Carpetazo a la causa contra dos policías gemelos acusados de matar a un compañero y simular un suicidio

La Audiencia Provincial de Orense no ve indicios para sentarles en el banquillo ni tampoco para descartar que la muerte de Celso fuera un suicidio

La instructora señalaba a dos policías gemelos de Orense por planear la muerte de un compañero

Los dos hermanos gemelos policías, en una imagen de archivo de 2018 EFE

Poco antes de las cuatro de la tarde del sábado 9 de abril de 2016, el agente orensano de la Policía Nacional Celso Blanco acudió a la comisaría, en la capital de As Burgas, a pesar de que ese día no trabajaba. No hay constancia ... de que aquella tarde tuviera fijada cita o reunión alguna en su despacho de la quinta planta, donde, más o menos una hora después, aparecería su cadáver. Murió de un disparo efectuada con un arma que había sido robada en la misma comisaría de Orense. La mano izquierda de Celso –era zurdo– presentaba signos de rigidez compatibles con el empuñamiento del arma. Poco antes, desde su ordenador se envió un correo con el siguiente mensaje: "Siento mucho lo sucedido, siento haber sacado las armas del búnker y los anónimos que envié han hecho daño a mucha gente (...)". A la misma hora, se envió a través de su teléfono móvil a un grupo de amigos un enigmático mensaje de Whatsapp: "Lo siento... ya lo entenderéis". Entre finales de 2014 y febrero de 2015, alguien había esquivado los sistemas de seguridad del búnker de la Comisaría de Ornese para llevarse seis armas. Y unos anónimos enviados a Asuntos Internos, primero, y a la prensa, después, comunicaban el robo, relacionándolo con amaños con narcotraficantes. En las fechas en las que Celso Blanco apareció muerto en la quinta planta, en la comisaría no se hablaba de otra cosa.

Parecería un suicidio, pero nada más lejos de la realidad, según la jueza instructora, Eva Armesto, que en mayo del año pasado en un detallado auto dejaba a los gemelos Roy y Bernardo D. L., policías y compañeros de la víctima, a un paso de un juicio con jurado popular.Según la instructora, los dos hermanos se habrían confabulado para matar a Celso, acabando con su vida de un solo disparo y colocando el arma sobre la mano de Celso para simular un suicidio. También serían ellos los responsables del correo en el que la víctima se atribuía el robo de las armas y se responsabilizaba de aquellos anónimos, además del enigmático mensaje de Whatsapp a sus amigos sugiriendo que no era otra cosa que una muerte voluntaria por sentirse culpable de lo sucedido.

En 175 folios, la juez hacía una exhaustiva exposición de indicios contra los dos hermanos policías por la muerte de su compañero. Ahora, sin embargo, la Audiencia Provincial de Orense ha echado por tierra la providencia con la que la jueza acercaba a los acusados al banquillo –un auto de continuación del procedimiento ante el tribunal del jurado por un delito de robo de armas y otro de asesinato–. Lo hace al admitir los recursos de apelación que presentaron tanto las defensas como el Ministerio Fiscal, que coincidían en reclamar el archivo de la causa. La Audiencia de Orense ha decretado el sobreseimiento de la misma en un auto que no admite recurso.

Pese a los extensos razonamientos de la jueza para apuntar a los dos hermanos por la muerte de Celso, la Audiencia niega la mayor y concluye que solamente hay "un único indicio" para sostener que no fue un suicidio y que necesitaría de la participación de terceras personas: la posición final en la que quedó la corredera del arma empleada, que estaba abierta. Un solo indicio que además para la Audiencia es un indicio "controvertido".

El auto de la juez instructora descartaba que a Celso le hubiera podido dar tiempo a aplicar la fuerza necesaria sobre la pistola para dejar la corredera abierta, por lo que lo atribuía a una tercera persona, que sería la responsable del supuesto crimen. Amparándose en que los múltiples informes periciales encargados lejos de hacer una interpretación unánime "solo introducen dudas y confusión sobre los hechos" con "conclusiones contradictorias", la Audiencia sostiene que no se puede afirmar categóricamente que ese movimiento del arma tuviera que hacerlo sí o sí alguien que no fuera Celso. Pues no se puede, dice la Audiencia, "descartar que la corredera haya sido retenida por la mano de la propia víctima, ya que no se trata de una acción posterior al disparo, sino de una acción previa que persiste los milisegundos en los que se realiza el disparo y se produce la muerte cerebral".

El arma robada

Por otra parte, es extraño, y así lo reconoce la Audiencia de Orense, que Celso, que como policía que era disponía de arma reglamentaria, hubiese optado por utilizar para suicidarse una de las que habían sido robadas en la Comisaría, que además requerían de una carga especial. "Sin embargo, que resulte una operación compleja o extraña –argumenta la Audiencia de Orense– no impide ni el uso, ni tampoco nos puede llevar por ese solo indicio a considerar que ha sido empleada por un tercero". Y menos todavía, según razona en su resolución, puede atribuirse a los hermanos Roy y Bernardo el robo de las seis armas solo por considerar que solo ellos lo sabían, porque "se puede conocer la existencia de la sustracción de las armas y no haber tenido ninguna intervención en la misma", insiste el mismo auto.

Cuando aquella tarde que no trabajaba Celso acudió a la comisaría, en las instalaciones había otros cinco policías y un denunciante. No consta la presencia de nadie más. Pasadas las 15 horas, uno de los hermanos había accedido con el coche al aparcamiento, pero las cámaras no detectaron si entró en la comisaría. La jueza instructora apuntaba a que el otro hermano iría escondido en el maletero cuando el gemelo aparcó el coche en el garaje. Pero eso, para la Audiencia, "carece de evidencia probatoria", pues cree que "son solo sospechas". Para el tribunal, el hecho de que su hermano gemelo después de aparcar el coche mirara hacia las cámaras de seguridad o tuviera unos movimientos extraños no significa nada. Tampoco hay evidencias de que entraran en la comisaría sin ser detectados por las cámaras. En definitiva, según la Audiencia, no hay "un cuerpo indiciario con la suficiencia necesaria" para atribuirles la muerte de su compañero.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios