crimen de villajoyosa
Las imprudencias del desertor ruso asesinado: vecinos compatriotas, drogas, prostitutas y altercados
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El asesinato el pasado 13 de febrero en Villajoyosa (Alicante) de Maxim Kuzminov, el piloto de helicópteros ruso que desertó con su aeronave a Ucrania, podría haber sido un crimen por encargo de los servicios de inteligencia del régimen de Putin ejecutado por elementos del crimen organizado de su país, según fuentes de la máxima solvencia consultadas por ABC. Kuzminov había sido condenado a muerte de forma pública por la contrainteligencia militar y ayer mismo el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, le calificó de «traidor y criminal». También aseguró que desde la deserción era un «cadáver moral». Un portavoz del Kremlin, además, despachó el asunto diciendo que las autoridades españolas no habían informado de lo ocurrido, de modo que no estaba en su agenda.
Más allá de eso, la investigación se centra en cómo pudieron llegar los asesinos a Kuzminov, que en España vivía con una identidad y documentación falsa a nombre de un individuo ucraniano de 33 años.
Demasiadas imprudencias
Llama la atención la gran imprudencia con la que actuaba Kuzminov desde su llegada a nuestro país. Según ha podido saber ABC consumía drogas, utilizaba los servicios de prostitutas e incluso protagonizó altercados, por lo que era conocido por la Policía Local de la población alicantina.
Por si fuera poco se refugió en unos apartamentos en los que residen numerosos compatriotas, por lo que se cree que fue identificado muy poco tiempo después de su llegada. Pero aún cometió otros errores, como hacer llamadas telefónicas a Rusia que hacían mucho más sencilla su localización -parece evidente que todos los teléfonos de sus allegados estaban controlados por los servicios rusos- e invitar a su novia a visitarlo.
Una vez localizado, los servicios de Inteligencia rusos no tenían necesidad alguna de enviar a sus agentes a hacer el trabajo, ya que ese tipo de movimientos es muy difícil que no deje rastros y si se detectan provocan crisis diplomáticas. Para este tipo de acciones en terceros estados lo que hacen es encargar el trabajo a individuos del crimen organizado que ellos controlan y que son los encargados de ejecutar la misión encomendada. Las fuentes consultadas por ABC recuerdan en este sentido la proximidad del FSB a estas mafias y a organizaciones de hacker que emplean para acciones ofensivas. «En esos casos, funcionan como un todo -explican-, pero tienen la ventaja de que es casi imposible encontrar pruebas de esas relaciones que se puedan presentar ante un juez».
La forma de cometerse el asesinato revela que no fue obra de agentes de inteligencia. Lo perpetró un sicario, aunque otras fuentes hablan de dos. Parece que estudiaron a su objetivo hasta elegir cual era el mejor momento y el lugar más adecuado para abordarlo y cuando lo decidieron se aseguraron de no fallar. El instante elegido fue sobre las cinco y media de la tarde de hace una semana, en la rampa del aparcamiento de los apartamentos de Villajoyosa en los que residía. Kuzminov no tuvo escapatoria; recibió cinco impactos de bala en el pecho, el último efectuado por el asesino mientras huía. No se oyeron detonaciones, por lo que se sospecha que utilizó un silenciador
Se cree que este individuo y su compinche, si lo hubo, huyeron de la zona a bordo de un automóvil estacionado en las proximidades con el que se dirigieron a El Campello, una localidad cercana. Una vez allí prendieron fuego el vehículo para borrar huellas. Los investigadores, en todo caso, trabajan sobre él por si pueden encontrar alguna pista y además se visionan imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la zona, no solo el día del crimen sino también los anteriores.
El portero del inmueble avisó de lo sucedido al 112, a las 17.40 horas, aunque hay un testigo, vecino del inmueble, que vio parte de la secuencia desde su ventana. Relata que vio a un hombre tirado en la rampa y pensó que había sido víctima de un atropello. Alertó a la Policía Local, que fue la primera en llegar. Cuando los agentes dieron la vuelta al cadáver vieron los cinco tiros. Iba indocumentado.
Los agentes preguntaron al testigo si conocía a la víctima y éste les mostró una fotografía del pasaporte falso de Kuzminov que llevaba en el móvil, al parecer porque había empezado unas obras en su apartamento y formaba parte de la documentación que había aportado.
Minutos después se activó la Unidad Orgánica de Policía de la Comandancia de Alicante, que es la que lleva el caso, de momento en solitario. En un principio los investigadores creyeron que se trataba de un ajuste de cuentas. Cuando los análisis forenses han determinado que se trataba del cadáver de Kuzminov la investigación dio un vuelco total.
La información del asesinato trasciende a cuentagotas pues se trata de un asunto de enorme sensibilidad que puede afectar a las relaciones de nuestro país con Rusia, que por lo demás no atraviesan su mejor momento desde la invasión de Ucrania. España ha participado de forma activa en el bloqueo de los bienes de magnates rusos en cumplimiento con las sanciones internacionales, en algún caso de personas muy próximas al Kremlin. Exteriores considera, no obstante, que este asesinato no le atañe, pues se trata de un asunto de Interior.
Muerte de un magnate, su mujer y su hija
La sombra de los servicios de Putin, tras el caso de Lloret de Mar
El asesinato de Kuzminov no es el primer episodio extraño en el que se ve envuelto un ciudadano ruso en nuestro país desde la invasión de Ucrania. En marzo de 2022 el cadáver de Sergey Protosenya, de 55 años, fue encontrado ahorcado en su casa en Lloret de Mar (Gerona). En la residencia, los Mossos hallaron también los cadáveres de su esposa y su hija, asesinadas a puñaladas.
La hipótesis inicial fue que este oligarca ruso del sector gasístico, crítico con la invasión, había matado a sus dos familiares antes de quitarse la vida. Sin embargo, en el arma homicida no había huellas -no parece que alguien que se suicide se preocupe de borrarlas- y además llamaba la atención que situaciones exactamente iguales habían sucedido con otros personajes similares, tanto en Rusia como fuera del país.
Las fuentes consultadas por ABC aseguran que dos años después de estos hechos hay pocas dudas de que se trató de un triple asesinato también por encargo de los servicios de inteligencia rusos, aunque no haya pruebas objetivas de ello. «Es evidente que nunca se podrá demostrar judicialmente, pero esa es la única hipótesis que se maneja», precisan esos medios de la máxima solvencia.
Los servicios de inteligencia de varios países atribuyen a acciones planificadas por la Inteligencia rusa la decena de muertes en extrañas circunstancias de magnates de ese país que no apoyaron la invasión de Ucrania. Además del de España, hubo dos casos en el Reino Unido.
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