Crónicas atlánticas
Los osos amorosos
La ley del embudo. La parte ancha para mí y la estrecha para los demás.
Una empleada de supermercado desatascando con un palo la alcantarilla para achicar el agua que se estaba colando en el comercio. Un señor de edad avanzada con una escoba sacando hojas de los sumideros para evitar que el agua inundase su bajo. Son imágenes que ... nos ha dejado la borrasca que ha provocado el caos esta semana en Santiago y que ha cogido en bragas al ayuntamiento. Tanto Meteogalicia como Aemet habían lanzado alertas. Se podían acumular entre 25 y 50 litros por metro cuadrado de lluvia en solo una hora. Cayeron finalmente 27 pero aún así el concello habla de «situación excepcional que non se podía prever».
¿Qué dicen en el Bloque? ¿Desmantelamento de servizos públicos?¿Hay concentraciones de la CIGA? ¡Ah, no!… que gobierna el BNG. La ley del embudo. La parte ancha para mí y la estrecha para los demás. Ya ocurrió en 2007, cuando ardió media Galicia y como el conselleiro de Medio Rural era nacionalista la culpa era de todos menos de la administración. Cuando está el PP en el poder el fuego es culpa de la manga ancha con el eucalipto y de la destrucción del sistema de lucha contra el fuego.
Pues lo mismo con el agua. Por la mañana el viento tiró las hojas al suelo y los sumideros quedaron tapados. Por la tarde llegaron las lluvias torrenciales y las alcantarillas echaban todo para arriba en vez de tragar.
El resultado, el agua por las rodillas, los comerciantes achicando agua hasta la madrugada y coches atrapados por en el barrio de Fontiñas. Y que le pidan explicaciones al cambio climático.
Si el clima cambia tendremos que cambiar nosotros también los hábitos y los procedimientos de actuación, porque da la impresión de que algunos ayuntamientos, tan beligerantes siempre con el resto, se dejan llevar por la inercia cuando la competencia es suya. No se puede ser tan duro con los demás y tan blandito con los propios. Un gremlin mojado si hay que criticar, un oso amoroso para justificar las faltas de los amigos.
Se pierde la credibilidad, y se acercan las elecciones autonómicas.