Un nuevo ciclo electoral

Lo evidencia la delirante estrategia de los socialistas. Sin discurso propio en clave gallega, hace tiempo que decidieron fiar su destino al de Pedro Sánchez. Reduciendo su papel al de meros palmeros de los despropósitos de la Moncloa. Y ahora también de la tómbola que ha organizado Ferraz. Han empezado con viajes y pisos. Un 'aguántame la copa' día tras día. Incluso copiando algunas de las políticas que está llevando adelante la Xunta. Este ha sido un episodio singularmente ilustrativo. Tras cinco años al frente del Gobierno y con las encuestas en contra, Sánchez descubre que hay un 'problemón' con la vivienda y lo apuesta todo a conseguir captar el voto de los jóvenes. Primero hace suyas las propuestas de Podemos que llevaba bloqueando toda la legislatura. Después se saca de la chistera miles de pisos que tardarán años en estar listos para entrar a vivir y que se ha olvidado consignar en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas. Y ahora lanza como proyecto estrella una medida que ya estaba ejecutándose en Galicia, los avales de la Xunta para facilitar la compra de primera vivienda a los menores de 36 años. Toda la secuencia demuestra que el sanchismo no tiene más proyecto que el de la supervivencia de su líder. Lo cual lastra a sus franquicias. Particularmente la gallega, singularmente dócil. Ya lo están mostrando algunas encuestas (el CIS hace tiempo que no cuenta), reflejando una creciente tendencia a la baja del PSdeG en las ciudades de la comunidad. Un bajón el 28M dejaría al PSdeG tocado para las próximas citas con las urnas.

Esos sondeos también apuntan a un desgaste creciente del BNG. Sí, parece probable que mejoren los resultados que consiguieron en 2019, pero estos estudios demoscópicos vienen indicando desde hace unos meses que el Bloque no solo habría tocado ya techo, sino que incluso que estaría empezando a perder apoyos. Lastrados por el doble e incoherente discurso que vienen sosteniendo desde hace tiempo su presunta líder en Galicia y el portavoz en Madrid. Y por haberse empeñado en orbitar en torno a Frankenstein durante toda la legislatura nacional. Si el 28M confirma lo que están detectando las encuestas, la organización nacionalista vería mermadas sus expectativas de cara a próximas citas electorales.

Porque estos comicios del 28M son no solo unos comicios locales, sino también un primer referéndum sobre el frente amplio articulado en torno al sanchismo. Una eventual derrota de la izquierda ahora anticiparía el derrumbe de esa alianza en las generales. Y ello es un factor que juega a favor del PP. Consolidado ya el liderazgo de Alfonso Rueda, el presidente de los populares gallegos afronta su primer examen en las urnas con las encuestas apuntando a una mejoría sustancial de los resultados que ese partido consiguió hace cuatro años. Con la posibilidad de recuperar el gobierno de alguna de las grandes ciudades gallegas e incluso de alguna de las Diputaciones. Y eso reforzaría aún más su posición de cara a las autonómicas.

Todos se juegan mucho en unas elecciones que no solo servirán para decidir quién ostenta el bastón de mando en los concellos gallegos o la presidencia en las Diputaciones, sino que también abren un nuevo ciclo electoral. El 28M definirá las coordenadas en las que se van a disputar en los próximos meses tanto las generales como las autonómicas.