La política gallega gana peso en el PP y continúa diluyéndose en el seno del PSOE

En clave gallega, el nombramiento popular con más calado es el del hasta ahora portavoz del Grupo Popular, Miguel Tellado, que pasa a ser el número dos de Feijóo y a encargarse de la Secretaría general y de la organización del partido. El ferrolano, que fue secretario general del PPdeG cuando Feijóo todavía era presidente de la Xunta, sustituirá a Cuca Gamarra, tras aterrizar en la política nacional hace tres años tras el fiasco de Pablo Casado.

Junto a él, hay otros gallegos en el Comité Ejecutivo nacional, dos de ellos por libre designación del líder popular y antiguo presidente de la Xunta. Se trata de Elena Candia, presidenta del partido en la provincia de Lugo, y del exministro de Sanidad con Mariano Rajoy, Romay Beccaría, natural de Betanzos (La Coruña). A estos se suman la incorporación del presidente de la diputación de Orense y alcalde de O Pereiro de Aguiar, Luis Menor; y el antiguo vicepresidente de la Xunta y conselleiro de Economía, el monfortino Francisco Conde López, que mantiene su puesto como vocal. Asimismo, el actual conselleiro de Presidencia, Xustiza y Deportes, Diego Calvo, repite como presidente del Comité Electoral Nacional; y Alfonso Rueda, tal y como recogen los estatutos, mantiene su puesto como vocal.

Finalmente, en la Junta Directiva Nacional también hay varios gallegos. Por un lado, mantienen sus vocalías la actual conselleira de Política Social e Igualdade, Fabiola García; y el ex-conselleiro de Sanidade y diputado popular, Julio García Comesaña. Por el otro, se incorporan otros dos nombres de acuerdo a una enmienda introducida en la Ponencia de Estatutos, que incluye a 10 alcaldes en representación de pequeños municipio: se trata de Marta Nóvoa Iglesias, alcaldesa de San Cibrao das Viñas (Orense), y de Fina Suárez, regidora en Trazo (La Coruña).

Todos ellos sustentan la sólida representación gallega en el PP nacional, que «reforzarán aún más» la idea de Galicia «como ejemplo para el resto de España«, tal y como valoró la secretaria general del PPdeG, Paula Prado, a lo largo del fin de semana. »Todos son magníficos profesionales y magníficas personas, por lo que estoy segura de que harán grandes aportaciones para que el Partido Popular vuelva a gobernar en España«, ensalzó en declaraciones recogidas por Ep, destacando la »importancia« que suman los municipios del rural, con representación propia y con dos alcaldesas gallegas »como referentes«.

En cambio, el panorama en el seno del PSOE ha sido muy distinto. A pesar de ser uno de sus defensores inquebrantables, Pedro Sánchez no ha mostrado mucho cariño al jefe de filas en la Comunidad, José Ramón Gómez Besteiro, y los socialistas gallegos se han quedado relegados a un segundo –o tercer– plano. La única excepción es la de la viguesa Enma López Araújo, que continúa ascendiendo dentro del partido. Araújo es actualmente concejala en el Ayuntamiento de Madrid, y Secretaria de política Económica y Transformación digital del PSOE desde el pasado diciembre. Ahora, tras este comité, es la nueva portavoz adjunta de la formación, y la única gallega que gana peso entre los socialistas, junto a la Secretaria de Organización del PSdeG, Lara Méndez, que también ha sido nombrada miembro del Comité de Listas.

Por lo demás, no entraron más políticos gallegos en la Comisión Ejecutiva socialista, aunque hay varios que se mantienen en sus puestos, como el actual secretario de Exterior, César Mogo -que también pasa a formar parte del Comité de Listas-; el de Memoria democrática y Laicidad, Manuel García Salgado; o Abel Caballero, alcalde de Vigo, que sigue siendo vocal.

Una presencia casi anecdótica en las altas esferas de la formación que va en línea con los malos resultados que obtuvo el PSdeG en las últimas elecciones autonómicas, a pesar del apoyo incondicional de Besteiro a Ferraz, que todavía este fin de semana defendió contra viento y marea las «medidas de calado» anunciadas por Sánchez para hacer frente a la corrupción y trabajar por la «regeneración democrática».

Así terminaron estos dos encuentros, análogos y, a la vez, opuestos entre si. Por un lado, un PP que apuesta claramente por sus activos en la política gallega, en una Comunidad en la que su líder, Feijóo, siempre ha estado arropado. Por el otro, un PSOE de perfil ante el PSdeG, que pese a ser uno de sus grandes adalides, no consigue dejar atrás la losa de las autonómicas ni hacerse un hueco en el plano nacional.