el juicio del alvia
Renfe restó importancia al aviso de los maquinistas sobre la curva de Angrois
Cargos de la operadora se limitaron a «reforzar» la formación de conductores en los «puntos críticos» y no consta que derivase a Adif las quejas previos relativas al tramo donde descarriló el tren
Santiago
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Iniciar sesiónHay en la causa un correo electrónico, que el jefe de los maquinistas José Ramón Iglesias Mazaira envió a su superior José Luis Rodríguez Vilariño, sobre el que han ido pivotando buena parte de las preguntas de las partes a los testigos en este largo ... juicio. Y esa misiva, que, entre otras cuestiones, sugería la mejora de la señalización en la curva de Angrois, muy cerca de la estación de Santiago de Compostela, donde la tarde del 24 de julio de 2013 acabaría descarrilando el Alvia, se convirtió en la protagonista indiscutible de la sesión de este miércoles, pues era el día en que ante la jueza se sentaba el testigo Vilariño. Y de su comparecencia, y también de la de Ángel Lluch, miembro del equipo de seguridad de Renfe Viajeros, que declaró a continuación, lo que se desprende es que el operador no dio demasiada trascendencia a ese aviso sobre Angrois del jefe de los maquinistas.
En el juicio, que comenzó a principios de octubre y se espera que se alargue hasta el próximo mes de junio, se sientan dos encausados: Francisco Garzón Amo, el maquinista, y Andrés Cortabitarte, entonces director de seguridad en la circulación de Adif. Ambos se enfrentan a una pena de hasta cuatro años de cárcel por 80 delitos de homicidio por imprudencia grave profesional. Y buena parte del juicio gira sobre las posibles responsabilidad de este cargo de Adif por no haber evaluado la peligrosidad de esta vía de alta velocidad.
El mencionado tramo, en el que los conductores debían reducir el convoy de 200 a 80 kilómetros por hora sin contar con un sistema automático de frenado para el caso de que el maquinista se despistase —que fue lo que le sucedió a Garzón Amo mientras hablaba por teléfono con el interventor—, era «un punto crítico» de la línea de alta velocidad entre Orense y la capital gallega. Pero, aún así, «se ajustaba a la norma», según ha valorado Vilariño este miércoles a preguntas de las partes, matizando, no obstante, que él no es experto en seguridad. «Yo cuando leo el escrito entero —el correo— compruebo que —la curva— se ajusta a la normativa vigente», repitió durante la sesión. «¿No lo valora como una cuestión de seguridad?». «No, lo valoré como una cuestión técnica, no me pareció lo relevante que se ve ahora», repitió Vilariño. ¿Y qué hicieron? «Lo hablé con Mazaira y decidimos que, siendo un punto crítico, reforzaríamos la formación a los maquinistas mediante acciones formativas o acompañamientos».
Conviene contextualizar ese correo electrónico de Iglesias Mazaira. No era una queja presentada por su propia iniciativa, sino un informe —de diciembre de 2011, casi dos años antes del accidente— que le habían requerido, a él y a otros cargos homólogos, para una comisión de seguimiento sobre cuestiones técnicas de ese tramo. En esta comisión, por cierto, ni se llegó a abordar este asunto, apuntó ayer Vilariño.
El correo de los maquinistas
En el informe de Mazaira, además, que aludía a diferentes cuestiones, solo en el último párrafo se pedía «estudiar la posibilidad de solicitar la implantación en vía de señales de limitación permanente a 80 kilómetros por hora» porque «podrían facilitar el cumplimiento de las velocidades máximas». En el tramo de Angrois, en concreto, «únicamente existe una señal de velocidad descendente (...) pero de poco vale ya que de no haber reducido previamente la velocidad poco se podrá hacer», añadía el correo de Mazaira.
La sesión de este miércoles —y en anteriores— no han servido para constatar si esas consideraciones llegaron a la mesa de algún cargo de Adif, la empresa pública realmente responsable de la gestión de las vías, o se quedaron en la órbita de Renfe, la operadora, que, como se ha dicho, se limitó a intensificar la formación de los conductores. «No me consta que se hubiera tratado con Adif, no me consta, no teníamos reuniones con Adif», remarcó Vilariño. Tampoco ha sabido especificar qué cargo de Renfe era el encargado de trasladar a Adif asuntos de esta naturaleza.
Testigo
«No me consta que se hubiera tratado con Adif, no me consta, no teníamos reuniones con Adif»
José Luis Rodríguez Vilariño
Cargo de Renfe
Segundo testigo
No sirvió tampoco para aclarar si esas consideraciones sobre el tramo de Angrois llegaron a Adif la testifical de Ángel Lluch, miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros. Este cargo de la operadora, que ayer consideró que la curva de Angrois tenía «una situación normativa perfecta», que «cumplía la norma» y estaba «reglamentariamente señalizada», negó haber recibido el correo de Mazaira, aunque sí haber hablado con él personalmente. En todo caso, Lluch añadió que, si los maquinistas consideraban que esa curva representaban un peligro real, si se sentían «desprotegidos», tenían otros cauces adecuados para canalizar sus quejas.
Algunos maquinistas que declararon en el juicio en días previos también habían asegurado que en sus «corrillos» era habitual comentar la supuesta peligrosidad de la curva de Angrois, aunque, como reconoció la semana pasada un testigo, esas consideraciones no habían pasado de «la cantina». En la sesión del juicio de este jueves está previsto que declaren otros dos cargos de Renfe a quien Rodríguez Vilariño remitió —según dijo este miércoles— el mencionado correo de Mazaira, y podrían arrojar un poco de luz sobre el destino de ese informe.
Testigo
«La curva tenía una situación normativa perfecta, estaba reglamentariamente señalizada»
Ángel Lluch
Cargo de Renfe
En cualquier caso, las últimas testificales del juicio han dejado claro que estos cargos de Renfe, en su momento, quitaron hierro a las consideraciones que Mazaira hacía en ese correo remitido a sus superiores. También se concluye que los maquinistas, más allá de lo que pudieran comentar en sus «corrillos», no elevaron ninguna queja formal sobre la supuesta peligrosidad del tramo inaugurado casi dos años antes del accidente del Alvia.
Pero aunque no se lo comunicasen desde Renfe, como así parece que fue, en Adif, y más concretamente Cortabitarte, como su responsable de seguridad, sí tenían conocimiento de la peligrosidad de la curva por otras vías. En concreto, unos informes de la UTE a partir de los que, según el fiscal, Cortabitarte debería haber llevado a cabo una evaluación exhaustiva de los riesgos que no se hizo. Pero sobre eso se hablará largo y tendido en las sesiones en las que declararán los peritos.
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