Aristocracia belcantista en el cierre del ciclo lírico de La Coruña

Al intérprete español puede que le recuerde algún avezado aficionado que asistiera a los cursos de perfeccionamiento vocal que años atrás impartió en la ciudad herculina el fallecido Alberto Zedda . El maestro lo escuchó con apenas veinte años y entendió que ahí había una auténtica mina de oro para fabricar un tenor de primer nivel mundial. Ahora regresa a La Coruña con veinticinco recién cumplidos ya no como aspirante en formación, sino como una de las sensaciones del universo operístico.

Zedda lo hizo debutar en 2016 en el Rossini Opera Festival de Pesaro con un papel en «Il Viaggio a Reims» y un par de años más tarde ya compartió escenario con Juan Diego Flórez en «Ricciardo e Zoraide», aunque en un rol secundario. El pasado año, Anduaga ganaba el concurso Operalia, organizado por Plácido Domingo. Y por el camino, debuts en teatros como el Colón de Buenos Aires, Regio de Parma, la Ópera de París, San Petersburgo, Hamburgo, Martina Franca o Nápoles, demostrando un dominio técnico y estilístico del repertorio belcantista celebrado unánimemente por la crítica. Estos días, de hecho, ensaya en Sevilla una nueva producción de «Così fan tutte», que se estrena en noviembre.

Por su parte, Jessica Pratt se ha convertido en una de las intérpretes obligatorias en los teatros que programan Rossini, Donizetti o Bellini. Formada en Milán por Renata Scotto y Lella Cuberli, la soprano australiana debutó en Europa en el año 2007, y desde entonces su carrera suma éxitos año tras año. Son referenciales sus creaciones de Lucia di Lammermoor y Semirámide en las óperas homónimas, Amina en «La Sonnambula» o Elvira en «I Puritani». Pese a su juventud, es una de las sopranos más consolidadas en el repertorio del canto de coloratura.