Violencia de género, el virus que no se ve

La pandemia afectó sobremanera a las mujeres que sufrían algún tipo de maltrato en la casa. « Las personas están menos libres , más en casa, si están viviendo una mala situación en casa con violencia de género van a tener que estar más tiempo conviviendo con esta situación, lo van a tener más difícil para pedir ayuda, para que otros se den cuenta porque hay menos vida social. Estamos más desamparados en todo entonces naturalmente las víctimas de violencia de género están con muchísimos menos recursos que normalmente», reflexiona la terapeuta gallega. Con la pandemia, las mujeres se pueden llegar a sentir « más solas, más desprotegidas y también con más sensación de incapacidad para hacer frente a la situación», analiza. Y todo ello acompañado de la delicada situación económica que asola al país desde la irrupción del coronavirus, hace ya un año.

Y esa no es la única conclusión a la que se puede llegar tras el confinamiento. Ambas psicólogas son conscientes de que, al menos aparentemente, hay más mujeres que solicitan este tipo de ayudas. Incluso otras retoman algunos de los programas que dejaron por diferentes motivos y que ahora vuelven a querer recuperarse de una situación « tan dura ».

Losada es coordinadora del Programa de ‘Atención Psicolóxica a Mulleres, fillos e fillas menores e outros dependentes, vítimas de violencia de xénero’. Este programa permite la atención a víctimas durante diez sesiones: « Esto quiere decir que tanto los hijos u otras personas que hayan vivenciado las situaciones de violencia de género pueden atender a este programa de violencia de género », apunta la profesional. «Es un programa de intervención altamente especializada en violencia de género pero es un programa de segundo nivel. En primer lugar esta la atención psicológica dentro de los centros de información a la mujer. El caso en concreto necesita una atención mas exhaustiva o intensa lo derivan al programa», concreta la psicóloga del Colexio gallego. Para poder acceder a estas diez sesiones gratuitas, la mujer no puede convivir con el agresor y debe tener una denuncia o una sentencia condenatoria firme en el último año. Así pues, pueden entrar todas las personas que acrediten la condición de víctimas de violencia de género según establece la ley gallega.

Pero no es el único programa. Hay además otros dos que rigen también bajo la inversión de la Xunta. «Hay otro programa de atención psicológica en el momento de la denuncia, cuando necesitan intervención inmediata por el motivo que sea y no son capaces a centrarse. Y luego existe el programa de atención a hombres que tienen dificultades en el control de sus impulsos», relata Losada. Así pues, estos dos, junto con el relatado y coordinado por la psicóloga entrevistada, «son los tres programas que tenemos conveniados entre la Xunta y el Colexio de Psicólogos de Galicia», concluye. La última, el pacto recientemente renovado en el que el Gobierno gallego aportó alrededor de 80.000 euros para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género.

¿Para qué sirven este tipo de programas? «El tratamiento va siendo la recuperación, dicho con palabras poéticas: que la persona vuelva a florecer y que deje para atrás esas secuelas», relata Rodríguez. Es su visión como terapeuta de este tipo de víctimas que observa como vuelven «a ser optimistas, a tener fe en sí mismas, autoestima, confianza, a tener relaciones sociales, a estar de mejor humor, a quererse más a sí mismas… Más alegría, en una palabra . Con más sintonía, armonía con su entorno, eso es florecer. Y continuar, no quedarse atascados en un bache», sentencia en conversación telefónica con este diario.