El Gobierno descartó a seis altos funcionarios para colocar al exdirector de la Guardia Civil en la embajada de Washington

Marcos -quien está llamado a declarar hoy en la comisión de investigación sobre el caso Koldo en el Senado- fue destituido abruptamente por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado 17 de septiembre y, hace solo dos semanas, desembarcó como nuevo consejero de Información en la embajada de Washington. Según ha podido saber ABC, seis funcionarios -que la mayoría forman parte del Cuerpo Superior de la Administración Civil del Estado, además de un miembro de la Carrera Diplomática- optaron a esta plaza, que el Ministerio de la Presidencia convocó el pasado 15 de mayo a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), donde se especificaba que la persona que se hiciera con la plaza debería tomar posesión el 1 de septiembre. El 3 de agosto, sin embargo, el BOE publicó una nueva resolución en la que comunicaba que este puesto «se declara desierto».

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A esta plaza en la oficina de Comunicación en EE.UU. solo podían optar funcionarios de nivel 30, el más alto de la administración. Entre los requisitos para conseguirla, los candidatos debían dominar inglés y francés, además de tener «experiencia en relaciones informativas internacionales, en la organización de la cobertura informativa de visitas oficiales y de encuentros de alto nivel y cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno», según publicó el BOE. También debían tener «experiencia en seguimiento y análisis de contenidos de las informaciones publicadas en medios de comunicación a nivel internacional».

En el plazo de los quince días siguientes a la convocatoria de la plaza, seis candidatos presentaron sus solicitudes para el puesto. La mayoría de ellos, al pertenecer al mismo Cuerpo Superior de la Administración, se conocían y sabían que todos cumplían los méritos que exigía el puesto, por lo que entendían que aquello sería una lotería, dado el factor discrecional del puesto. Por eso quedaron muy sorprendidos cuando se enteraron de que ninguno había sido elegido y el puesto quedaba desierto.

«Nos extrañó mucho. Cuando un puesto se queda desierto es porque ninguno cumple los requisitos, pero en este caso no era así», explica a ABC uno de los funcionarios que optó al puesto, quien observa que «si hubieran elegido a un candidato u otro» de los seis que se presentaron, no les habría extrañado e «incluso» les habría «parecido normal» porque en la elección «hay cierta discrecionalidad». «Todos estábamos perfectamente cualificados para el puesto, por lo que no había necesidad de dejarlo desierto», advierte.

Se da la circunstancia de que Leonardo Marcos, quien también pertenece al Cuerpo Superior de la Administración Civil del Estado, ya ocupó puestos similares al de la embajada en EE.UU. antes de ser nombrado director general de la Guardia Civil, por lo que sabía cómo funcionan este tipo de concursos. Fue Consejero de Información en las embajadas de Argentina y China. Y también en Washington, durante la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero. «Si quería optar a esa plaza, se tendría que haber presentado el pasado mes de mayo», explica uno de sus compañeros.

Quien debía tomar la decisión final sobre la adjudicación de esta plaza era el Secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, que depende del Ministerio de la Presidencia. Al declararse desierta en agosto nadie tomó posesión el 1 de septiembre. Dos semanas después, el 17, Marcos era cesado de su puesto al frente del Instituto Armado y a principios de octubre aterrizó en Washington, a donde, según fuentes consultadas, llegó después de ser designado para el puesto con un procedimiento urgente.

Aún así, fuentes de Moncloa aseguran que el procedimiento fue «impecable» y alegan que la plaza se declaró desierta porque la realidad política y social del país, donde en cinco meses habrá elecciones, requiere un perfil de alto nivel de conocimiento y experiencia profesional, algo que, según esgrimen, no cumplían los candidatos que se presentaron. «Algunos candidatos no pasaron el filtro por no tener los requisitos y otros por no cumplir con los méritos exigidos para esta plaza de gran importancia estratégica. Y, lamentablemente, tuvo que declararse desierta», apuntan.

Otra circunstancia que conviene recordar es que la jefatura de misión en Washington es a donde fue destinada la exministra Carmen Montón tras el escándalo del máster, y donde ella colocó también a su marido.

Según fuentes consultadas por este diario, Marco cobra en este nuevo destino unos 17.000 euros al mes, por lo que estaría percibiendo 204.000 euros al año, como mínimo. A esta cifra hay que sumar otros complementos, además del específico por este destino, que es de 23.021,60 euros.

Desde el Gobierno explicaron que el cese de Marcos, tras 15 meses al frente de la Guardia Civil, era por «motivos personales» y que él pretendía volver a ocupar su plaza como técnico del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. El pasado 9 de octubre, solo unos días después de que Marcos llegase a EE.UU., un informe de la UCO reveló que Koldo García había declarado que supo que estaba siendo investigado «en el segundo semestre de 2023», cuando recibió «un chivatazo» por parte del comandante de Información Rubén Villalba, imputado en la trama de mascarillas. Según afirmó Koldo y recogió el informe, Villalba le confirmó que «era la UCO y no otro cuerpo policial quien se encontraba realizando una investigación sobre su persona y que fue el anterior director de la Guardia Civil quien le informó sobre la investigación en curso».

Villalba fue suspendido de funciones cuando fue detenido el pasado mes de marzo e implicado en la trama de la compra de mascarillas durante la pandemia. Se le considera el nexo entre la trama Koldo y el Ministerio del Interior. Hasta entonces el comandante se encontraba destinado como agregado de Interior en la embajada de España en Venezuela, un puesto que se le designó el 12 de septiembre de 2023, cuatro meses después de que Marcos llegase a ser director de la Guardia Civil. Villalba ya conocía en ese momento Venezuela porque, tal y como se ha publicado, estuvo allí con los miembros de la trama, financiada supuestamente por varios empresarios venezolanos.