Clamor en las calles de Galicia contra Sánchez y la amnistía al separatismo catalán

En Pontevedra la manifestación desbordó la plaza de A Peregrina y llenó las calles aledañas. Como dijo el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que eligió la capital del Lérez para hacer acto de presencia, mucha de esas personas, seguramente, era la primera vez que acudían a una manifestación. Y ayer, hartos, salieron a la calle para protestar porque Sánchez, en palabras del presidente de la Xunta, «está troceando España», simplemente «por interés personal» y «favoreciendo a unos y perjudicando a todos los demás». Se refería así al mimo con el que el socialista trata a Cataluña frente al resto de las comunidades.

«Si esto va adelante, están en juego todos los principios democráticos que rigieron la España democrática en los últimos cuarenta años. Y esto es lo que se está diciendo —en las manifestaciones— de forma pacífica, democrática, respetuosa, pero también diciendo firmemente lo que se piensa», valoró Rueda ante la prensa durante la protesta. Mientras de fondo sonaban cánticos contra Puigdemont, Rueda resaltaba ese «clamor», que «va más allá de posicionamientos políticos», pues ya no es solo «una manifestación del PP».

Como se ha dicho, fueron unas 10.000 personas las que abarrotaron el centro de Pontevedra —siempre según calcularon los organizadores—, pero habría que añadir en el haber al menos un 'manifestante virtual' más. Jacobo, militante popular que vive en Irlanda, había pedido a su madre, que acudió a la concentración de la capital del Lérez, hablar con el presidente de la Xunta. Y así, con el teléfono de la madre, Rueda contactó por videollamada con este manifestante, que también pudo saludar a la exministra pontevedresa Ana Pastor, otro de los nombres propios que eligió esta ciudad para concentrarse. Jacobo fue el 'manifestante 10.001' de Pontevedra.

Así, en la distancia, este militante pudo hacerse una idea del ambiente festivo vivido este domingo por sus conciudadanos. Una concentración breve, de poco más de media hora, en la que se leyó un manifiesto —el mismo que en el resto de concentraciones de todas las capitales de provincia españolas— en el que, entre aplausos, se mostraron «orgullosos» de los jueces y policías, y, en definitiva, «orgullosos de España». Aunque, eso sí, a alguno de los manifestantes pontevedreses no le gustó que se leyera en gallego y, «por favor», gritó que «mejor en español».

El repertorio de los cánticos en la manifestación pontevedresa fue variado, pero sin duda el que más decibelios subió, tal vez por su contundencia y su rima, fue el de «Puigdemont, a prisión». Aunque cuando los ánimos se fueron calentando —siempre de forma festiva y pacífica— viraron hacia el eslogan un «Sánchez, a prisión». También se escucharon gritos como «no es un presidente, es un delincuente» —en este caso, con sujeto elíptico— o «no somos fachas, somos españoles». En clave autonómica, y con aroma preelectoral, hubo alabanzas hacia el presidente gallego —«se nota, se siente, Rueda presidente»—. Y ya en los estertores de la manifestación, con la 'chavalada' tomando el escenario, alguno recuperó aquel polémico 'hit' de «que te vote Txapote».

Tres cuartos de hora después, los manifestantes abandonaban, lenta y ordenadamente, la plaza de A Peregrina, y en sus conversaciones se percibía la satisfacción por el éxito de la convocatoria. «Y en Madrid, debe ser impresionante», decían en los corrillos. Era la hora, como apuntó alguno, de «tomar una chiquita». Con la euforia de la manifestación, sí, pero también con el ánimo de aprovechar que el tiempo daba una tregua tras un mes lloviendo sobre mojado. Pero unos 300 manifestantes prefirieron aplazar el 'vermuteo' y proseguir la marcha hasta la sede del PSOE. Allí, según recogió Europa Press, con presencia de simpatizantes de Vox, los cánticos tomaron otro cariz: «Arriba España», «Viva Cristo Rey» o «España cristiana, nunca musulmana».