Dos fiscales subordinados desmontan las coartadas de García Ortiz en el Supremo
La fiscal Superior de Madrid declara que le preguntó «¿Lo has filtrado tú?» y que su superior no lo negó: «Eso ahora no importa»
El de delitos econónimos desbarata la estratagema del Ministerio Público: no existe el protocolo de borrado de mensajes al que se agarró el fiscal general tras revisar la UCO su móvil
Editorial ABC | La pregunta que sí importa
Nati Villanueva y Carmen Lucas-Torres
Madrid
Como una 'gota malaya', cada nuevo indicio apuntala la imputación del fiscal general del Estado en la causa en la que el Tribunal Supremo le investiga por presunta revelación de secretos en el caso del novio de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Los ... dos testigos que declararon este jueves ante el juez, la fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra, y el fiscal de delitos económicos Julián Salto -quien intercambió los correos con la defensa de Alberto González Amador- reconstruyeron la tarde-noche del pasado 13 de marzo y la mañana del 14, cuando se produjo la filtración de los correos reservados (el primero de estos días) y la difusión de la nota de prensa que García Ortiz obligó a publicar a su subordinada (al día siguiente).
La declaración de Lastra fue especialmente contundente: primero, porque dejó claro que en cuanto vio filtrados los correos confidenciales en los medios supo que sólo pudieron salir de Fiscalía; y segundo, porque sospechó directamente de García Ortiz y así se lo comunicó por teléfono, cuando éste le llamó la mañana del 14 de marzo sin ocultar sus prisas para publicar la nota informativa con la que presuntamente se revelaron secretos y por la que se querelló González Amador.
La nota y el cianuro
«Álvaro, ¿lo has filtrado tú?», le preguntó Lastra a García Ortiz esa mañana del 14 de marzo. «Eso ahora no importa», contestó él en un momento en el que su único interés era que Lastra publicara la nota que, según revela el teléfono de la otra imputada, la jefa de la Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, el propio fiscal general había enviado a Rodríguez la noche anterior para que le diera el visto bueno. «Dan ganas de incorporar un poco más de cianuro», le dijo su subordinada.
Se trataba de la nota en la que se desmentía el acuerdo de conformidad con González Amador, investigado por dos delitos contra Hacienda, a iniciativa del fiscal Julián Salto cuando en realidad había sido al revés. Esto, horas después de que distintos medios hubieran publicado extractos de los 'mails' intercambiados entre el fiscal del caso y González Amador. Las sospechas de Lastra hacia el fiscal general vinieron porque la información que contenían esos correos sólo estaba en las diligencias informativas previas a la judicialización del asunto, por lo tanto, sólo podía conocerla el Ministerio Público.
Lastra ya dijo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que era necesario desmentir la noticia que había dado 'El Mundo' la tarde del día 13 de marzo, pero «se podía haber hecho de otra forma», sin lesionar derechos. Por eso, ni ella ni el jefe de prensa de la Fiscalía de Madrid estaban de acuerdo en difundirla. «Una cosa es que haya que salir a atajar un bulo de estas características y otra la forma de contarlo. No era necesario relatar los correos ni si el señor González había reconocido o no los hechos (...) Bastaba con explicar que había habido una filtración, quebrando la confianza con el letrado y la Fiscalía de un correo en el que se afirmaba, además, que el fiscal había recibido instrucciones de arriba para parar esa conformidad». A su juicio, se podía haber explicado eso diciendo que en este caso no había ocurrido nada distinto a otros casos abiertos por delitos fiscales, sin necesidad de dar datos que «entran dentro del margen de confidencialidad de las comunicaciones», señaló ante el TSJM. En estos mismos términos se expresó este jueves frente al nuevo instructor, ante quien compareció durante una hora y treinta y cinco minutos, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio.
Durante su declaración, Lastra también afirmó que el día 13 por la noche ella misma recomendó a la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, que no entregara los correos entre el fiscal que negoció la conformidad con la pareja de Ayuso (Julián Salto) y su defensa al fiscal general porque «es para filtrarlos». García Ortiz había pedido esas comunicaciones a Lastra y le sugirió recopilar los correos. Ella le dijo que no era necesario porque «tengo cumplida cuenta de ese tema».
Por ello, el fiscal general llamó directamente a Rodríguez, quien sí se los entregó tras sacar al fiscal Julián Salto, encargado del caso, de un partido de fútbol en el estadio del Atlético de Madrid para que los recabara y procediera a enviárselos. Él lo hizo «contrariado», según manifestó Lastra, por las circunstancias en las que se le estaba reclamando, en mitad del evento deportivo y fuera de su horario laboral, pero aún así obedeció y envió lo solicitado con doble copia: una a Rodríguez y otra a la propia Lastra.
Respecto a la difusión de la nota informativa del día siguiente, Lastra sostuvo con claridad ante el TSJM algo en lo que este jueves se ratificó: que entendió como una orden de la Fiscalía General del Estado que publicara la nota en la que, según denunció la defensa de González Amador, se desvelaron datos reservados a su defensa. «Lo entendí así, como una orden, y así se me hizo llegar», afirmó.
«Almudena, hay que sacar la nota ya. Es imperativo»
En el contexto de las prisas del fiscal general, la testigo dijo este jueves que mientras estaba en una reunión (con Policía Judicial), posterior a su primera comunicación esa mañana con García Ortiz, aquella en la que le preguntó si era él el filtrador, recibió hasta seis llamadas perdidas del fiscal general, llamadas que al no ser respondidas se vieron seguidas de un mensaje a su móvil particular. «Almudena, hay que sacar la nota ya. Es imperativo».
Las claves del caso
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Declaración de Lastra La fiscal superior de Madrid explicó al juez que García Ortiz le ordenó emitir la nota denunciada por la defensa del novio de Ayuso y le puenteó porque se negó a entregarle los correos recogidos en ella.
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«Cero mensajes» La Guardia Civil no encontró mensajes en las fechas de la presunta filtración, entre el 8 y el 14 de marzo, en el móvil del fiscal general.
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Wasap de Rodríguez La fiscal jefe provincial Pilar Rodríguez, también investigada, sí conservaba hasta doce wasaps con García Ortiz que, para el instructor, dan cuenta del papel «preeminente» del fiscal en el asunto.
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Cambio de terminal Un segundo informe de la UCO de la Guardia Civil arrojó la conclusión de que el fiscal general entregó a los investigadores un móvil distinto al que utilizó en las fechas investigadas, con el que se hizo después de su imputación y antes del registro de su despacho.
Lastra, que se abstuvo de dichas diligencias, no estuvo de acuerdo en enviar esa nota, como tampoco lo estaba su jefe de prensa, que incluso amenazó con dimitir, aunque luego por «lealtad» a Lastra lo hizo, eso sí, poniendo el encabezamiento de Fiscalía Provincial, la que dirige la coimputada Pilar Rodríguez, con quien, como se le trasladó a Lastra, García Ortiz había consensuado su redacción. La fiscal superior opinaba que contradecir la versión del jefe de Gabinete de Ayuso sobre quién propuso el acuerdo significaba que «se manipulaba políticamente el trabajo de la Fiscalía en este campo».
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