Formoso y la gestión de los tiempos en el PSdeG
El anuncio del líder socialista de que buscará revalidar la alcaldía de As Pontes no pretende cerrar puertas a una futura opción a la Xunta sino fijar su acción en el corto plazo
Así confirmó Formoso que vuelve a concurrir el 28-M
AS PONTES
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Iniciar sesiónA muy pocos en el seno del PSdeG pudo haberles sorprendido el anuncio este viernes de Valentín González Formoso de que optará a la reelección de la alcaldía de As Pontes, un bastón que ostenta desde 2007 y que, salvo catástrofe imprevista, revalidará sin ... mayor problema. La decisión, previsible, tiene sin embargo algo de extraño, por ser la primera vez que un secretario general del socialismo gallego, a quince meses de unas elecciones autonómicas, opta a dirigir un concello pequeño de la Galicia de interior. Hay en este paso dado por Formoso distintos componentes que lo explican, pero que se resume principalmente en uno: el PSOE gallego circunscribe su acción en plazos cortos, inmediatos. Ahora, las municipales; las autonómicas, cuando toquen. Las luces largas dependen de demasiados condicionantes que, a día de hoy, no están despejados.
La variable principal sobre la que Formoso ha construido su decisión es el momento crucial que atraviesa su concello. Con la central térmica en proceso de desmantelamiento, se avecina para As Pontes una transición industrial crítica. Él considera que posee todas las claves y contactos para que los proyectos que están diseñados pasen de las musas al teatro, dependiendo como dependen de la acción del Gobierno de España. Abandonar la alcaldía le generaba a Valentín dudas respecto de lo que pudiera pasar con el futuro de sus vecinos, a los que siente que les debe todo en política.
Una derivada de este motivo es que tampoco había articulado un sucesor al frente de la corporación local, que él ha seguido liderando al mismo tiempo que presidía la Diputación de La Coruña. La gestión ordinaria y diaria de un concello del tamaño de As Pontes tampoco exige de una dedicación plena. La mayoría de las semanas, Formoso dedica un día a los asuntos de su villa, y el resto recae sobre un equipo de gobierno experimentado... pero en el que no había un delfín.
En su presentación, Formoso intentó construir un relato de vasos comunicantes entre la transformación energética de As Pontes y la de Galicia, como si garantizar la primera fuera un servicio prestado a la segunda. El artificio retórico era simplemente eso, un artificio. Había que vestir una decisión en la que poder encajar la palabra 'Galicia' de manera que no chirriase demasiado. El logro es parcial.
Mirar a la Xunta
La concurrencia a las municipales no es un obstáculo para, llegado el momento, optar a las primarias que deciden el candidato socialista a la Xunta. Es decir, formalmente es perfectamente viable. Es previsible que tenga enfrente a Gonzalo Caballero, que a pesar de ser barrido por el BNG en las últimas autonómicas todavía alimenta el espejismo de que tiene cosas que ofrecerle a su partido. Cuando Formoso tenga que dar ese paso, lo dará, asegura su entorno más próximo. Pero ese momento tiene, a su vez, varios condicionantes externos.
El primero son las declaraciones que Valentín hizo en su día, seguramente de manera pasional y sincera, cuando aseguró que si Besteiro volvía y quería optar a la Xunta, él no lo haría. No ha vuelto a formular esta idea, pero combinada con su apuesta por la alcaldía de As Pontes envían un mensaje al electorado socialista cuanto menos equívoco: si aparece un tercero, yo daré un paso al lado. Es una grieta en la determinación que todo candidato debe exhibir cuando aspira a la máxima dignidad política de la comunidad autónoma. Y se produce, además, en un partido con una marca en horas bajas, como es el PSOE.
¿Y aparecerá ese tercero en liza? A corto plazo parece que no. De nuevo, la gestión de los tiempos. Aquí se cruza una nueva variable: los designios de Ferraz. La dirección federal del PSOE no tiene Galicia entre sus prioridades en este momento, más acuciada como está por la celebración de autonómicas en otros territorios. Por tanto, no urge resolver una incógnita para unas elecciones que sobre el papel se celebrarán en el verano del año próximo.
De no suceder nada extraño, siempre existirá la carta de que sea candidato el secretario general, dentro de la lógica más habitual. Aunque tampoco se descarta que Pedro Sánchez tenga otra preferencia. ¿Y la tiene? El nombre de José Ramón Gómez Besteiro sale en la discusión, pero a día de hoy no hay absolutamente nada decidido en ese sentido, ni por parte del exlíder socialista, ni por parte de la dirección federal del partido. Sencillamente están a cosas más urgentes.
Hay otro elemento en juego: ¿seguirá siendo Pedro Sánchez secretario general del PSOE cuando haya que tomar la decisión sobre el candidato a las elecciones gallegas? La práctica totalidad de las encuestas publicadas sobre el escenario estatal —excepción hecha del CIS de Tezanos— dan por amortizado al presidente del Gobierno y avanzan un cambio de ciclo en la Moncloa. En esta hipotética coyuntura, tampoco es descartable que se produzca un cambio al frente del socialismo español y, con ello, la llegada de nuevas sensibilidades a la hora de elegir candidatos.
En resumen, todo forma parte de un cúmulo de variables y condicionantes que sobrevuelan el medio y el largo plazo, sobre las que no tiene control González Formoso ni el PSOE gallego. De ahí que la decisión tomada esta semana sea poco menos que la única posible, la propia del corto plazo, aunque siembre trampas para un horizonte algo más lejano.
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