Ignacio Cembrero: «El Gobierno quiere tener la mejor de las relaciones con Marruecos a cualquier precio»

–¿Cuándo comenzó su relación profesional con Marruecos?

–Desde hace más de 20 años me dedico a hacer información sobre el Magreb. Estuve en 'El País' y me tuve que ir. No me echaron, me fui a causa de las presiones de Marruecos porque no querían que siguiera escribiendo sobre aquello. Todos los demás medios en los que he estado, 'El Mundo' y 'El Confidencial' me han tratado muy bien y he gozado de absoluta libertad a la hora de escribir.

–¿Qué temas suele tratar?

–Escribo sobre todo. Ya no hago reportajes porque no puedo volver a Marruecos pero sigo teniendo relaciones con marroquíes y autoridades que están allí, que se comunican conmigo con discreción. También tengo contacto con marroquíes que están en España, Francia, Bélgica y en Italia. Muchos de ellos han ido subiendo escalones en la sociedad y ahora son diputados o pertenecen al mundo universitario. También mantengo relación con algunos argelinos.

–La resolución aprobada por Europa le recoge como ejemplo, ¿qué tipo de presiones o abusos ha sufrido?

–Las autoridades marroquíes me han llevado a los tribunales en España desde 2014. Dos ocasiones por la vía penal, por enaltecimiento al terrorismo. Después otras dos por la vía civil, la última ahora que me acusan de acción de jactancia. Esto es una especie de reminiscencia medieval que subsiste en el Código Civil.

El juicio se celebró el 13 de enero. Todo ha sido porque he dicho, y lo sigo diciendo, y lo dice la resolución del Parlamento europeo, que Marruecos ha utilizado un programa malicioso, el malware Pegasus, para espiar a periodistas y activistas.

También ha habido acoso callejero. Me han hecho fotos que han salido publicadas en la prensa marroquí con la intención de pillarme con algún exiliado o con alguien importante. Siempre se han equivocado, pero esas fotos publicadas lo que significan es que ha habido seguimientos. El acoso también llega a centros públicos españoles. Dos ejemplos: estoy vetado en el Real Instituto Elcano, quien no me invita a nada y antes participaba, y nunca he podido presentar mis libros en la Casa Árabe. Quien manda en última instancia en estos sitios es Exteriores.

–¿Las autoridades españolas le han apoyado?

–Nunca. Sí he recibido muchas muestras de apoyo de partidos políticos y sindicatos, algunos lo han hecho abiertamente a través de preguntas al Gobierno en el Congreso o desde el Senado. Otros me han expresado su simpatía con más discreción o me ha escrito por privado. Por parte de los socialistas nada, silencio absoluto, excepto un par de ellos que me han escrito con discreción. Conozco muchos socialistas y la verdad es que estoy decepcionado, descorazonado, porque todos han guardado silencio. Algunos miembros del Gobierno me han dicho que yo había acusado a Marruecos de un delito y que, por tanto, ellos tenían el derecho a defenderse en un Estado de derecho como es España.

–¿Conoce otros periodistas en su situación?

–En España por ahora que yo sepa soy el único, en Francia sí hay otros. En el otoño de 2021, el Reino de Marruecos llevó a varios medios y periodistas a los tribunales. Les llevó por difamación, es decir, por vulneración al honor, pero no hubo juicio porque la Fiscalía y los jueces se opusieron a admitir la demanda. En Europa, los Estado no tienen derecho al honor, en España tampoco, lo que pasa que aquí los abogados del Reino marroquí han encontrado el subterfugio de la acción de jactancia que figura en el Código Civil. Ellos sabían que no podían llevarme a los tribunales por vulneración al honor. La acción de jactancia viene de las partidas de Alfonso X El Sabio, algunos juristas opinan que debía haberse quitado, pero bueno en todo caso sigue en el Código Civil y por tanto lo han utilizado para demandarme.

-¿Por qué cree que el PSOE ha votado en contra de la resolución europea?

Los socialistas han votado así porque tenían instrucciones de la Secretaría general, de Ferraz. Este Gobierno quiere tener la mejor de las relaciones con Marruecos a cualquier precio, y paga uno alto sin tenerla. La situación ha mejorado desde la famosa carta del presidente Sánchez a Marruecos en el mes de marzo, pero desde luego sigue sin tener la mejor relación. Por ejemplo: sí, las fronteras para viajeros de Ceuta y Melilla están abiertas, pero son un tremendo calvario para cruzar. Y este es un solo ejemplo de los que demuestran que no tenemos la mejor relación con Marruecos.