Feijóo desconfía de la propuesta de Junts y anticipa que habrá más cesiones al separatismo

«Las cosas no van bien», señalaba el prófugo, instando a Pedro Sánchez a presentar una moción de confianza en el Congreso «necesaria para encarrilar el resto de la legislatura». Un órdago que Ferraz descartó que fuera a hacerse realidad y que no terminan de creerse ni el Partido Popular ni Vox, convencidos de que se trata de otra estrategia de Junts para exprimir al Ejecutivo antes de negociar los Presupuestos Generales del Estado.

A Alberto Núñez Feijóo, el anuncio de Puigdemont le pilló en Barcelona y fue allí donde expresó sus dudas sobre la petición del prófugo. «No puedo decirle lo que va a hacer Junts, porque desconozco si esto va en serio o no, pero Sánchez va a seguir engañándoles como lo ha hecho con todo el mundo. Parece ser que a Junts, ahora, no le parece fiable el presidente. A nosotros tampoco nos lo parece, pero desde el primer instante», señalaba el popular.

Dudas que refuerzan fuentes del PP, convencidas de que a «Sánchez se le complica el día a día» y que esto «es un nuevo incendio que se suma a su agenda judicial y a la debilidad que exhibe en el parlamento». En cualquier caso, estas fuentes creen que el movimiento de Junts, se haga o no realidad, va a suponer un desgaste para el Ejecutivo. «O hay nuevos pagos al separatismo que desgastan a Sánchez o Sánchez se desgasta porque no tiene el apoyo suficiente para sacar ninguna ley adelante. Hace solo unos días estaba vendiendo que tenía las cuentas más o menos encarriladas y ahora Puigdemont le avisa que va a tener que pagar más de lo que pensaba», apunta una persona cercana a la dirección del partido que, en cualquier caso, remarca que «es una cuestión ajena al PP. Un problema interno del Gobierno y sus socios, que amplifica su debilidad y su desgaste diario».

En Vox, el anuncio de Junts sorprendió a toda su cúpula reunida en el Comité de Acción Política. Tras él, su portavoz, José Antonio Fúster, se afanó en restar seriedad a la propuesta de Puigdemont –«Y yo quiero tener un millón de amigos», dijo parafraseando al brasileño Roberto Carlos–, pero a la vez fuentes del partido reconocían que echar a Sánchez del Palacio de la Moncloa es su principal motor, por lo que no desprecian cualquier movimiento que vaya en esa dirección. En cualquier caso, Vox no aclaró si está dispuesto a apoyar esa iniciativa de Junts para pedir a Sánchez que se someta a la confianza del Congreso y se remitió al estudio que haga su grupo parlamentario.

Otra opción, nada descartable habida cuenta de su cada vez más elevada presión contra el Ejecutivo de Sánchez, sería que Podemos entrara en la ecuación. La formación de Ione Belarra anunció ayer mismo la «ruptura total de confianza» con el Gobierno, al que acusó de no tener intención alguna de convocar la mesa de negociación del impuesto a las energéticas prometido hace más de dos semanas a cambio del 'sí' de los morados a su reforma fiscal. Sobre la cuestión de Junts, señalaron que es «obvio» que todos los socios de investidura están «molestos» con un PSOE que «incumple y miente», además de llevar más de un año sin hacer políticas de izquierdas. Más allá de eso, advierten al presidente de que si no corrige el rumbo, pondrá una «alfombra roja» a un Gobierno de PP y Vox, informa Patricia Romero.

Menos mal que llegó Sumar para echarle un capote a su socio. El ministro Ernest Urtasun dijo que la moción está «fuera de lugar». Más aún viniendo de un partido que acaba de respaldar el paquete fiscal en el Congreso.