González y Rajoy coinciden en reivindicar la centralidad frente a populistas y radicales

Rajoy ha asegurado durante este foro que las democracias liberales, las de los valores más altos, del voto, de preservar el Estado de Derecho, «tienen dos enemigos»: «Tras la caída del Muro de Berlín, han resurgido China y ahora Rusia. El segundo enemigo es el populismo en casa, que puede ser todo y su contrario».

«En España, la entrada en la Unión Europea y en el euro, así como el regionalismo, fueron fruto del consenso», ha explicado el expresidente popular, dejando así un recado a Pedro Sánchez al denunciar que hay un «problema cuando se gobierna con malas compañías», ya que «para la defensa de la democracia liberal es vital no pactar con extremistas». «La única solución es la moderación», ha sentenciado.

Por su parte, Felipe González ha destacado a Portugal como ejemplo de democracia por la preservación de la centralidad del sistema político. El socialista ha subrayado la independencia del Gobierno luso frente a «grupos radicales que condicionan la buena práctica política y amenazan la convivencia democrática a través de la crispación y la polarización».

También ha insistido en que «el populista es el que da una respuesta simple a un problema complejo, cuando no puede resolverlo, busca un culpable». Y González ha concluido advirtiendo que «la democracia tiene que responder a los problemas reales de los ciudadanos».

Desde el país vecino, el también socialista Costa afirma que «uno de los puntos fuertes de la democracia en Portugal ha sido el hecho de que hemos conseguido mantener dos grandes partidos, uno de centro-izquierda y otro de centro-derecha».

Sin embargo, señala que «los portugueses no sintieron suficiente tracción en el PS (Partido Socialista) y en el PSD (Partido Social Demócrata, de centro-derecha)» en las recientes elecciones y destacó la desigualdad como motor del populismo, relativizando el resultado de Chega, la ultraderecha portuguesa.

«Francia y Alemania son el eje dominante, Iberia podría ser más fuerte» si estrechara lazos con América Latina, apuntó Balsemão. «Europa no tiene una política de defensa y sería importante que la tuviera. Que la OTAN llene o no esa ausencia es una cuestión cada vez más decisiva y aquí también dependemos de la eventual victoria de Trump», explicó el ex primer ministro de Portugal, partidario de la vía de una federación europea que, pese a suponer una pérdida de soberanía para los Estados, daría al viejo continente un papel geopolítico más relevante.

Mariano Rajoy también se mostró de acuerdo con la necesidad de una defensa común para Europa sin embarcarse en el federalismo de Balsemão: «No sé si serían posibles unos Estados Unidos de Europa. El primer paso es una política exterior y de defensa común, hablar con una sola voz en el mundo. Si hay más unanimidad sobre Ucrania, cada Estado tiene su propia opinión sobre Oriente Medio», ha destacado Rajoy, señalando que la política de seguridad europea está alquilada a Estados Unidos.

El expresidente socialista español matizó «la guerra de Ucrania es un horror, pero no es la primera, antes fue la de Yugoslavia, así como las dos guerras mundiales. Hay demasiado eurocentrismo, pensamos que el conflicto es global y no lo es. Europa tiene que cuidar su defensa sin renunciar a su socio atlántico frente a la agresión de Putin».

«Si queremos ser un actor político relevante, tenemos que tener más aliados», aportó por su parte Costa, refiriéndose a las relaciones con Sudamérica. Respecto a Europa, se refirió a las sucesivas ampliaciones: «La UE es un concepto muy imaginativo, la federación es tentadora, pero no hay ninguna formada por Estados nación». Y expuso la complejidad de Europa refiriéndose a Polonia: «Los que más quieren enviar tropas a Ucrania son también los que restringen la importación de sus huevos y pollos».

Además de los cuatro protagonistas mencionados, esta jornada del Foro La Toja, que celebra el vínculo ibérico, ha contado con la presencia de los alcaldes Carlos Moedas (Lisboa), Jaume Collboni (Barcelona) y Rui Moreira (Oporto), representantes del sector económico y cultural, así como destacados empresarios y políticos de ambos países.