Juan soto - el ggarabato del torreón
Contar antes de vivir
Es extraño que la edad de la señora Pontón y su currículum den para una biografía. La política casa mal con las prisas: «Rápido y bien, no hay quien»
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Iniciar sesiónLeo en los periódicos que el escritor gallego Suso de Toro ha escrito, no sé si por devoción o por encargo, una biografía de la lideresa del BNG, Ana Pontón, muy señora mía y cuya mano beso. Nada hay que objetar al ejercicio ' ... ad libitum' de la pluma. Aquí, cada uno se entretiene como quiere, no faltaba más, pero es extraño que la edad de la señora Pontón y su currículo den para una biografía. Antes de entregarlas a la imprenta, las biografías primero hay que llenarlas con algo más que con notas de agenda.
Julio Caro Baroja decía que don Pío, su tío, había escrito los cinco volúmenes de sus memorias ('Desde la última vuelta del camino' y sus adendas) para evitar «biografías precipitadas». Castelao, que llevó una vida quizá un poco más interesante que la de la señora Pontón, tuvo que esperar 32 años de post mortem para tener una biografía encuadernada, que es la pormenorizada por Paz Andrade. Y Rosalía, mujer de existencia hagiográfica y obra gloriosa, esperó varios años en el cementerio de Adina y otros muchos en Santo Domingo de Bonaval antes de que se diese a encuadernar su primera biografía, tirada a pluma por García Martí a petición de don Manuel Aguilar. El propio don Victoriano García Martí, gallego de la ría de Arousa, también se quedó sin biografía en vida. Le sobraban episodios para llenar un par de volúmenes. Pero le faltó amanuense dispuesto. Había sido pasante de don Eduardo Dato, era amigo de Valle y sabía mil y una anécdotas de doña Emilia, quizá algunas apócrifas.
La política casa mal con las prisas. «Rápido y bien no hay quien», procede recordar a veces. Se entienden y se disculpan los afanes de la señora Pontón y del señor De Toro por situarse —ahora, con las autonómicas casi en puertas— en primera línea de playa. Pero la construcción de las biografías a pluma requieren lo mismo que la elaboración del chocolate a brazo: cacao y paciencia. Tiene uno la impresión de que aquí falta el cacao y sobran prisas.
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