La Policía carga para evitar un escrache a Olona en Granada

El evento venía caldeado por la convocatoria de hasta 19 sindicatos estudiantiles que se habían propuesto reventar el acto de la exdirigente de Vox. Ya desde una hora antes de que llegara Olona, cientos de personas se acumulaban a un lado de la puerta del edificio. También los antidisturbios. Detractores y simpatizantes iban llegando. Las terrazas de las cafeterías, todavía puestas como cada día, se recogieron al poco de producirse las primeras aglomeraciones.

La Policía rodeaba la puerta, pero dentro había ya una cadena humana preparada para intentar sabotear la entrada de Olona. A su llegada, bien por el trabajo de los antidisturbios, bien por acercamiento natural, había dos bandos diferenciados. Fácilmente reconocibles. La exdiputada, escoltada por los policías y entre vítores y abucheos, llegó hasta la puerta. La cadena humana fue reducida por los antidisturbios en una de las cargas que tuvo la tarde.

Olona entraba al paraninfo, tal y como ya había avisado en sus redes sociales casi una hora antes. «15 de septiembre, Día Internacional de la Democracia. Voy a impartir una conferencia y les animo a las 19 organizaciones que han convocado el escrache a que respeten la libertad de expresión y que entren a escucharla», explicaba en un vídeo que publicaba en su cuenta de Twitter, todavía de camino a la capital granadina.

El paraninfo de la facultad de Derecho se calmó, pero la calle siguió siendo un hervidero durante al menos media horas más. La labor policial fue fundamental para que, progresivamente, se bajaran las pulsaciones. En algún momento, lo que parecían dos bandos, se convirtió en un grupo numeroso de curiosos que se paraban sencillamente a ver qué estaba pasando.

Los cánticos siguieron: «Fuera fascistas de la universidad» y «fuera discursos de odio», frente a «no al comunismo» y derivados. Llegado el momento de la salida de Olona, la situación ya estaba calmada.

La conferencia de Olona la pone de nuevo en primera plana en Granada, después de meses de ausencia tras el fiasco de sus resultados en las pasadas elecciones andaluzas, donde concurría como candidata, precisamente, por la provincia granadina. Esta circunstancia, de hecho, jugó un papel fundamental, después de la polémica por su presunto fraude en su empadronamiento en la localidad costera de Salobreña. Olona tuvo que entrar escoltada por varios policías.

El ambiente, a las puertas, se tensionó en varios momentos, con cruces de insultos, empujones y cánticos por una y otra parte. La Policía consiguió calmar la situación pasados alrededor de veinte minutos desde la entrada de Olona y despejó la zona progresivamente sin mayores altercados.