Los policías critican la orden de usar gases en Ferraz: «Ni cuando hemos estado acorralados nos lo han permitido»
Sindicatos policiales atribuyen lo ocurrido en la noche del lunes a instrucciones políticas y piden la dimisión del delegado del Gobierno en Madrid
La Policía lanzó gases fumígenos y lacrimógenos, los más lesivos, contra quienes protestaban en Ferraz
Última hora de una nueva noche de protestas frente a las sedes del PSOE
Madrid
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Iniciar sesión«Es inaudito». Así describen fuentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) la orden dada en la noche del pasado lunes a sus agentes de lanzar gases lacrimógenos contra los grupos ultras que intentaron superar las vallas y el cordón de seguridad montado ... en torno a la sede del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. «Ni siquiera en enfrentamientos muy duros, como los provocados por la huelga del metal en Cádiz, se nos permitió utilizar ese material», explican a ABC policías con muchos años de experiencia en esas unidades.
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En el dispositivo de la calle de Ferraz intervinieron tres grupos que, dada la cantidad de participantes en la protesta, pudieron resultar insuficientes para garantizar la seguridad y el mantenimiento del orden. Los policías detectaron pronto que entre los manifestantes pacíficos, que se habían concentrado para mostrar su legítima indignación por las concesiones de Pedro Sánchez al independentismo, se mezclaban caras conocidas de individuos pertenecientes a grupos de extrema derecha, como Ultra Sur y Frente Atlético, además de elementos de Democracia Nacional.
Infiltración de ultras
Esa presencia presuponía que se podían producir incidentes, ya que la técnica de este tipo de grupos radicales, sean de extrema derecha o de extrema izquierda, es aprovechar concentraciones pacíficas para, amparados en la masa, provocar incidentes, en especial cuando la manifestación comienza a disolverse.
Eso es precisamente lo que ocurrió en la noche del lunes. Cuando ya muchos de los concentrados se iban marchando, los ultras empezaron a actuar, lo que aumentó mucho la tensión. Estos elementos comenzaron a superar las vallas e intentaban hacer lo propio con el cordón policial con el objetivo de llegar a la sede del PSOE, con toda probabilidad con la intención de vandalizarla.
El atestado policial especifica que sobre las 20.00 horas los agentes se percataron de que, entre la multitud pacífica, empezaban a aparecer personas con el rostro cubierto y estética ultra que se situaban en primera fila, cerca del vallado. La Policía, ante este hecho, reforzó la presencia de agentes en el vallado. Sobre las 20.30 uno de estos individuos saltó la valla y agredió a un agente. Fue detenido.
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Según ese relato de hechos, en torno a las 21.00 horas parte de los manifestantes empezaron a abandonar el lugar, pero aumentó la presencia de personas embozadas y de estética ultra. Sobre las 21.30 varias de ellas se distribuyeron estratégicamente por el vallado y comenzaron a cortar las bridas que unían las vallas. En ese momento iniciaron el lanzamiento de botellas de cristal y otros objetos sobre los agentes.
Es entonces cuando se produjo la decisión de cargar, previo aviso como marca el protocolo. Primero se emplearon pelotas de goma, luego gases fumígenos y finalmente lacrimógenos. La diferencia está en que los primeros se utilizan para que los agentes puedan avanzar sin que sean vistos por la masa, aunque también provocan algunos problemas respiratorios, mientras que los segundos aumentan mucho esas dificultades respiratorias, tanto que el subgrupo que los lanzó tuvo que ser relevado porque sus miembros empezaron a tener problemas para respirar.
El atestado policial habla de que hubo una «carga proporcionada tras la que solo permanecen unas 200 personas de estética ultra». Ante el cruce de contenedores y otros elementos en las calles aledañas y el lanzamiento de objetos contra los agentes, se volvió a lanzar fumígeno inocuo. Otras dos personas fueron detenidas: un hombre por agredir a un inspector y una mujer por desobediencia.
La utilización de gases lacrimógenos por las UIP es excepcional, según las fuentes de esas unidades consultadas por ABC. «La noche del lunes no se daban las circunstancias que hacen aconsejable emplear ese material, que es muy agresivo», explican. Basta recordar que en los disturbios de la plaza Urquinaona (Barcelona) de octubre de 2019 solo se autorizaron cuando la situación era crítica.
Origen de la orden
La gran pregunta es quién dio la orden de lanzar esos gases. Para algunas fuentes consultadas no hay duda de que tuvo que hacerse desde instancias políticas, en concreto desde la Delegación del Gobierno en Madrid, porque las UIP no actuaron como suelen hacerlo. Sin embargo, otras fuentes consideran que solo pudo darla el coordinador del dispositivo, quizá ante la inquietud que le producía la posibilidad de que los ultras superasen el cordón de seguridad y vandalizaran la sede de Ferraz, lo que hubiera aumentado la tensión social y política hasta límites imprevisibles.
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Por supuesto, la carga policial ha provocado preocupación en el Cuerpo. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha mostrado su apoyo a sus compañeros y pide a la Delegación del Gobierno en Madrid que abra de inmediato una investigación para determinar quién dio la polémica orden. «Queremos advertir al Gobierno de que no utilice a la Policía como un instrumento político –dicen desde el SUP–. Nos hemos posicionado de forma muy clara contra la amnistía, de la que se van a beneficiar aquellos que pusieron en serio riesgo la vida de nuestros compañeros en Cataluña, tanto en 2017 como en 2019».
Por su parte, Jupol ha pedido el cese o la dimisión del delegado del Gobierno, recuerda que la carga se produjo tras el lanzamiento de objetos contundentes contra los agentes y precisa además que fue consecuencia de las «órdenes recibidas desde la cúpula del Gobierno». Asimismo, este sindicato muestra su sorpresa por la «celeridad en la toma de decisiones por parte de los mandos en este caso, algo que contrasta con lo ocurrido en 2019 en Barcelona», lo que en su opinión hubiera evitado la jubilación de tres policías y las lesiones a cientos de agentes. También lamenta los ataques que están recibiendo las UIP y, como el SUP, se posiciona en contra de la amnistía.
Fuentes policiales consultadas por ABC temen que la tensión en las calles vaya en aumento a partir de ahora: «Acontecimientos como los del lunes contribuyen a radicalizar a los ciudadanos de una y otra tendencia. Estamos en un momento crítico y como siempre los políticos no ayudan con sus declaraciones».
Las fuentes policiales consultadas creen que el momento de mayor tensión se producirá cuando se conozca el acuerdo –si es que lo hay– al que lleguen Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. También se está muy atento a la respuesta en las calles que puedan intentar los antisistema, que este martes ya convocaron las primeras manifestaciones.
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