Economía
El astillero Barreras vuelve a quedar en la cuerda floja
Con un ERTE para toda la plantilla y una deuda de hasta 68 millones, Oaktree planea deshacerse a final de año de la factoría naval viguesa
Ritz Carlton adquirió el 100% en 2020 para acabar el minicrucero de lujo
El astillero vigués Barreras, en una imagen de archivo
En sus 129 años de historia, más de 1.600 barcos han salido de las gradas del astillero Hijos de J. Barreras . A mediados del pasado mes de marzo partía hacia Santander el último, el minicrucero de lujo encargado por Ritz Carlton. Bautizado ... como «Evrima», se trasladaba a la ciudad cántabra para los trabajos de pintura. Es poco probable que regrese a Vigo para recibir los últimos toques, dado que los propietarios de la factoría naval optan por usar otras instalaciones para terminarlo. El encargo del barco, que abría una oportunidad para el naval gallego de adentrarse en un nuevo segmento, nunca antes explorado, amenaza ahora de nuevo al astillero. En el peor de los escenarios podría enfrentarse a una liquidación, en el mejor a una nueva venta.
El 15 de enero de 2018, Barreras ponía la quilla del «Evrima». Tres años y medio después, el crucero de lujo todavía no se ha finalizado y la empresa ha presentado un ERTE para toda la plantilla . No hay tampoco otra carga de trabajo en el astillero. Los problemas para la construcción del «Evrima» han sido constantes. La factoría naval no tenía experiencia en el sector del lujo y el armador tampoco había encargado nunca un barco. Los cambios continuos en el diseño por parte de Ritz Carlton y los problemas de gestión del propio astillero dejaron un primer sobrecoste de unos 50 millones en el crucero, presupuestado inicialmente en 250 millones de euros.
En 2019, la situación se cobraba sus primeras víctimas . La entonces cúpula directiva era cesada y la empresa solicitaba el preconcurso de acreedores, asfixiada por las deudas. En agosto de 2020 finalmente Ritz Carlton, a través del fondo de inversión Oaktree, presente en su accionariado, adquiría el 100% del astillero, que ya controlaba tras una cesión de derechos de los anteriores propietarios, para poder terminar el «Evrima». Los nuevos dueños llevaban tiempo asegurando que sus planes iban más allá de terminar el minicrucero de lujo, y que una vez finalizado empezarían la construcción de dos unidades gemelas para su flota.
Todo parecía volver a encarrilarse, pero llegó la pandemia del coronavirus y el mercado turístico se vino abajo , incluso en un sector destinado a las a las clases pudientes, con billetes que pueden rondar los 15.000 euros. «Toda la construcción de cruceros se paraliza», explica el presidente del comité de empresa de Barreras, Sergio Gálvez. Además, los nuevos dueños del astillero siguieron realizando cambios en el diseño del «Evrima» y los costes del minicrucero se dispararon de nuevo en torno a otros 50 millones de euros. En total, 100 millones por encima del precio pactado inicialmente. La situación financiera del astillero volvió a la cuerda floja.
Consultora con experiencia en Seat
Los dueños de Barreras decidieron pedir ayuda y contrataron a la consultora Kroll para tomar las riendas de la factoría naval y establecer una hoja de ruta. « Es una empresa que se dedica a la reestructuración, estuvo en Seat, en Cacaolat, vienen a ver cómo está la empresa y cuál es el recorrido », explica Gálvez. El representante sindical confía en que la consultora no opte por la liquidación del astillero. «Si fuese así no vendría una empresa como Kroll, vendría una de andar por casa que pudiese hacer una liquidación», sostiene. Gálvez cree que la idea es o bien poner a Barreras nuevamente a la venta o buscar un socio industrial, manteniéndose Oaktree en el accionariado. En noviembre o diciembre podría producirse la operación de venta de la planta industrial y los trabajadores, estima el presidente del comité de empresa.
Sin más carga de trabajo, tras los problemas con otros barcos contratados que finalmente se frustraron, como los ferris para la armadora noruega Havila, la plantilla de Barreras está de brazos caídos . Algunos operarios han sido trasladados a Santander para los trabajos de pintura y el resto tendrá que irse temporalmente al paro. El pasado jueves, los actuales gestores llegaban a un acuerdo con el sindicato mayoritario en el comité, UGT, para poner en marcha un ERTE que afectará a los 126 trabajadores del astillero durante un año. Si se lograsen nuevos contratos podría levantarse, pero el panorama de la construcción naval no es nada halagüeño en tiempos de pandemia.
El ERTE llega con la oposición de los sindicatos UGT y CIG , que ya han avanzado que lo van a impugnar, según informó Ep. Ambas centrales pedían un ERTE solo por tres meses, mientras el barco se pinta fuera; y después exigían el traslado del minicrucero de nuevo a Vigo, para ocuparse de los últimos trabajos. Una posibilidad que la dirección «se niega» a contemplar, reprobó el representante de CCOO, Ramón Sarmiento.
Deuda abultada
La deuda del astillero continúa siendo abultada. Aunque, según indica el presidente del comité de empresa, se están abonando ya los 20 millones que no se habían pagado a las industrias auxiliares que trabajaron en el minicrucero, el montante total podría alcanzar aún los 68 millone s. La cifra no es definitiva dado que algunas partidas están judicializadas, como los 36 millones de los ferrys de Havila.
De consumarse una nueva venta de Barreras a final de año, sería la segunda en menos de una década . En 2013, la petrolera estatal mexicana Pemex adquirió el 51% de la empresa por unos cinco millones. Llegó a Galicia de la mano de la Xunta y bajo la promesa de múltiples encargos que finalmente se quedaron en dos floteles, un construido en Barreras y el otro en Navantia (Ferrol). Seis años después cedía sus derechos a Ritz Carlton, que ahora también quiere abandonar el barco.