El lío en la foto de los Reyes con el presidente de Paraguay y su esposa

Tanto fue así que la pareja presidencial se despistó, olvidó el protocolo y donde debían situarse para la foto oficial junto a Don Felipe y Doña Letizia en el Palacio Real. En este momento de confusión -del que dieron cuenta las cámaras y fotógrafos-, Don Felipe intentó organizar a sus invitados con la complicidad de Doña Letizia, mientras el presidente de Paraguay se quedaba quieto en su sitio y su esposa se movía de lado a lado sin saber qué hacer y la Reina intentaba echar una mano cambiándose de sitio.

Ante el lío que se organizaron los cuatro, intervino el Jefe de Protocolo de la Casa de S.M. el Rey, que les indicó como debían colocarse. La imagen quedó como debía. De izquierda a derecha: la Reina, Mario Abdo, el Rey y Silvana López. Los cuatro, tras la foto, se echaron a reír ante el despiste y celebraron su reunión en Madrid. Abdo y su esposa agradecieron a los reyes el almuerzo organizado en su honor, que media hora después tendría lugar en el comedor de gala del Palacio.

El despiste de Abdo y su esposa no era para menos. A las dos y cuarto del mediodía, poco después de que el guion carmesí de Felipe VI ondease junto a la bandera de España en el Palacio Real, la pareja presidencial llegaba a la residencia oficial de los Reyes en Madrid.

En su primera visita oficial al Palacio Real, Abdo y su esposa subieron la escalinata de piedra hasta el salón Teniers, donde les esperaban los Reyes. Este trayecto -desde el patio de carruajes y hasta el salón- es breve, pero muy imponente. Más todavía si se hace como invitados especiales de los Reyes.

A ambos lados de la escalinata, con su impecable uniforme de gala, escoltaban su llegada quince miembros de la Guardia Real del Rey, que en todo el Palacio Real pueden llegar a ser unos treinta para un almuerzo como el de esta mañana. Se encontraban apostados junto a los metros y metros de alfombras de la Real Fábrica de Tapices, desplegados también para la ocasión, al igual que las sedas adamascadas que cubren los marcos de cada puerta del Palacio.

El protocolo no es una cuestión menor y menos en recepciones como la de esta mañana, cuando en un ejercicio de diplomacia para el refuerzo de las relaciones bilaterales se intenta que los invitados estén lo más cómodos posible. De ahí que citas como estas se preparen con tiempo y que desde la Casa de S.M. el Rey se explique a cada uno de los invitados lo que deben hacer al llegar a un acto de estas características. Abdo y su esposa llegaban con la lección bien aprendida, fruto de un viaje que semanas atrás realizó su equipo de protocolo a Madrid para organizar esta visita. Esta mañana, sin embargo, ha ocurrido algo previsible y es que, el Palacio Real ha cumplido su función: mostrar todo su esplendor como residencia del Jefe del Estado. Una majestuosidad que a veces juega malas pasadas.

Esta anécdota en el protocolo se suma a la que hace unos días protagonizó también la Familia Real durante las audiencias en el hotel Reconquista de Oviedo, con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias. El primero en saludar a a la Familia Real, se dirigió al Rey en primer lugar, en vez de a la Princesa Leonor. Fue la Reina quien indicó que debían saludar primero a su hija. Aunque el protocolo se explicó, los nervios del momento llevaron a un fallo que se perpetuó en los demás invitados. Hasta que la Reina puso orden.