Los conductores que odiaban a los ciclistas

El 30 por ciento de los españoles al volante creen que las bicicletas no deberían ir por la carretera. La muerte de tres ciclistas por atropello esta semana ha reabierto el debate de la convivencia en las vías, que está lejos de ser idílica

Se calcula que unos 20 millones de españoles montan en bicicleta con alguna frecuencia DE SAN BERNARDO

Dos amantes furtivos y motorizados matan en la carretera a un hombre en bicicleta y se dan a la fuga. Él, profesor universitario, se alarma al leer en la página de sucesos un titular que no le menciona pero de alguna manera le inculpa: « ... Muerte de un ciclista». Aunque sin componente amoroso, el argumento de la película de Juan Antonio Bardem ha tenido en estos últimos días su trágico reflejo.

Las páginas de sucesos recogían hace una semana la muerte de dos ciclistas en Castellbisbal (Barcelona) tras ser arrollados por un vecino de Martorell. Momentos después de embestir al grupo, el conductor, que se encuentra ahora en prisión provisional, aceleró e incluso les dedicó «una peineta», según relató uno de los ciclistas que también resultó agredido.

El pasado lunes había que lamentar otro fallecido: «Muere un ciclista de 58 años tras ser atropellado en San Fernando de Henares (Madrid)». Si bien las últimas muertes han sido de aficionados a este deporte, los accidentes en carretera también se ceban con ciclistas profesionales: el sufrido por Alejandro Valverde en julio consternó al mundo del ciclismo. El conductor del vehículo adelantó al pelotón sin respetar la distancia de seguridad, se detuvo y se dirigió de nuevo al grupo, mandando al hospital a Valverde. Por suerte, el ciclista español se recuperó a los pocos días y ahora está corriendo la que será su última Vuelta a España. Pero no todos los ciclistas profesionales tienen la misma suerte: en 2017 el italiano Michele Scarponi chocó frontalmente con una furgoneta amarilla en el cruce de una carretera en un polígono industrial. El deportista, ganador del Giro en 2011, moría minutos después.

La convivencia entre los ciclistas y el resto de vehículos en la carretera está lejos de ser idílica. El estudio 'Españoles al volante, distracciones y uso del móvil' realizado en 2019 por Gonvarri y Movistar arroja varios datos que lo corroboran. El 40 por ciento de los conductores cree que los ciclistas se juegan la vida cuando circulan junto a vehículos de motor y un 30 por ciento opina que los que practican este deporte no deberían tener los mismos derechos a circular por la carretera que los vehículos de motor. Otro dato interesante es que la mayoría de los que defienden esta opción son mujeres.

En esta línea, otro estudio de Fundación Mapfre y Bosch afirma que el 40 por ciento de los que adelantan a bicicletas en ciudad no son conscientes de haberlas visto. «Sustos en la carretera he tenido muchos. La gente no está concienciada con lo que es el ciclismo y no saben compartir una vía. El conductor siempre se cree que tiene la razón. Muchas veces vamos en paralelo, que es perfectamente legal, y hay vehículos que te pitan cuando te están pasando. Es habitual que peguen un volantazo para ver si te echan. La circulación en las rotondas es lo que más asusta. He sufrido caídas cuando alguno me ha hecho 'la pirula'», explica Alfonso Moral, de 52 años, que dice que en más de una ocasión se ha llegado a bajar de la bicicleta y «encarado» con la persona al volante. ABC acompaña a la 'grupeta' de la que forma parte Moral en una de sus rutas diarias por las carreteras del sur de Madrid. El número de integrantes del grupo oscila entre los 15 y los 40 y, aunque lo parecen, ninguno es ciclista profesional.

Culpas compartidas

«Vehículos y bicicletas deben convivir. El caso es que todos conozcamos las normas de tráfico», interviene Juan Almenara, el más veterano de la 'grupeta'. Almenara, que aunque está jubilado dirige un grupo de ciclismo, afirma que con la pandemia hubo un 'boom' de bicicletas que salieron a la carretera. «Fue un punto de inflexión porque se permitió la práctica deportiva fuera del casco urbano. Desde entonces se ha disparado, hay cada vez más afición, pero también más accidentes. Muchos están saliendo a la carretera pero no tienen experiencia ni manejo. Los hay que han montado en la montaña y se creen que la carretera es lo mismo, un gran error», sentencia.

Precisamente Teresa Caballero, la chica del grupo, reconoce que se siente más segura si va por la montaña y evita la carretera en la medida de lo posible. Asegura que, además de sufrir las imprudencias habituales, recibe comentarios ofensivos por el hecho de ser mujer: «Más de una vez me han gritado desde la ventanilla que qué hago montada en la bicicleta».

Por su parte, Bachir Cañizares, que con 17 años es el benjamín del grupo, cuenta que para evitar problemas prefiere despegarse del pelotón y circular en solitario. «Parece que en la carretera nuestra vida vale menos que la del resto. Los conductores nos ven como un bache más en las carreteras que, por cierto, son de todos», lamenta antes de reemprender la ruta.

Lo cierto es que si bien cada vez hay menos víctimas mortales por accidentes en carretera, los fallecidos dentro del grupo de los ciclistas son los que menos han descendido en los últimos años. Por otra parte, las estadísticas confirman una constante: mueren más usuarios de bicicletas en vías interurbanas que en la ciudad.

En 2017, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), murieron 78 ciclistas (49 en vías interurbanas y 28 en ciudad); en 2018 las víctimas ascendieron a 58 (43 y 15 respectivante); en 2019 fueron 80 (48 y 32) y en 2020, 71 (50 y 21). La DGT no ha presentado el balance cerrado de los años 2021 y 2022, pero habría contabilizadas 31 muertes en 2021 y 21 muertes en lo que llevamos de 2022 (sin precisar cuáles fueron producto de accidentes en ciudad o carretera).

339 muertes desde 2017

Haciendo las cuentas, en los últimos seis años habrían muerto por accidente de tráfico un total de 339 ciclistas.

«Si no hay carril bici no se puede ir en bici y punto», «las libertades de unos empiezan donde acaban los derechos de otros»... El debate estos días sobre la convivencia entre vehículos motorizados y velocípedos se ha reabierto en las redes sociales con furor, siendo uno de los puntos más conflictivos el uso del carril bici. En el 'bando' de los conductores es uno de los argumentos más recurrentes. Como es habitual en las redes, cunde la información imprecisa pues si estos están disponibles, la DGT recomienda circular por ellos en ciudad y carretera, pero no es obligatorio.

Las muertes de esta semana y la insistente conversación virtual ha servido para que Tráfico haya anunciado nuevas medidas dirigidas a la protección de los ciclistas en la carretera. Cataluña será la primera en implementar la llamada señalización inteligente en el último trimestre de este año: se trata de una tecnología que permite detectar si hay ciclistas circulando y obliga a los vehículos a reducir la velocidad.

Los usuarios de estos vehículos de dos ruedas, que cada vez son más numerosos, han sido los primeros en manifestar su satisfacción ante la medida. El último Barómetro de la Bicicleta, publicado en 2019, destacó el dato de que 20 millones de españoles utilizan este medio de transporte con alguna frecuencia. Además, según el Ministerio de Transportes, en 2020 se superó un hito histórico: en España se vendieron más de 1,5 millones (un 25 por ciento más que en 2019). Por primera vez, se adquirieron más bicicletas que coches, algo que volvió a ocurrir en 2021.

Serán las páginas de sucesos las que den cuenta del rumbo de la convivencia, ahora difícil, de ciclistas y conductores.

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