segunda fase a Argelia, y disponía de lanchas rápidas con motores de hasta 300 caballos de potencia para hacer el recorrido entre este último país y las costas de Almería en apenas tres horas. Los pilotos iban armados por si eran detectados por las Fuerzas de Seguridad, a las que se habrían enfrentado para evitar ser detenidos.

Esa agilidad en el transporte, y las grandes medidas de seguridad que adoptaban los miembros de la red, hacían muy complicados los seguimientos y las vigilancias, en las que se utilizaron avanzados medios técnicos.

Los traficantes de seres humanos facilitaban la documentación necesaria a sus 'clientes' para que no tuvieran problemas hasta su llegada a Libia, donde eran trasladados a pisos de seguridad controlados por la red. Posteriormente eran llevados a Argelia, donde embarcaban hasta España.

La organización sabía aprovechar todas las oportunidades de negocio. Así, llegaron a acuerdos con traficantes argelinos para que en las embarcaciones que se fletaban viajaran también con inmigrantes de esa nacionalidad que querían llegar a nuestro país.

Uno de los elementos que más llaman la atención que la organización ofrecía un servicio VIP a aquellas personas que lo solicitaban que incluía el desembarque en un punto de la costa diferente al del resto de migrantes, desde donde eran extraídos en vehículos de alta gama entre fuertes medidas de seguridad. Las tarifas variaban según el origen y el destino de los 'clientes' y podían oscilar entre los 7.000 y los 20.000 euros.

Patrullas para detectar a la Policía

En las playas de desembarque los traficantes establecían dispositivos para detectar la presencia policial, organizaban patrullas de vigilancia, disponían de vehículos de alta cilindrada para la extracción de los inmigrantes y contaban con fincas y naves con video vigilancia para ocultar las embarcaciones.

El pasado mes de marzo -la investigación se había judicializado en julio del año pasado- se hizo la operación, de la que se ha informado ahora porque estaba declarado el secreto de sumario. Se hicieron 15 detenciones en Almería y Málaga y se registraron 13 domicilios en ambas provincias, donde se intervinieron 522.710 euros y 1.200 dólares en efectivo, una pistola, dos embarcaciones de alta velocidad, dos motores fueraborda, 575 litros de gasolina, siete vehículos, 200 gramos de hachís, 42 teléfonos móviles y dos satelitales, dos ordenadores, una tablet y diversa documentación.

Tanto Alemania como Noruega -también Bélgica-, han colaborado de forma muy activa en la investigación, porque todos ellos eran los países de destino de los inmigrantes irregulares. Todas las fuentes consultadas destacan que la coordinación entre las fuerzas policiales de esos países ha sido muy importante.

Drogas, armas, blanqueo...

Informaciones de Inteligencia indican que la organización criminal también se dedicaba al tráfico de drogas, armas y al blanqueo de capitales, lo que la hacía mucho más peligrosa. La zona geográfica en la que actuaba, en la que se mueven muchos excombatientes de Daesh, aumentaba más el riesgo.

La investigación de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras ha sido dirigida por la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Almería y contado además con el impulso de los fiscales delegados para asuntos de Extranjería, tanto provinciales como centrales. Los encargados del caso confían en que se puedan abrir nuevas líneas de trabajo a partir del análisis de la información obtenida.

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