Feijóo acusa a Sánchez de ejercer un «acoso brutal» contra jueces y periodistas

Ya el miércoles, en la sesión de control del Congreso al Gobierno, durante su pregunta a Sánchez, el líder de la oposición tachó el plan de medios de Sánchez de «censura» y llegó a decir: «No se veía una cosa así desde Franco». Este domingo, en Radio Galega y en la Televisión de Galicia, ha ido en la misma línea: «La censura, el control y la persecución de periodistas, de medios de comunicación y de jueces es contraria al Estado de derecho y nunca jamás había ocurrido en España semejante disparate».

«Cuanto más los acose, el PP más va a defender el derecho a la información, la libertad de expresión y la independencia judicial», ha prometido Núñez Feijóo, tras haber subrayado que Sánchez reacciona así porque está «acorralado política y judicialmente». «La agenda por corrupción que circunscribe la actividad del presidente del Gobierno supone un ambiente irrespirable en la política española», ha afirmado, en alusión a la investigación judicial contra su mujer, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias, contra su hermano y al caso Koldo.

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En el plan de regeneración que aprobó el martes el Consejo de Ministros se incluyen medidas como el registro de los medios de comunicación en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la limitación de la publicidad institucional. Ya en esto el PP observa una voluntad de «censura» contra la prensa crítica, pero los socios del Gobierno quieren ir más allá. Podemos registró en su momento dos leyes, una para que los directivos mediáticos deban declarar sus bienes y otra contra la desinformación, mientras ERC pide que se cree un Consejo Profesional de Buenas Prácticas para hacer frente a las 'fake news'.

En otro orden de cosas, en relación al cupo catalán prometido a ERC a cambio de su apoyo a la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña, Núñez Feijóo ha deslizado que Sánchez, con sus encuentros bilaterales con los jefes de los Ejecutivos autonómicos, lo que pretende es «la división» de la sociedad española. No en vano, el Gobierno quiere vender, tras aceptar una suerte de concierto económico catalán del que siempre había renegado, que va a promover una financiación singular para cada territorio. Alfonso Rueda y Juanma Moreno, los presidentes de Galicia y de Andalucía, respectivamente, y los primeros barones populares con los que se reúne Sánchez en el marco de esta ronda, ya han dejado claro que no aceptarán nada que no pase por una negociación multilateral.

Por esto, Núñez Feijóo ha reivindicado que los presidentes autonómicos de su partido tienen «mucho más sentido de Estado» -con una mirada en «los intereses generales» y no solo en sus respectivas comunidades- que el propio Sánchez. «No podemos repartir el dinero de todos haciendo un apartado para mantener el Gobierno de Sánchez y la Generalitat de Cataluña en manos del PSC», ha sentenciado el líder de la oposición, muy firme contra todo lo relacionado con el «cupo independentista».

El presidente del PP también ha criticado la falta de presupuestos generales del Estado -está por ver si el Gobierno encarrila a tiempo su relación con Junts para sacarlos adelante-, la actuación del embajador español en Venezuela, Ramón Santos, ante las coacciones en su residencia al opositor venezolano Edmundo González y la ausencia de políticas migratorias para responder a crisis como la de Canarias.