El diálogo en el CGPJ avanza con el horizonte de un TC renovado en un mes

Tras la reciente y última ruptura de las negociaciones entre Gobierno y PP para un pacto en el Poder Judicial, y ante la falta de expectativas de que esas conversaciones se retomen -más aún después de que el Ejecutivo haya decidido suprimir la sedición y se abra a modificar la malversación prescindiendo de informes-, los vocales son conscientes de que ya no hay más margen y de que tienen que cumplir atribuye al Consejo.

Aunque se da por hecho que el asunto no quedará cerrado hoy, fuentes del Consejo se muestran optimistas y creen que la votación podría producirse ya la próxima semana en el pleno ordinario del día 24. Otras fuentes, sin embargo, consideran que el acuerdo no está tan próximo y que podría producirse justo antes de Navidad, en el pleno previsto para el 22 de diciembre. En cualquier caso, ya hay al menos un horizonte temporal para una renovación a la que la contrarreforma del Gobierno -que levantó la prohibición al CGPJ de hacer nombramientos pero solo para el TC- puso fecha: el pasado 13 de septiembre.

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Los negociadores del grupo conservador, los jueces José Manuel Ballesteros y Carmen Llombart, van al encuentro de este miércoles con la idea de cuestionar la idoneidad del candidato de los progresistas, el magistrado del Supremo José Manuel Bandrés y su preferencia por el también magistrado progresista Pablo Lucas, capaz de conseguir más consensos en el seno de su grupo.

El bloque conservador no había cerrado todavía nombres y seguía barajando al cierre de esta edición el del magistrado de la Sala Segunda y ex fiscal general del Estado Julián Sánchez Melgar; el del presidente de la Sala Tercera del Supremo, César Tolosa; el del magistrado Pablo Llarena o el de quien fue candidato de Lesmes, Diego Córdoba. Los dos primeros cuentan con muchas posibilidades.

Fuentes del sector progresista no estaban dispuestas a retirar el nombre de Bandrés solo por el hecho de que a los conservadores no les convenza. Sostienen que su buena relación con Conde-Pumpido, a quien se sitúa como próximo presidente del TC, no puede condicionar

la valía profesional de este juez y que si no hay vetos, no debe haberlos para nadie. Lo cierto es que los magistrados que proponga el CGPJ tienen que salir adelante con mayoría de tres quintos –11 de los 18 vocales–, lo que requiere el visto bueno del sector conservador.

El Gobierno no está dispuesto a esperar más allá del plazo que se han dado los vocales, de forma que si aprecian maniobras dilatorias intentará renovar solo su parte pese a la tacha de inconstitucionalidad que supone no renovar por tercios.