ESCRITO CON SANGRE
El exorcismo de Almansa: «¡Mamá, acaba ya, acaba ya!»...
Rosa Fernández Gonzálvez tenía sólo 11 años cuando su madre y dos vecinas le arrancaron las entrañas en un ritual de exorcismo. Creían que estaba embarazada del diablo...
«¡Mírala y pídele perdón!»: el crimen de Olga Sangrador, una de las primeras niñas violadas y asesinadas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa madrugada del miércoles 19 de septiembre de 1990 Almansa (Albacete) estaba desierto. El pueblo aún no había asimilado los detalles que comenzaban a trascender del horror desatado en el número 20 de la calle Valencia, donde Rosa «la Curandera» había ... matado a su pequeña de 11 años en un atroz ritual de exorcismo en el que habían estado presentes otras tres mujeres, aunque una de ellas en contra de su voluntad.
En el único bar abierto a esas horas, que también ofrecía habitaciones, varios agentes de la Policía Local y sanitarios de la Cruz Roja relataban en voz baja las escenas que habían visto -o les habían relatado sus compañeros- horas antes. La monstruosidad de los hechos hacía que varios no pudieran evitar las lágrimas: «Decía que su hija estaba embarazada del diablo... ¡Pero si ni siquiera había desarrollado!», decían, como si fuera posible buscar una explicación a lo sucesido. «¿Y el padre, Jesús, no hizo nada?»; «no, qué va, ella lo tenía dominado», se lamentaban.
Los episodios extraños habían comenzado ya el domingo anterior, con escenas delirantes protagonizadas por la madre de Rosa y su hermana Ana. Mercedes R, vecina y luego acusada en el caso, aseguró que fue a la vivienda de la calle Valencia y se encontró a las dos «desnudas y abrazadas», repitiendo que eran «Jesucristo y la Virgen» y que se iban a casar. Además, aseguraban que la pequeña tenía dentro «la espada del mal».
Sin embargo, fue en la medianoche del lunes 18 cuando el ritual definitivo comenzó a dar sus primeros pasos. Estaban de nuevo presentes Rosa «la Curandera» y su hermana Ana, y como nuevas 'invitadas' su madre y sus vecinas, la ya citada Mercedes R. y su hermana Ángeles.
El crimen sin resolver de la adivinadora de los posos de café: «Suelta la pistola o te achicharro»
Pablo MuñozEn 1988 María Blanca Fernández fue asesinada en su piso de Madrid. Una mujer fue a prisión, pero fue absuelta en el juicio
Los maridos de las dos primeras sabían que no era normal lo que allí sucedía pero mientras Jesús mantuvo una actitud pasiva, su cuñado José decidió llevarse a su mujer y a su suegra: «Estaban claro que pasaban cosas extrañas, que no me gustaban nada», relataría después a ABC.
A las cinco de la madrugada, siempre según este testimonio, recogido al día siguiente de los hechos, «el padre de la niña vino a casa, enloquecido, para pedir a mi mujer que le ayudase, que su hermana estaba muy mal... Al llegar a la vivienda las otras tres mujeres golpearon a mi cuñado y no le dejaron pasar a la habitación de la niña, pero obligaron a mi esposa a entrar en el dormitorio y la golpearon. Luego, pusieron varios muebles para bloquear la puerta para que nadie pudiese acceder a ese lugar».
Los detalles de lo sucedido entre las cuatro paredes del dormitorio de la niña los dio en el juicio Mercedes R. «Entramos al dormitorio de Rosa y atrancamos la puerta. Luego, tumbamos a la niña en la cama y comenzamos a romper estampitas, clavar agujas en un muñeco y a orinar en el suelo». Mientras, entonaban cánticos. A continuación, 'la Curandera', en pleno éxtasis, anunció que su hija estaba embarazada de Satanás y tenían que liberarla. Entre las tres sujetaron a Rosa y le abrieron las piernas. Durante el tiempo en el que duró la tortura, la menor solo lanzó dos gritos: «¡Mamá acaba ya, acaba ya!»...
«A mi esposa la tiraron al suelo -contó José-; intentaron hacer con ella con los mismos ritos satánicos que con mi sobrina. Mi mujer luchó con ellas, pidió auxilio... En ese momento llamamos a la Policía». Eran las nueve y media de la mañana y para cuando acudieron los agentes ya nada se podía hacer. «Al llegar, el padre de la niña estaba en el pasillo, destrozado, sin poder reaccionar. Sólo acertaba a decir que sacásemos a su hija de allí y que la salvásemos. La pequeña estaba en la cama; la habían vaciado con sus manos, y junto a ella su madre, llorando, con el vestido ensangrentado. Al fondo, vi a dos mujeres semidesnudas».
«Lo hice y lo volvería a hacer», dijo Rosa 'la Curandera' al primer psiquitra forense que la examinó. Ella y las dos vecinas fueron juzgadas por estos hechos. La Audiencia de Albacete las absolvió al concurrir la eximente completa de enajenación mental. Estuvieron algunos años en un psiquiátrico. Luego, quedaron en libertad.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete