el garabato del torreón
Un presidente alienado
En términos marxitas, Pedro Sánchez es un alienado
Marx queda tan lejos a todos, empezando por Tamames, que habrá quien rechace una afirmación tan rotunda como la siguiente: en términos marxistas, Sánchez es un alienado, es decir una «persona ajena al mundo en el que vive». Hace mucho que no se reeditan (al ... menos en España) los 'Manuscritos de 1844', razón que explica ciertas posiciones. El otro día, por ejemplo, Sánchez se encaramó a la tribuna del Senado para espetarle a Feijóo que «con su salida de la Xunta han ganado los gallegos». Sánchez es madrileño del distrito de Tetuán, por Cuatro Caminos, o sea, y ha heredado de mamá y papá la manía de ver a Galicia no con ojos de Galdós, que tendría un pase, sino con ojos de Arniches. Para él Galicia es un país exótico del que solo salen afiladores, porteros de fincas urbanas y comedores de pulpo. Quizá por eso todavía no se haya enterado de que su partido, en Galicia, precisamente en Galicia, es ya la tercera fuerza política, bastante por debajo del BNG y a sideral distancia del PP. La tercera, sí.
Sánchez no conoce Galicia. La última vez que asomó la jeta por aquí fue porque lo invitaron a percebes, no sé si de O Roncudo, de Cedeira o de Rinlo. Pero ni con esas conseguimos que nos tenga en consideración a los pobres gallegos. Y además, ¿qué otra cosa es Feijoo más que un chaval de A Peroxa, allí en Os Peares, el lugar administrativamente más enrevesado del Instituto Geográfico Español y más inclasificable por las leyes de planta?
Tiene razón Sánchez: Feijóo no pega en Madrid. Desentona. Para Sánchez, la única representación gallega digna de la capital del Estado la encarnan, Yoli, la comunista de Chanel, y Ángela Rodríguez, alias Pam, genuina aportación de la cantera intelectual de Podemos en Galicia. Pam, sí, ¿recuerdan? Aquella princesona que rebatió a Carmen Santos, su compañera de partido, con un descalificativo de gran peso político: «Puta coja». Fue antes de que empezasemos a celebrar la excarcelación de violadores y pederastas. En resumidas cuentas, Sánchez es un lince. Ve crecer la hierba.
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