Las medidas sociales en la pandemia evitaron que 127.000 gallegos cayesen en la pobreza

Xosé Cuns, director de EAPN en Galicia resaltó que estas cifras no se hubiesen conseguido si frente a la pandemia se actuase con los «criterios de austeridad» empleados en la anterior crisis económica. Pese a todo, el riesgo de pobreza sigue presentando números muy abultados. El informe toma como base para el análisis los datos del Instituto Nacional de Estadísticas correspondientes al final de 2021. Arroja que uno de cada cuatro gallegos (el 25,2 %) está en riesgo de exclusión. Son 678.000 personas. Este indicador recoge a la población con unos ingresos mensuales de unos 795 euros al mes en un hogar unipersonal o de 1.669 para una familia conformada por dos adultos y dos menores. La cifra está 2,6 puntos por debajo de la media nacional e incluso mejora una décima con respecto al año anterior, pese a los efectos del Covid.

Cuns prefirió no referirse a la evolución como positiva, porque «los que mejoran son la población masculina». Mientras que entre 2020 y 2021 salieron de la estadística del riesgo de pobreza 12.000 hombres, fueron 8.000 las mujeres que entraron. Cuns apuntó a dos colectivos fundamentalmente, las familias monomarentales y las viudas con pensiones pírricas.

En su plan estratégico Galicia 2022-2030, la Xunta se fija como objetivo reducir esta tasa hasta el 14 %. Pero la EAPN Galicia reprochó al Gobierno de Rueda, que terminada la pandemia, haya eliminado una de las medidas que más ayudaron a reducirla. La Tarjeta Básica, que permitía a las familias más vulnerables conseguir ayudas de entre 150 y 300 euros al mes para productos de alimentación, higiene y farmacia, ya no está disponible pese a que para la EAPN se demostró como uno de los elementos más eficaces para combatir la pobreza gracias también a su escasa tramitación burocrática. De ella se beneficiaron 55.000 personas y Cuns consideró que fue uno de los elementos clave para que en Galicia las tasas de pobreza fuesen menores que en el resto de España.

Aunque la pandemia haya desaparecido, Cuns resaltó que las personas vulnerables se encuentran ahora afectadas por la inflación que ha disparado los precios de la energía y los alimentos. «No nos cansamos de felicitar a la Xunta por la medida de la tarjeta básica como modelo de éxito reconocido y agilidad burocrática. ¿Por qué dejar de poner en marcha aquello que está funcionando?«, se preguntó la presidenta de la EAPN en Galicia, Eloína Ingerto. «La emergencia ahora es poder comprar productos de primera necesidad en el día a día», añadió. Preguntada por si la oficina de la Valedora do Pobo piensa reclamar a la Xunta que la vuelva a instaurar, María Dolores Fernández Valiño, aseveró que es una propuesta que «se podrá valorar».

La EAPN advirtió también de que cada vez es más común un nuevo perfil de pobreza, que se corresponde con personas que aún teniendo trabajo no consigue que sus ingresos les lleguen para cubrir sus necesidades. A nivel estatal, recordó Cuns, este grupo subió del 13,5 al 17,9 %. «Cuando escuchamos cada vez más que lo mejor para solucionar la pobreza es el empleo, vemos que sí es necesario pero no suficiente», advirtió. Otro elemento para la preocupación, apuntó, es que que se están incrementado las personas en riesgo de exclusión con estudios superiores.