La espantada de Yolanda Díaz convierte a Sumar en un polvorín
La debilidad de la vicepresidenta va 'in crescendo' más de un mes después de su aparente renuncia al proyecto
La dirección interina asume el fracaso y apuesta por una improvisada mesa de partidos de la que poco o nada ha salido
La también ministra de Trabajo anuncia la «derogación de la ley mordaza» y Sumar lo reduce a la reforma de un artículo
Díaz, en el Congreso, escoltada por los dos portavoces de Sumar: Errejón en el Congreso y Urtasun en el partido
Seis semanas desde que Yolanda Díaz diera la desbandada en Sumar. La vicepresidenta, cuya posición de debilidad dentro de la coalición va a más cada día que pasa, dejó a su propio retoño descabezado y hecho un polvorín tras la debacle electoral del 9- ... J, en la que el espacio obtuvo tan sólo tres escaños en el Parlamento Europeo, dejando fuera a Izquierda Unida (IU) por primera vez en la historia. La vicepresidenta segunda del Gobierno se rindió a la evidencia de que lo que había puesto en pie era una amalgama de partidos territoriales y no, como ella pretendía, una formación federal al uso, equiparable a PP y PSOE. La también ministra de Trabajo logró incluso poner de acuerdo a viejos enemigos como IU y Más Madrid, cuyo punto de consenso pasa precisamente por criticar que Díaz construyese Sumar sin tener en cuenta las personalidades e identidades territoriales de cada una de las organizaciones.
Ahora, Díaz juega a mantener el mando a través del grupo parlamentario en el Congreso, donde vendieron la idea desde un inicio de que continuará siendo el «mayor activo político y electoral» del espacio a la izquierda de los socialistas, empujando al Gobierno y haciendo que la legislatura eche a andar de una vez por todas. La última conquista que se atribuyen, la despenalización de las injurias al Rey, a las altas instituciones o la religión dentro del plan de regeneración democrática que expuso Pedro Sánchez en el Congreso el pasado miércoles. Según presumió Errejón desde la tribuna del hemiciclo, esa medida había salido adelante gracias a Sumar.
Todo ello al mismo tiempo de que el estatus de Díaz comienza a evidenciar signos de flaqueza. Apenas un día antes de que Errejón sacara pecho del peso de Sumar dentro del Ejecutivo, la vicepresidenta tuvo que ser desmentida y corregida en público por los suyos. Díaz anunció a bombo y platillo desde Bruselas un pacto con el PSOE para la derogación de la 'ley mordaza' que el grupo parlamentario rebajó a la reforma de un sólo artículo de ésta y a la «promesa» de los socialistas de retomar el debate de la derogación. «Nosotros siempre hemos llamado leyes mordaza» también a todos los delitos del Código Penal que cercenen la libertad de expresión, dijeron para salir del paso.
Se acabó el 70-30
Y mientras tanto, no contaba la nueva dirección colegiada e interina de Sumar, con Lara Hernández, Txema Guijarro, Elizabeth Duval y Rosa Martínez al mando, con la incompatibilidad entre ser la líder institucional del espacio y no ser la coordinadora general, de acuerdo con sus propios estatutos: «La Coordinación General ostenta la función de portavocía general y máximo representante de Sumar, tanto a nivel político como institucional», establece el documento organizativo nacido de la primera asamblea fundacional de marzo. «Tendremos que verlo», respondió, preguntada por ello, Hernández.
No será lo único. «El 70%-30% se acabó», era una línea roja que ahora también está abierta a modificaciones, confiesan fuentes de la formación. En los órganos de dirección de Sumar, el espacio reservado para los representantes de las formaciones políticas que lo integran ha sido hasta ahora limitado. El Grupo Coordinador, máximo órgano directivo, se supone debía estar formado por 70% de personas pertenecientes a Movimiento Sumar y tan sólo el 30 para seis formaciones de la coalición. Díaz acotó así la influencia de los partidos en el proyecto político. Un reparto de cuotas rechazado desde un principio por IU, que frenó temporalmente su participación en la plataforma hasta después de las europeas: «No tiene sentido» denunciaron.
Las exigencias de sus aliados parecían haber dado frutos y sonaban campanas de cambio de estatutos a corto plazo para la distribución de cuotas de poder. La nueva dirección, nacida de la reunión del grupo coordinador del pasado día 13 de junio, había fijado el mes de julio como horizonte para la creación de una mesa de partidos de la coalición que iba a ser el primer escalón de esta travesía por el desierto. El objetivo, reflexionar sobre el futuro del espacio y debatir el rumbo a seguir, encaminado a la «horizontalidad democrática» como venían exigiendo sus aliados.
Desinflaron expectativas
Unas expectativas creadas por Sumar que ellos mismos desinflaron de golpe. Tras semanas de especulaciones sobre posibles fechas y asistentes, el día 1 de julio dejaron la reunión en el aire y anunciaron que se aparcaba hasta nuevo aviso. Ernest Urtasun, portavoz de Movimiento Sumar (partido argamasa del espacio hasta la fecha), dijo que los ritmos eran «otros» y que los mecanismos de horizontalidad a los que aspiran «no se articulan con una foto». «Esas reuniones se van a producir, pero no hay ninguna prisa», explicó el también ministro de Cultura, a la par que pidió «darles tiempo», primero de todo, a las formaciones que integran el espacio para hacer su propia lectura de lo ocurrido.
Los comunes acusan a Chunta Aragonesista de «anticatalanista» por oponerse a la financiación singular en Cataluña
Tan sólo un día después de estas afirmaciones, el día 2, y sin los primeros espadas de los partidos (algo a lo que aspiraba su cúpula), Sumar improvisó un cónclave a puerta cerrada del que sólo informaron una vez concluido. ¿Qué cambió en apenas 24 horas para pasar del «no hay nada en el calendario» a «hoy, martes 2 de julio, hemos mantenido una reunión entre formaciones»?. Desde la formación, en la que reinó el hermetismo, se limitaron a reconocer que habían dado un enfoque «algo distinto» a la mesa de coalición que Hernández planteó en un inicio, y que sólo participaron los secretarios de Organización de Movimiento Sumar, Más Madrid, Verdes Equo, los comunes e IU. El coordinador federal de esta última, Antonio Maíllo, había sido el único líder en declarar su intención de acudir. Ni rastro de Mónica García o Ada Colau.
Apenas cinco de las 15 organizaciones políticas de la plataforma participaron en este cónclave clave para su reorganización. Compromís, Més per Mallorca y Chunta Aragonesista declinaron la oferta -aunque «están invitados», dijeron en Sumar- porque sólo quieren seguir ligados a Sumar de cara a próximos procesos electorales. O ni siquiera eso. Més se presentó a las europeas en alianza con ERC, EH Bildu y BNG en vez de con Sumar. Pocas explicaciones dio Sumar de un encuentro más allá de que sirvió para «dar continuidad» a las conversaciones entre formaciones políticas «que se venían dando hasta ahora».
Amenazas de ruptura
El anuncio de la creación de esta mesa de coalición coincidió con las rencillas por la financiación singular de Cataluña a la que el PSOE se prestó a cambio del apoyo de ERC a la investidura de Salvador Illa. Compromís y CHA se plantaron, reclamando a los socialistas extender el modelo al resto de autonomías. De lo contrario, advirtieron, romperán con el PSOE y Sumar en un momento en que «las mayorías están muy justas». En Sumar se abrió entonces una nueva grieta pese a restarle Errejón importancia al tono bronco de dos de sus aliados regionalistas, que se mostraron más duros que nunca. El grupo parlamentario ha acordado la creación de una comisión interna sobre fiscalidad para intentar llegar a un acuerdo entre los distintos partidos, aunque «si Sumar va más allá y toma partido, la crisis no será con el PSOE sólo, será con el PSOE y Sumar», advirtieron desde Compromís. Las palabras del grupo parlamentario contrastaron con las de Urtasun, portavoz de la formación, que vio «lógica» la «singularidad» de Cataluña, porque viene reconocida en su estatuto.
En Más Madrid consideran que Errejón da de lado el partido, que él mismo fundó con Mónica García, por el grupo parlamentario
Para los comunes, no se puede demorar más el asunto porque la situación es «insostenible», pero «no tiene que ser en detrimento de nadie». Su portavoz en el Congreso, Aina Vidal, se muestra confiada en que van a tener «capacidad y tiempo» para «discutir» con los otros partidos de Sumar. No obstante, desde la formación catalana acusan a CHA de discurso anticatalanista, se quejan fuentes del partido. Los de Jéssica Albiach viven también un proceso de cambio interno tras el adelanto de su Asamblea Nacional al mes de noviembre, en la que abordarán la renovación de los liderazgos y un cambio en la hoja de ruta a raíz de los últimos malos resultados electorales en Cataluña, en los que sólo consiguieron representación en Barcelona.
Al igual que los comunes, Izquierda Unida, que recién sale de una asamblea en la que su militancia aupó a Antonio Maíllo como coordinador federal, exigía un cambio de modelo. En Más Madrid -donde se sienten olvidados por Errejón, quien se dedica en cuerpo y alma al grupo parlamentario en vez de dedicar esfuerzos al partido que él mismo fundó con Mónica García, confiesan voces internas-, apuestan por volcarse en su trabajo en la Comunidad mientras definen cómo participar en Sumar. Compromís, por su parte, se resiste a formar parte de ningún nuevo bloque de izquierdas, imponiéndose así la corriente aislacionista de Mès de la que proceden Joan Baldoví o Águeda Micó.
Podemos, cerrado en banda
Y con Podemos no habrá reconciliación. Al menos, de momento. Pese a que miembros de Sumar como IU reclamen la «movilización» de la izquierda en la que no se excluya a «nadie», en referencia a la formación morada, los de Ione Belarra se desentienden y no tenderán puentes a corto plazo tampoco ahora que Díaz no está, aunque dejan la puerta abierta: «La actualidad política es la que marca posibilidades de trabajar en una dirección o en otra». Insisten en que «pasaron página» en diciembre tras su salida del grupo parlamentario y opinan que Sumar, sin la ministra, «tiene poco sentido», pero «tendrán que ser los partidos los que decidan y se den cuenta de lo que está ocurriendo».