Las pruebas de ADN acorralan a dos acusados del crimen de Samuel Luiz

La Policía confirma en el juicio que encontraron perfil genético de Diego Montaña en el cuerpo de la víctima y de Llumba en los cristales de una botella

Las defensas maniobran para convencer al jurado de que casi todos iban drogados y borrachos

El acusado Diego Montaña, en una de las sesiones de esta semana por el crimen de Samuel Luiz Miguel Muñiz

Jesús Hierro

La Coruña

Las pruebas biológicas salpican a dos de los cinco investigados por el crimen de Samuel Luiz, acorralando especialmente a uno de ellos. Agentes de la Policía científica han confirmado en la sesión de este jueves del juicio que hallaron rastros de ADN de Diego Montaña ... en la cara de la víctima. Pero las pruebas apuntan también a Alejandro Freire, alias 'Llumba'. En su caso, su perfil biológico se halló en los cristales de una botella en el lugar donde comenzó la salvaje agresión que la madrugada del 3 de julio de 2021 acabó con la muerte del joven enfermero en La Coruña.

Que se hayan encontrado restos de ADN de estos dos de los acusados no les señala de manera inequívoca como autores del crimen; ni tampoco, por supuesto, exculpa a los otros tres jóvenes procesados, de quienes no quedó rastro de perfil genético. Pero según han informado estos agentes en la sesión número 14 del juicio por el asesinato de Samuel, que haya aparecido ADN de Diego en el cuerpo de la víctima implica, sin duda, que entre el presunto autor y la víctima hubo un contacto de una «gran fricción».

El ADN no les implica de manera inequívoca, pero sí confirma que entre agresor y víctima hubo «una gran fricción», dicen los agentes

Diego fue quien comenzó la agresión. A las puertas del pub Andén, en el paseo marítimo próximo a Riazor, pensó que Samuel y su amiga Lina le estaban grabando con su teléfono, cuando en realidad lo que hacían era una videollamada con una amiga que aquella noche no había salida. Tras amenazarle de muerte con insultos homófobos, se abalanzó sobre Samuel y comenzó a golpearle. Así lo recogieron las cámaras, lo declararon varios testigos –e incluso algún acusado– y, ahora, los policías confirman también la aparición de su perfil genético, concretamente en la frente de Samuel. La víctima, que no pudo defenderse, no conocía de nada ni a Diego ni a ninguno de los otros agresores.

Porque al linchamiento rápidamente se unió Llumba. Durante estas más de tres semanas de juicio, han sido muchos los testigos que relataron que fue él, Llumba, quien derribó a la víctima cogiéndole del cuello por la espalda. Las cámaras también le sitúan en el lugar de la agresión. Ahora, además, su defensa se ve comprometida con las pruebas de ADN. Su perfil genético apareció no en el cuerpo de la víctima, sino en los cristales de una botella. Algunos testigos habían relatado que durante la agresión oyeron cristales romperse en ese lugar. En todo caso, no ha podido certificarse ni si esa botella se usó en la agresión, ni si era la misma botella que, supuestamente, minutos antes Llumba había sacado escondida del pub.

Los indicios contra Montaña y Llumba se acumulan en cascada sesión tras sesión en el juicio que estas semanas se celebra en la Audiencia provincial de La Coruña. Pero contra ellos disparó también Kaio Amaral, otro de los acusados, que a los dos días del crimen se presentó en la comisaría para, en una declaración todavía como testigo, delatar a los que eran sus amigos, tratando de sacudirse su responsabilidad: nadie había sido detenido aún, pero su nombre rondaba ya por las redes sociales y quería defenderse.

Kaio se desvinculó ya desde entonces por completo de la agresión: «Nos dio un relato en el que él parece que sólo está mirando», ha explicado este jueves este policía a preguntas de la fiscal, Olga Serrano. También les aseguró que él solo había intervenido para «separar» a sus amigos. Mintió a los agentes sobre la cazadora que llevaba aquel día, seguramente para tratar de dificultar su identificación. Y se calló que se habría apoderado del móvil de Samuel durante la refriega.

'Sálvese quien pueda'

Pero lo que sí hizo Kaio fue facilitar a los agentes «detalles importantes» para la investigación que implicaban a los que eran sus amigos. Además de a Diego y a Llumba, señaló a uno de los dos jóvenes que entonces eran menores y ya fueron condenados por el crimen en un proceso al margen. Kaio aportó incluso «fotos y contactos», ha explicado un policía.

No fue el único de los acusados que después del crimen se lanzó a esa carrera del 'sálvese quien pueda', apuntando a los que eran sus amigos. Porque si hubo algún intento de coartada común, rápidamente saltó por los aires. Kaio implicó a Diego Montaña y Llumba, pero este tampoco se quedó callado. Al menos en varias conversaciones privadas por Instagram con un amigo los días siguientes al crimen, a las que tuvo acceso ABC,Llumba aseguraba que Kaio, «fijísimo», había dado patadas a la víctima.

La próxima semana declaran en el juicio estos tres acusados, que están en prisión preventiva: Diego, Kaio y Llumba. Al principio del plenario ya lo hicieron los dos que están en libertad: Alejandro Míguez y Catherine Silva. Y entonces señalaron a quienes son sus compañeros de banquillo.

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