Malestar en los antidisturbios con el Gobierno: «Nos mandaron con las manos atadas»
Los policías de servicio en la final de La Vuelta denuncian que «el dispositivo se diseñó para fracasar»
Malestar en los mandos de la UIP que aseguran que se los mandó al operativo con «las manos atadas»
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Indignación en la Policía tras los incidentes en La Vuelta: «Se diseñó un dispositivo para que fracasara»
Si hubiese que definir con una sola palabra el sentimiento de la Policía tras los incidentes que provocaron la suspensión de la última etapa de La Vuelta a España, que se iba a celebrar en Madrid, sería indignación. «Se pudo evitar, pero no se quiso ... ; era un dispositivo diseñado para fracasar», denuncian distintas fuentes consultadas por ABC y los principales sindicatos policiales, que ya piden dimisiones: la primera, la del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín; pero también las del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
El malestar es aún más evidente en las Unidades de Intervención Policial (UIP) a las que, en palabras de alguno de sus agentes que participó en el dispositivo, «se nos mandó a la misión con las manos atadas a la espalda. No fue un problema de las órdenes que recibimos; en realidad lo grave es que no recibíamos órdenes de ningún tipo, lo que en la práctica se traducía en la imposibilidad de actuar».
Este policía, con 17 años de experiencia en la UIP de Madrid, explica que desde más de una hora antes de que se suspendiera la carrera «comunicamos por radio los lugares donde se concentraban los radicales, precisando además cuántos había en cada punto. Eran unos 400 por cada zona, en Callao, Cibeles, Neptuno, Atocha... En total, había 2.000 ó 3.000. Lo que se hace siempre es embolsarlos y expulsarlos de la zona para que no se produzcan incidentes, pero esta vez no fue así y se permitió que llegaran hasta las vallas».
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Los alborotadores no eran precisamente pacíficos manifestantes que querían protestar, con absoluta legitimidad además, por la matanza indiscriminada de palestinos que lleva a cabo el Gobierno de Israel, sino tipos de colectivos antisistema, anarquistas y antifascistas, que tenían muy claro desde el principio que su objetivo era provocar incidentes.
Fuentes de los servicios de Información consultadas por ABC explican que «el convocante principal de las movilizaciones era el BDS, el comité palestino de Boicot, Desinversiones y Sanciones, nacido en 2005. Pero se sumaron todos los grupos antifascistas y anarquistas de Madrid. Había desde gente de CNT a otros con camisetas de Bukaneros. Pero tampoco se escondían, pues iban con banderas de las organzaciones, como la Coordinadora Antifascista o el Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR), que estuvieron en las protestas violentas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel. Son todos viejos conocidos».
Belarra y Montero
«La mayoría era gente tranquila, pero si no podemos actuar contra esta otra gente los incidentes son inevitables, dice el veterano agente de la UIP de Madrid. Ione Belarra e Irene Monteroo estaban en la zona de Atocha, con sus escoltas, que también son policías.
«Mañana -añade el agente- van a llegar a nuestra ciudad varios miles de aficionados del Olimpique de Marsella y desde que pongan un pie en el aeropuerto los vamos a tener embolsados para que no puedan causar incidentes... ¿Por qué no se hizo lo mismo el domingo?».
Además, según este testimonio, los 550 agentes de las UIP desplegados estaban diseminados por distintos puntos, con lo cual los radicales tenían mucho más fácil superarlos: «El número de policías de las UIP era suficiente para la misión encomendada -matiza esta fuente-, pero el dispositivo tiene que estar bien diseñado, coordinado y tener las instrucciones precisas para garantizar el éxito».
Los agentes de la UIP consultados por ABC aseguran además que nadie ordenó intervenir cuando los más radicales comenzaron a lanzar las vallas a la calzada: «Sólo utilizamos la fuerza cuando fuimos nosotros los que recibíamos los impactos... Fue un movimiento estrictamente defensivo, a posteriori, porque antes nos comportamos como meros espectadores. Y aún así hubo 22 compañeros heridos, uno de ellos con fractura de pie».
No sólo los policías sufrieron las consecuencias de esta pasividad. «Muchas familias que se acercaban a ver a los corredores, sobre todo las que llevaban niños, se daban la vuelta nada más ver a los radicales. Tenían miedo de que se produjesen incidentes y tenían motivos para ello».
La conclusión de los policías de las UIP consultados por ABC es que «el Gobierno quería estas imágenes. Si hubiese querido que la etapa se celebrara lo podía haber hecho, simplemente con un número de policías suficiente, que lo había, y un dispositivo coherente con ese objetivo».
Otras fuentes policiales consultadas, sin embargo, sin entrar en la repercusión o no de las palabras de Sánchez y varios de sus ministros sobre las protestas, aseguran que «era un dispositivo imposible, porque eran muchísimos kilómetros los que había que proteger. Si te rompen por cinco puntos alejados al mismo tiempo, ¿cómo puedes responder?». Además, consideran que una intervención más contundente habría tenido consecuencias peores que las que ha habido.
Sindicatos responsabilizan al Gobierno
Los sindicatos policiales, en una de esas pocas veces en las que hay coincidencia entre ellos, responsabilizan de lo sucedido al Gobierno, al que acusan además de «dejar vendidos a nuestros compañeros». De forma inmediata se exige la dimisión de Francisco Martín, un delegado del Gobierno en Madrid que «está más cerca de los que tiraban vallas que de nosotros». Pero también se pide la del ministro Marlaska y del presidente Sánchez por «alentar a los manifestantes».
Desde Interior, mientras tanto, se asegura que el dispositivo era el adecuado, equiparable al que se desplegó con motivo de la celebración de la Cumbre de la OTAN en Madrid, unos 2.000 agentes en total, a 19 por ciclista. Sin duda esas cifras son exactas, pero el problema que denuncian todas las fuentes policiales consultadas por ABC es que esos policías tienen que tener órdenes muy claras de cómo actuar en caso de que algunas personas intentaran paralizar la prueba deportiva. «Se optó por una simple contención, pero no se intentó en serio evitar la invasión de la calzada», explican las fuentes. «El Gobierno tenía miedo a imágenes de enfrentamientos», añaden.
«Los incidentes fueron aislados y la actuación de las Fuerzas de Seguridad extraordinaria», defendió este lunes Marlaska. «Los incidentes fueron aislados porque no se impidió a los manifestantes paralizar la carrera, y aún así hay que lamentar 22 policías heridos», replican las fuentes consultadas, que destacan que cuando al Gobierno le interesa las órdenes son tajantes: «¿A que con las manifestaciones en Ferraz no hubo ni un solo manifestante que se acercara a menos de 50 metros de la sede federal del PSOE?».
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