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propuesto por gonzález formoso

Sánchez rehabilita a Besteiro y le devuelve sus opciones a la Xunta

en sustitución de josé miñones

EEl exlíder socialista será el nuevo delegado del Gobierno, en sustitución del flamante ministro de Sanidad

Formoso fue el principal valedor para el regreso de Besteiro, con el que ahora formará ‘tándem’ político

El PSdeG, expectante ante el eventual regreso de Besteiro

Pasan cosas en el PSdeG (18/02/2023)

Besteiro, el 18 de marzo de 2016, cuando dimitió como líder del PSdeG por su situación judicial MIGUEL MUÑIZ
José Luis Jiménez

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El PSdeG pone todas sus cartas sobre la mesa. El nombramiento de José Miñones como nuevo ministro de Sanidad tendrá hoy un efecto sin duda deseado, como es la designación a su vez de José Ramón Gómez Besteiro como delegado del Gobierno en Galicia, para ocupar la vacante que deja el sustituto de Carolina Darias. El socialismo gallego no solo recupera así el peso en el Gobierno de España que no tenía desde la etapa de José Blanco, sino que también amplía sus opciones para la candidatura a la Xunta: con un Formoso centrado a corto plazo en As Pontes, Miñones y Besteiro pueden trabajar a medio plazo como alternativa.

Se trata de una estrategia cuidadosamente diseñada entre el Moncloa y el PSdeG desde hace más de un mes, y en la que se ha venido trabajando con la más absoluta discreción. Sánchez llama a su Consejo de Ministros a uno de los dirigentes que lo apoyó tras su defenestración de la secretaría general y recorrió España para reconquistar de nuevo el PSOE en las primarias de 2017; y al mismo tiempo impulsa la rehabilitación política de un buen amigo, Gómez Besteiro, despejado ahora su horizonte judicial.

La candidatura del exlíder socialista para ocupar la Delegación del Gobierno fue propuesta personalmente por Valentín González Formoso. Es la vía que el partido ha encontrado más idónea para la rehabilitación pública de una de las víctimas más sonadas de Pilar de Lara. La juez lo encadenó a diez imputaciones dentro de dos causas de supuesta corrupción que se archivaron antes siquiera de llegar a juicio. El último sobreseimiento se produjo en diciembre, y ya entonces Formoso saludó efusivamente el hipotético retorno de su amigo José Ramón, que sin embargo siempre ha mantenido un prudente silencio desde que abandonó la política en 2015.

Más perfil político

La designación de Besteiro supone elevar varios grados el nivel político ya existente de la Delegación y, sobre todo, darle al exsecretario general del PSdeG la posibilidad de volver a tener un canal con el que recorrer toda Galicia para un doble fin: el lógico apostolado de la obra de Pedro Sánchez, pero también su promoción personal, para lo que pudiera encartarse a futuro. La recuperación de Besteiro no representa en modo alguno un desdoro o un cuestionamiento del liderazgo orgánico de Formoso al frente del PSdeG, dado que uno y otro conforman una suerte de 'tándem' político, dos caras de una misma moneda. El entendimiento entre ambos es pleno. Si Besteiro decide dar el paso para optar a la Xunta -que le fue hurtado por Pilar de Lara con sus imputaciones-, tendrá vía libre por parte del actual alcalde de As Pontes y secretario general socialista.

A pesar de su aparente distanciamiento de la actividad política, Besteiro nunca le ha perdido el pulso al que es su partido, al que lleva vinculado desde hace más de veinte años. Lugo ha sido y sigue siendo su principal feudo. En la capital fue concejal durante cinco legislaturas, con José López Orozco como alcalde, y entre 2007 y 2015 presidió la Diputación Provincial. En septiembre de 2013 accedió a la secretaría general del PSdeG, tras vencer en primarias al entonces alcalde de A Illa, Manuel Vázquez.

En este tiempo se convierte en uno de los más firmes aliados territoriales de Pedro Sánchez en la dirección federal del PSOE, frente a la postura crítica de la andaluza Susana Díaz. El entendimiento entre ambos facilitó que Besteiro pudiera trazar la hoja de ruta para su salida del partido, cuando en 2016 Pilar de Lara lo implicó en la 'operación Pulpo'. Un año antes ya lo había imputado por el 'caso Garañón'. Ambos quedaron en nada, archivados por la Audiencia Provincial de Lugo.

Sin embargo, Besteiro dio un paso atrás. No ha concedido una entrevista ni ha dado declaraciones desde entonces. Su reaparición se produjo en el último congreso de los socialistas gallegos, arropando a González Formoso. Los asistentes le brindaron un cálido aplauso. Muchos eran sabedores de que, aun físicamente ausente, el exlíder mantenía 'auctoritas' interna en el partido. Y conforme el PSdeG coruñés fortalecía su control del aparato regional, la influencia del lucense fue en aumento. Una visita suya a Ferraz en el verano de 2021 evidenció que, lejos de estar jubilado de la política, todavía tenía mucho que decir. Pedro Sánchez le da ahora el púlpito para hacerlo.

Un amigo ministro

El caso de Miñones es un ascenso en dos tiempos. Primero lo nombró delegado del Gobierno en Galicia para que fuera conociendo los entresijos de la administración estatal y que cambiara el marco de la política local por la regional, y que confrontara así con la Xunta de Feijóo, que acabó siendo la de Alfonso Rueda. Tras dos años de meritoriaje -y de profunda labor de propaganda gubernamental-, lo aúpa a una cartera nada menor, como es el Ministerio de Sanidad. Con Besteiro perfilado como el mejor aspirante a la candidatura socialista a la Xunta, el ascenso de Miñones adquiere trazas de 'plan b', por si hubiera que tener una alternativa potente ante cualquier eventualidad. Y, de paso, aligera la responsabilidad de González Formoso para asumir esa tarea.

En clave orgánica, el nombramiento de Miñones robustece al PSdeG, que no ocupaba un asiento del Consejo de Ministros desde la época de José Blanco en el segundo gobierno de Zapatero. Sí, desde entonces hubo ministros socialistas gallegos, pero ninguno con peso específico en el partido a nivel regional. Elena Espinosa o Fran Caamaño ocuparon primero carteras y, acto seguido, encontraron acomodo en el PSdeG. Otros, como César Antonio Molina, ni siquiera lo intentaron. Miñones, por el contrario, sí llega desde la organización.

El interrogante ahora es la duración en sus cargos de Miñones y Besteiro, que atan su continuidad a la del propio Sánchez. Las encuestas no parecen serle favorables. Pero incluso en un escenario adverso, no parece descabellado que uno y otro puedan encabezar las listas del PSOE a las generales previstas para final de año. El PSdeG no piensa hoy en eso.

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