Galicia tendrá una planta pública «pionera» para impulsar el escaso reciclaje textil

Tal y como destacó este miércoles el presidente, Alfonso Rueda, en el acto de presentación, se trata de "un proyecto de referencia no solo en Galicia, sino en toda España", que ha suscitado el interés de otras autonomías. "Están pidiendo los pliegos, preguntando cómo hicimos este proyecto que todo el mundo va a tener que hacer", celebró: "Una vez más, Galicia vuelve a ser pionera".

En todo caso, el nacimiento de esta infraestructura no es fortuito, sino que responde a una serie de factores que van en línea con las directrices europeas. Por un lado, la normativa aprobada en 2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular establece desde enero la obligatoriedad de recoger de forma separada los residuos textiles, siendo responsabilidad de las entidades locales la implantación de sistemas específicos para ello, como contenedores. Una cuestión que, según indicó el presidente, puede resultar "muy difícil" para cada concello de forma individual, por lo que "lo lógico" es que "la Xunta se implique", aseguró: "Y nos vamos a implicar a través del organismo que tenemos, que es Sogama". Además, la misma ley prohibirá la exportación y la destrucción de los excedentes no vendidos y establecerá un porcentaje mínimo de fibras recicladas en la producción de nuevos productos.

Del mismo modo, la infraestructura forma parte del Plan Estratégico de Sogama 2025-2030; y se enmarca en el proyecto estratégico de la Xunta para impulsar la creación de un 'hub textil' con una red de infraestructuras que ayude a atraer inversiones, empresas y proyectos relacionados con este sector, que ya está embarcado en una apuesta clara hacia el reciclaje.

La instalación se ubicará en el municipio coruñés de Cerceda, e inicialmente tendrá capacidad para procesar 3.000 toneladas anuales de residuos textiles, con posibilidad de ampliarla hasta las 24.000 toneladas. Los restos de ropa que se tratarán en la planta provendrán tanto de los contenedores instalados en la calle como de las empresas de economía social. Una vez allí, se clasificarán y, de ser posible transformarlas en fibras textiles recicladas, se remitirán a los correspondientes centros recicladores. En el caso contrario, se procederá a su valorización energética, proceso por el cual los materiales que no pueden ser reciclados se convierten en energía.

Se trata, como destacó la directora xeral de Sogama, Mirta Sueiro, en la presentación, de una "clara y ambiciosa" apuesta por el futuro de Galicia y de su moda. Y es que, además de ser un proyecto "tractor" e "integrador", señaló, en la actualizar casi el 90% de los residuos textiles se envían al vertedero, por lo que su reciclaje es una "necesidad" que tenemos como "sociedad". De hecho, en la Comunidad solo se recoge separadamente el 10,2% de este residuo, mientras que la media nacional está en el 12,6%.

En la primera fase, que según las previsiones de la Administración autonómica entrará en funcionamiento en el segundo trimestre de 2026, se crearán entre 17 y 30 puestos de trabajo directos. La inversión total roza los 25 millones de euros, tal y como se acordó en el último Consello de Goberno del año. Del total, la obra representa algo más de 19 millones y, de ellos, 10 millones se financian a través de fondos europeos MRR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia). Los otros 5,4 millones irán destinados a cubrir el coste de la gestión integral de la planta por un período de dos años, con la posibilidad de prorrogarse otras dos veces por la duración de un año cada una. La superficie construida ascenderá a los 8.000 metros cuadrados y, además de la zona propiamente industrial, habrá espacios dedicados a la divulgación y a la cocreación relacionadas con la actividad de la planta y del 'hub textil' gallego.

Con esta iniciativa, la Xunta continúa apostando por la mejora de la gestión de residuos en la Comunidad. Este año, además, se dedicarán algo más de 9 millones de euros a optimizar la recogida separada de biorresiduos y residuos especiales –como el aceite o los textiles– en los concellos gallegos; y otros 2,5 millones en la construcción o reforma de puntos limpios e instalaciones para fomentar la reutilización o la reparación de residuos domésticos. Asimismo, para orientar a los ayuntamientos en la transición hacia la economía circular, el Ejecutivo autonómico pondrá en marcha una oficina de asesoramiento técnico especializado en materia de residuos municipales. El objetivo, indican, es promover la cooperación en administraciones y simplificar los trámites y procesos.