La varicela baja un 33% tras adelantar la dosis y recuperar la venta libre

En septiembre de 2013, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Española de Medicamentos, el Ministerio de Sanidad retiró la vacuna de la varicela del canal privado , sacando la dosis de las farmacias de calle y reservando su uso al ámbito hospitalario. Hasta ese momento, habían operado dos líneas de vacunación frente a esta enfermedad: la cubierta por el sistema sanitario público, que facilitaba la dosis gratuitamente a los preadolescentes que cumplidos los 12 años no hubiesen pasado la enfermedad, y la asumida privadamente por las familias, que, siguiendo las recomendaciones de sus pediatras de iniciar la inmunización a los 12-15 meses, asumían la vacunación privadamente. La decisión del Ministerio se apoyó en la tesis de que una vacunación infantil amplia exponía a la población a un mayor riesgo de contagio en edades adultas (cuando la enfermedad es más grave) y podría multiplicar los casos de reactivación del virus en forma de herpes zóster , un argumento que para las sociedades de pediatría no dejaba de ser una hipótesis frente a la evidencia de la eficacia de la vacunación temprana a la hora de evitar el 15% de casos de varicela que llegan a ser graves en la infancia.

La retirada de la venta libre tuvo su impacto, y la incidencia de varicela aumentó, marcando en 2016 más de 500 casos por cien mil habitantes, números no vistos desde el 97. En febrero de 2016 llegaron los cambios: el medicamento regresó a las farmacias y, casi al mismo tiempo, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acordó adelantar la vacunación pública a los 15 meses para los nacidos a partir de enero de 2015 (manteniendo la pauta de 12 años para los menores nacidos con anterioridad). El cambio entró en vigor en Galicia en abril de 2016 y los resultados fueron inmediatos: pese al pico global de casos registrado en ese mismo ejercicio, la incidencia en el grupo de nacidos a partir de 2015 se redujo más del 80%.